No solo las mujeres llevan mal el sujetador: «Muchos hombres no saben cuál es su talla de calzoncillo»

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Este es un mercado en el que uno puede encontrarse de todo. «Los hay hasta con relleno de glúteo», dicen los expertos. Tres vendedores especializados en ropa interior masculina y un urólogo dan las claves para elegir bien la prenda más íntima

04 abr 2022 . Actualizado a las 09:13 h.

«Mírame aquí la talla del pantalón», dicen con frecuencia los hombres que entran por la puerta de la tienda en busca de un calzoncillo. En otros casos, llevan directamente uno de casa para medir. Y el 60 % de las compras las siguen haciendo las mujeres, indican desde la sección de ropa interior masculina de El Corte Inglés de A Coruña, donde aseguran que muchos hombres no saben ni la talla que llevan. Mucho se ha hablado de cómo elegir correctamente la talla del sujetador, y del hecho de que un porcentaje significativo de las clientas tampoco saben cuál es la suya. Lo mismo puede concluirse de los hombres en un terreno mucho menos explorado, el del calzoncillo. Si en el primer caso se mide siempre el contorno y la copa, en el segundo las claves son la cintura y, en muchas ocasiones, el tiro.

CINTURA Y TIRO

Las dimensiones del miembro no suelen marcar la diferencia. «La cinturilla tiene que recoger alrededor del cuerpo, porque luego en la zona del paquete ya hay suficiente elasticidad como para que la prenda se adapte», indica Moncho García, de Varela Íntimo Caballero. Desde esta tienda de Ourense, quizás de las pocas que vende exclusivamente ropa interior para el hombre, indican que no debe perderse de vista el tiro en ciertas fisionomías: «Un hombre que tenga una talla 38 o 40 de pantalón y mida 1,75, llevará una pequeña. Pero si con la misma talla mide 1,90, quizás necesite una M o una L. Si no, con esa estatura pueden enseñar la hucha, porque iría a medio vestir». Por tanto, la talla del pantalón no lo es todo.

«Elegir talla, modelo y color es siempre una pequeña aventura», señalan José González Chas y Juan Carlos Viqueira, experimentados vendedores de ropa íntima masculina en El Corte Inglés. Ellos van al más difícil todavía. «Hay que tener en cuenta también otros aspectos. Por ejemplo, si el hombre es de pierna gorda, no debería llevar un bóxer corto, sino uno largo o uno suelto de tela. A mayores, también somos conscientes de que los fabricantes utilizan generalmente las tallas estándar de S, M, L, XL... Y así hasta la 4XL, que equivale a una 76. Pero en la práctica, cada uno talla de una manera». Al no tratarse de una elección tan fácilmente medible como la del sujetador, aquí entra la pericia de estos profesionales. «Nosotros vemos a una persona y ya sabemos», coinciden todos. Y siempre quedará eso tan socorrido de llevar un calzoncillo de casa para medirlo, pero ojo con cuál: «Antes te traían el mejor que tenían, pero ahora vienen con cada uno que dices: 'Mi madriña'...», apunta Moncho García

Mejor que vayan ellos

La elección solo es libre si la hace el hombre. Esto parece obvio, pero desde el establecimiento ourensano también confirman que muchas de las compras las hacen las mujeres. «Si yo le quisiera comprar las bragas a mi mujer, aunque tuviese la mejor intención, tampoco lo haría bien. Y ellas se fijan en cosas como hasta cómo lavan, lo que limita hasta el color», explica García, que señala que de eso se ha pasado a las nuevas generaciones que compran por internet, donde ya no existe el asesoramiento: «Ahora no saben ni comunicarse y venir a un mostrador».

Lo cierto es que muchos de los hombres que entran en una tienda lo hacen con una idea fija que no siempre coincide con la realidad. «El que quiere ir con una talla pequeña, aunque no sea la suya, sale con una pequeña. Y después, vuelve a por otra pequeña. Lo mismo que una mujer que prefiere un sujetador pequeño para subir el pecho hacia arriba, aunque no sea lo recomendable. La talla es algo psicológico, a nadie le gusta subir. A nosotros nos queda aconsejar al cliente, pero también escucharlo. Hay quien se deja y hay quien no», aseguran desde la tienda ourensana.

¿Bóxer o slip?

