José Manuel Vázquez, jefe de Cardiología del Chuac: «Solamente medirte la tensión ya puede hacer que te suba»

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La emoción tiene una influencia directa en la tensión, por eso, dice el doctor, lo mejor si está alta es tranquilizarse: «No pasa nada»

24 mar 2022 . Actualizado a las 19:32 h.

José Manuel Vázquez aclara las dudas más habituales sobre la tensión y pone mucha calma en las llamadas de atención que supone tenerla elevada. «A todos nos pasa en un determinado momento —indica—, pero tampoco pasa nada si de pronto la tenemos muy, muy alta. Lo mejor es acudir al médico y ver qué está sucediendo, pero no es necesario tener una ambulancia al lado. Por tenerla alta no nos va a dar una hemorragia cerebral»

—¿Qué es la tensión?

—Es la fuerza que hace la sangre contra la pared de las arterias, la presión que lleva la sangre. Es lo mismo que una manguera, el agua sale con una presión, pues esto es igual.

—¿Por qué nos afecta tanto?

—El cuerpo tiene unos sistemas para regular qué presión tiene que tener la sangre para llegar a todos los órganos (cerebro, hígado, riñón…). En algunos casos, esos sistemas no funcionan bien y entonces la presión de ese fluido es más alta de lo que debería. Hablamos de hipertensión cuando pasa de más de 140 de sistólica y 90 en diastólica. ¿Por qué hay un pico alto y otro bajo? Porque el corazón­ se contrae y se relaja, no es uniforme la presión.

 —¿Cuál es la tensión normal?

—Tiene que estar en menos de 140 milímetros de mercurio de máxima y menos de 90 milímetros de mercurio de diastólica. En algunas personas procuramos que esté más baja, por ejemplo en los diabéticos.

 —¿Por qué es mala tenerla alta?

—Si tienes hipertensión de manera aislada no importa. Eso no significa que seas hipertenso, lo eres cuando normalmente está alta. Si se mantiene así a lo largo del tiempo acaba dañando el riñón, el cerebro, el corazón, la retina... Por eso lo que hacemos es mirarle la tensión a la gente, porque como no duele, a lo mejor la tienes alta y no te enteras. Si está alta de forma constante, hay que tomar un tratamiento para proteger esos órganos.

—¿Puede dar algunos síntomas?

—Si está muy, muy alta puede producir dolor de cabeza, visión borrosa, fatiga para respirar, molestias en el pecho y en estados extremos, alteraciones de tipo neurológico. Con el dolor, la tensión sube, es una respuesta fisiológica. La tensión arterial aumenta cuando estamos nerviosos, en situaciones de estrés, cuando hacemos ejercicio, eso es normal.

 —¿Los disgustos inevitablemente nos suben la tensión?

—Claro. De hecho, la tensión hay que medirla en unas condiciones estables, relajada, cómoda, que no haya estímulos exteriores que puedan hacer que la presión aumente. En los estudios médicos a los pacientes se les mete en un sitio cerrado durante unos minutos, sin ruidos, ni luz, ni un estímulo, antes de empezar a medirla. Es importante que no hayas discutido ni te duela nada, por eso la medimos en días diferentes en momentos distintos. Que un día te la midas y la tengas alta nos pasa a todos. La diferencia es que hay gente que siempre la tiene alta. Si estás enfadado y discutiendo, sube; si estás subiendo una cuesta, sube...

—¿Las personas nerviosas tienen tendencia a tenerla alta?

—Sí, la ansiedad y el estrés son circunstancias que hacen que esté alta. El sistema nervioso tiene una influencia muy directa en el sistema cardiovascular.

 —Si en un determinado momento, uno nota que tiene la tensión alta y no puede ir al médico, ¿hay manera de bajarla?

—Lo primero es tranquilizarse. Hay gente que se pone muy nerviosa y no ayuda nada. Si te preocupas muchísimo, aumenta la ansiedad y la tensión también sube. Las personas piensan que por tener la tensión así van a tener una hemorragia cerebral o un problema y eso es muy infrecuente, es muy raro. Si la tensión está alta no pasa nada, hay que tranquilizarse y cuando se pueda, ir al médico para comprobar que es habitual. Si está muy alta, tampoco pasa nada. No hace falta una ambulancia al lado. En cuanto puedas, te acercas para que la midan otra vez para que te den algo para bajarla, no hay que asustarse, porque eso empeora.

—Preventivamente, ¿qué hay que hacer para no tenerla alta?

—Una dieta pobre en sal, porque la sal es uno de los elementos que hace que la presión pueda aumentar. El ejercicio físico tiene un efecto muy importante sobre la presión arterial, hablamos de caminar de forma habitual. Y hay que comer todos los días vegetales, legumbres, hortalizas; algo de aceite de oliva y repartir las proteínas: más frecuentemente pescado y mejor carnes blancas que rojas.

 —¿Y la cafeína?

—No está claro. Si tomas muchísimos cafés quizás te puede afectar, porque es un estimulante, pero por uno solo no.

—¿Y la tensión baja?

—Hay gente que tiene la tensión baja y es constitucional. Lo que ocurre es que pagan el precio de que cuando hace calor, en una situación en la que baja un poco más, se pueden marear, sobre todo en verano. Es verdad que es molesto, pero tienen la ventaja de que están más protegidos contra lesiones arteriales o enfermedades cardiovasculares. En personas que tienen la tensión normal y de pronto la tienen baja, entonces hay que mirarlo. Porque puede haber algún sangrado, alguna enfermedad... Las lipotimias, aunque son muy aparatosas, generalmente son benignas. Es relativamente frecuente, le sucede más a las mujeres, por la menstruación, eso les afecta más, es muy aparatoso, porque la persona se cae, pero no es grave.

—Cada vez que pasa eso, notas que te vas a marear, ¿siempre es porque la tensión nos ha bajado?

—Sí, baja la presión y normalmente la frecuencia cardíaca. Lo bueno es que normalmente lo notas, lo que hay que hacer es tumbarse. El riesgo es que al perder el sentido te lastimes, que te des un golpe en la cabeza. Es muy importante acostarse, aunque sea en el medio de la acera. Que no nos dé vergüenza. Y conviene levantar las piernas porque así hay más retorno venoso de la sangre al corazón y entonces se llena más de sangre y recupera antes. De esta forma también llega el flujo al cerebro, que es lo que hace que uno se desmaye. Cuando baja la tensión no llega la sangre al cerebro y uno se cae.

 —¿Y eso de dar agua con azúcar?

—El azúcar no sirve para nada ahí, solo si eres diabético y tienes hipoglucemia. En esto lo mejor es tumbarse y subir las piernas y esperar a que se recupere. No pasa nada, aunque tarde, se recupera seguro.

—¿Puede haber personas que tengan un día la tensión alta y al otro baja?

—Sí, hay gente que le pasa, a veces con ciertas situaciones. Tiene que ver bastante con el estado emocional. Hay gente que tiene hipertensión de bata blanca, cuando van a un centro médico la tensión siempre está alta, y cuando están en casa, en cambio la tienen bien. Solamente medirte la tensión ya puede hacer que aumente, por eso se recomienda tomarla tres veces, separadas en el tiempo dos minutos, y normalmente la tercera vez ya estará más baja. La tensión es muy lábil, tiene tanta influencia del sistema nervioso, que con poco ya te sube. La emoción tiene muchísima influencia en la tensión.