Cocinas metal
Nunca deberíamos combinar los materiales que no van ni con la energía del sitio ni con el propio perfil energético de la persona. «Y además es muy evidente», asegura Marina, que indica que eso es lo que los decoradores denominan como «algo que no está resuelto». «Es equivocarte con un elemento cuando ese espacio necesita otro», indica. Por mucho que nos la metan por los ojos, esa cocina en nuestra casa quedará fea y generará un conflicto energético. «Es inmediato. Lo ves. Es como que chirría, como que no está encajado. Pasa mucho con eso que en la tienda te encanta, pero al ponerlo en tu casa no paras de cambiarlo de sitio, porque no te encaja», añade.
La simetría
La energía de la pareja y del amor está regida por el número 2. Por eso la regla más sencilla para alguien que no es interiorista feng shui, desvela la experta, es la del doble idéntico. «Si pones almohadones en el sofá, que desde los brazos hasta el centro repliquen como un caleidoscopio, ese sofá tiene que tener dos Guardianes, el Tigre y el Dragón. Eso se traduce en poner dos mesas auxiliares, o un revolving con libros a un lado y una mesa bajita con una lámpara al otro», refleja. En contraposición, muchas revistas de interiorismo recomiendan poner conjuntos de tres, como por ejemplo, los cojines. «Ellos quieren que las fotos tengan atractivo. Las cosas atractivas, con más morbo y con más punto, son las impares. Pero si tenemos que elegir entre el atractivo y el amor, nos solemos quedar con lo segundo», apunta.
Un baño relax
El feng shui es partidario de mantener la bañera. «Darse baños con agua y sal es un enorme beneficio. Cuando nos sumergimos en el Agua, reconectamos con el 80 % de nuestra esencia, y no hay nada más Yin que el Agua. Por eso somos tan felices cuando vamos a la playa. Yo nunca quito las bañeras en mis reformas», asegura Ponce de León, que siempre intenta mantener bañera y ducha.
Flechas envenenadas
¿Qué son? «Todo lo que al mirarlo, te pone nervioso. La esquina de una pared, un cuadro, una caja o una mesa. Los brazos que te apuntan de una planta o de una lámpara. Son los picos de todo lo que mira directamente hacia ti y que te genera desasosiego o sensación de barrera para acceder a un espacio», responde la interiorista. Para evitarlas, los profesionales del feng shui primero estudian los flujos y trayectos, cómo te vas a mover, que es tan importante como la distribución. En esos flujos tiene mucho que ver la situación de las puertas y ventanas, que generan un ciclón energético que altera los ciclos vitales. Por algo siempre se dice eso de 'quítate de la corriente'. La del feng shui pega cada vez más fuerte.