María Dolores Loureiro: «Quitáronme quilo e medio entre as dúas mamas»

YES

Ana García

Un problema de salud. Mientras muchas mujeres entran en quirófano para tener más pecho, hay otras que sufren gigantomastia y tienen que someterse a una reducción de senos. Este fue el caso de María: «Cambioume a vida»

19 abr 2022 . Actualizado a las 09:31 h.

Hace apenas unos meses que a María Dolores Loureiro le ha cambiado la vida definitivamente. El Sergas decidió someterla a una reducción mamaria debido a la gigantomastia que tenía —que el volumen del pecho es un 500 % mayor del de una mama normal— y a los problemas de cervicales que le provocaban, y ahora es otra mujer. La valoración de los facultativos fue positiva en cuanto la vieron. Y todavía no se puede creer que ya no sufra los dolores de antes, ni que ya no tenga que soportar el peso de sus pechos, al que ya se había acostumbrado. «Non sabes ata que punto me cambiou a vida», comenta esta vecina de Malpica que ya con apenas 11 años tenía bastante pecho.

«De nova xa empecei a ter problemas. Eu sempre tiven unhas mamas enormes. Con 11 anos xa tiña un peito importante. E co paso dos anos seguiu medrando. Despois chegaron os embarazos. Xa me dicían que ao estar embarazada ía medrarme máis o peito. Eu pensaba que non, non había máis sitio xa onde medrar, cría que era imposible. Pero si, medrou», comenta. Con apenas 24 años su médica de cabecera ya le apuntó la posibilidad de operarse el pecho. Lo vio venir: «Díxome que ese peito tan grande íame dar problemas. E aconselloume pedir cita en cirurxía plástica para ver se me podían operar. Cando era máis nova, si que tiña moito complexo, pero naquel momento o complexo xa pasara. Pero ela insistiu, que non era por complexo, senón polos problemas que me ía dar ao longo do tempo. Así que fun. Tiven unha consulta de cirurxía plástica e decidiron non operarme. Nese momento tampouco tiña problemas nas costas. E quedou aí a cousa».

Problemas de Cervicales

María siguió con su vida. Tuvo a sus dos hijas y no volvió a pensar más en la posibilidad de reducirse el pecho, aunque a partir de los 30 años comenzó a tener problemas de cervicales. Fueron a más, hasta que el dolor se hizo casi insoportable. «Hai un ano máis ou menos, comecei a ter unha dor moi grande nun brazo. Quedábaseme a man durmida e tiña moitísima dor. Incluso espertaba pola noite e non era capaz de durmir. Entón decidín ir ao médico. Mandáronme facer unhas radiografías porque seguramente era polas cervicais. E efectivamente. Tiña unha canteira terrible. Entón, como a min quedárame roldando na cabeza o tema do peito, pregunteille ao meu médico de cabeceira se me podería dar un volante para cirurxía plástica. Fun á consulta pensando en que me ían dicir que non. En cambio, foi un si rotundo», explica María. Y eso que en ese momento dice que había adelgazado y tenía menos contorno que en otras épocas. Lo máximo que llegó a tener fue una talla 110 con una copa D. Y entonces llevaba una 95 F. «Dixéronme que si porque tiña tanto peito, de volume, e ademais estaba moi caído... E despois polos problemas de cervicais», aclara.

Operación en octubre

Así fue como el pasado 27 de octubre se sometió a una reducción de mamas en el Chuac (A Coruña ) hasta alcanzar una 95 C. «Quitáronme quilo e medio entre as dúas mamas», dice. Incluso el posoperatorio fue estupendo. Temía necesitar ayuda porque tiene una menor a su cargo, pero todo fue sobre ruedas: «Incriblemente ben. Nada de dor. Puiden manexarme soa. Pensei que ía necesitar axuda e nada. Os primeiros días si porque viñen vendada e para que me envolveran o papel filme e iso, pero despois podíame duchar soa e non necesitei máis axuda. Atopeime moi ben», añade. Incluso dejó de sentir desde el primer momento ese dolor tan intenso que la torturaba.