Medida del contorno de la cintura, tiro, ancho de pierna... Todos esos factores configuran la talla adecuada, pero queda por elegir el modelo. «A veces está basado en la elección con la que las madres los iniciaron. Pueden cambiar, pero cuesta. El hombre es muy cómodo y no se quiere complicar», indican desde El Corte Inglés. La pregunta cae de cajón, ¿bóxer o slip? Se impone el primero. «Hablamos de un 9-1; por cada diez calzoncillos que vendemos, nueve son bóxer y uno es slip», señalan desde el centro coruñés, donde añaden que el slip es un modelo tradicional más propio de los hombres de edad y de algún joven que se resiste al cambio. Sí se utiliza para la práctica deportiva, «porque conviene que sean un poco más ajustados», apunta Moncho García, que diferencia incluso el tipo de profesión: «A un conductor le tienes que dar uno que no le vaya a rozar en las ingles, o a un guardia de seguridad otro que no se le enrolle en la pierna al dar dos mil pasos».

Pero no todo es bóxer corto o slip, también están los bóxeres largos de tela con pierna holgada. «Es muy personal, pero no entiendo cómo pueden usarlos. Es llevar pantalón sobre pantalón, aunque tienen su público», dice Moncho García. Precisamente su colega de profesión José González Chas los recomienda para debajo de trajes holgados. No en los entallados, matizan González y Viqueira: «Para un pantalón ajustado yo no recomiendo un slip». Sin embargo, el bóxer corto es ideal para el traje, y si es de microfibra, mejor», detalla García, que indica que el slip más clásico con abertura ya casi no se estila. «Tiras un poquito para abajo y ya está, tienen mucha más elasticidad que antes», indica. El bóxer de tipo ciclista es otra opción para aquellos que tienden a rozarse en las piernas.

La edad cuenta

La edad es otro factor a contemplar. «Los bóxeres intermedios quizás sean la mejor opción. El slip tiende a ser demasiado ajustado», matiza Aarón Barreiro, urólogo del Hospital Quironsalud de Pontevedra. No conviene llevarlo demasiado entallado ni con una talla incorrecta, señala el doctor: «Solo hay que llevarlos ajustados para la práctica deportiva, porque cuanto más pegados estén al cuerpo lo testículos, más protegidos irán para el deporte. Pero para el resto del día no, porque puede afectar a la formación de los espermatozoides. Desde el punto de vista de la fertilidad, los espermatozoides necesitan tener una temperatura de uno o dos grados más baja que la del resto del cuerpo, por lo que no conviene aumentarla pegándolos demasiado al cuerpo».

Tampoco es aconsejable llevar esta prenda demasiado floja, sobre todo en el caso de los hombres de edad avanzada o con alguna patología genital. El urólogo indica que eso permite una mayor movilidad de la bolsa escrotal, por lo que se puede poner en peligro la zona del escroto en un movimiento brusco, aunque no suele derivar en una lesión.

El tejido es fundamental

Los materiales darían para otro capítulo aparte. Gana el algodón por su transpirabilidad, pero se van imponiendo las microfibras más avanzadas que incluyen componentes orgánicos, «y empieza el tejido modal, que es aún más transpirable que el algodón, dura más y no encoge ni destiñe. De todas formas, nosotros trabajamos el algodón con sello BCI (Better Cotton Initiative)», añaden los vendedores de El Corte Inglés. Del mismo modo, advierten, hay que tener cuidado con la calidad de los tintes en la zona genital.

El color y las modas

Desde estos grandes almacenes confirman que los colores preferidos son el blanco, el negro y el rojo. Ni brillantes, ni fuertes, ni del color de la piel. Por supuesto, en esto también hay modas. «Y el gusto personal, que hay quien no tiene ni idea. Te sorprendes todos los días. Imagínate cómo nos quedamos cuando nos piden uno para llevar por debajo del bañador, con la goma por fuera y los huevos apretadillos hacia arriba», señala Moncho García, que también habla de rellenos y tangas: «Hemos tenido hasta calzoncillos con relleno en los glúteos, sobre todo para esta época que viene de ceremonias, o para las típicas modas del pantalón de lino en verano. Los hay con guata en el paquete para que no se noten las formas con las mallas deportivas, pero no se venden mucho, porque el alisado da la impresión de miembro más pequeño. Y en su momento, hubo un bum del tanga, pero decayó».

Aarón Barreiro alerta sobre esa unión de calzoncillo y bañador: «Cuanta más tela y más humedad haya en esa zona, peor. Fomentas la aparición de irritaciones, eccemas y problemas en la piel del prepucio o inflamaciones». Más de un paciente sale de su consulta con la prescripción de cambiar de calzoncillos, «sobre todo en problemas de rozamiento en las ingles, hongos en los pliegues, balanitis — hinchazón del prepucio y del glande— o postitis —inflamación del prepucio—».

Va siendo hora de aprender a elegir.