Los Juegos de Río del 2016 marcaron un antes y un después. Allí aprendió que «no es suficiente con hacer un trabajo notable. Si quieres estar en el podio tienes que buscar la excelencia en el día a día». En cuanto despegó el avión de vuelta de Río, de donde se volvió con el quinto puesto, ella empezó «a pensar en Tokio 2020 y no hubo un solo día desde entonces en que dejase de trabajar para ello».
¿Cómo te cambió la vida tras ganar en Tokio el oro que soñaste? «Me quité de encima una presión muy grande, llevaba gran parte de mi vida trabajando como una hormiguita para conseguirlo. Mi vida en el día a día es parecida aunque me conoce mucha más gente. El círculo cercano que es el que permanece siempre no ha cambiado y esas personas son las que te contienen y dan perspectiva en la euforia y también cuando algo no va bien te apoyan de amenra incondicional», asegura.
La que fue la primera atleta española que compitió en dos deportes diferentes en unos Juegos Paralímpicos, en atletismo y triatlón, tiene los pies en la tierra y el corazón en Sopena, en Argomoso, en la casa de sus abuelos.
Ser cara de portada en Time la impresionó, admite. Lo supo a través de las redes sociales: «Llegué al apartamento después de una sesión matutina de natación (estabamos en Lanzarote, preparando los Juegos) y tenía muchos mensajes, llamadas perdidas y el Twiitter a tope de actualizaciones... Había salido la revista y estaba en la portada. ¡Me pareció algo increíble! Alguna gente me dijo que esa imagen me iba a cambiar la vida... Yo estaba tan centrada en preparar Tokio que intenté meterme en una burbuja, aunque, obviamente, fue imposile. Creo que aquello fue un homenaje de esta revista a todas las personas que han trabajado en la pandemia en el sector sanitario y también a todos los deportistas que competimos en Japón».
Cumplido el reto de Tokio, Susana abriga ahora un sueño nuevo: «Tener un montón de niños y niñas con discapacidad practicando deporte en Galicia. Para aportar nuestro granito de arena hemos creado en Vigo el Club Delikia, donde fomentamos el deporte para todos. Y, cómo no, ¡siempre nos quedará París!».
Su Casablanca es la paralimpiada del 2024. Y, tratándose de Susana Rodríguez Gacio, no puede sonar a nostalgia.