Además, comenta que antes de operarse se obsesionaba con hacerse exploraciones en las mamas, porque temía que algún bulto le pasara desapercibido. Por eso, se exploraba muy a menudo y de una manera muy concienzuda, además de las revisiones anuales que se hacía: «Sabía que tiña máis risco de non detectalo», por eso tomaba más medidas.

María Dolores Loureiro, antes de operarse el pecho.
María Dolores Loureiro, antes de operarse el pecho.

Y en cuanto se recuperó de la operación, pudo cumplir uno de sus sueños: «O primeiro que fixen despois de operarme foi ir de cea e poñer un body co lombo ao descuberto. Nunca na miña vida puidera levar as costas así e sen sostén. Era un dos meus soños».

Atrás quedaron las miradas indiscretas de la gente cada vez que iba a la playa: «Home, claro. Era moi evidente que me miraban. Aínda que sei que hai casos máis extremos que o meu». También quedaron atrás comentarios insultantes y ofensivos que le decían los chavales de la época cuando todavía era muy joven, y que no ha podido olvidar. Igual que llevar siempre el pecho muy sujeto para que se moviera lo mínimo, una auténtica esclavitud en plena adolescencia. Porque su mundo giraba en torno a sus pechos. «Olvídate que saíra sen chaleco. Era unha cousa que era obsesiva. Agora está máis de moda ter peito e non se meten tanto, pero naquela época dicíanme: ‘Menudas tetas tes'. Cousas que a min non me apetecían».

El tema de encontrar un sujetador adecuado es capítulo aparte. «Moi complicado, e todos, de vella. Nada bonitos e carísimos. O bikini tamén», aclara. Pero una vez que pasó esa etapa de juventud, reconoce que fue superando sus complejos, hasta que luego llegó a convertirse en un problema físico. «Ao segundo día de operarme, xa fun a dar un paseo, e andar sen notar esa presión nos ombros foi liberador. Porque o sostén me rebentaba, pero necesitaba que me sostivera ben o peito, e sentía esa presión nas costas. Foi como pasar do día á noite. A mellor experiencia da miña vida. E a cirurxiá foi marabillosa. Estou encantada. Non podo dicir outra cousa», comenta esta mujer de 42 años a la que le ha cambiado la vida por completo. «Agora merco sosténs bonitos, sen ser de vella. A autoestima está moito mellor e os problemas nas costas tamén, desde o primeiro día», comenta.

Estos son los criterios del Sergas para realizar una reducción mamaria

No todas las mujeres que quieren reducirse el pecho podrán operarse en el Sergas. El Servicio Galego de Saúde tiene unos criterios objetivos y muy claros para llevar a cabo este tipo de operaciones. Aquí te explicamos las condiciones que tienen que cumplir. 

  • Índice de masa corporal. Tiene que ser menor de treinta. Si no se cumple este requisito, en ningún caso el Sergas asumirá la operación. Tener un alto índice de masa corporal provoca que se acumule más grasa en las mamas. Lo primero, en este caso, es adelgazar. Por eso, el facultativo remitirá a la paciente al servicio de endocrinología para que baje de peso. Cuando lo consiga, se volverá a valorar. 
  • Distancia entre el cuello y el pezón. Estos parámetros están relacionados con la altura de la paciente. Por ejemplo, si mide 1,50 metros, la distancia tiene que ser superior a 23 centímetros. Si mide 1,80 metros, ha de estar por encima de 34 centímetros, explica María Eugenia López Suso, jefa de Cirugía Plástica y Reparadora del Chuac (A Coruña).
  • El peso de las mamas y lo que cuelgan. El facultativo debe calcular que la cantidad que se extraiga debe ser superior a 800 gramos por cada mama. También se tendrá en cuenta lo que cuelga el pecho. Todos estos criterios deben ir acompañados de la decisión del cirujano.