Parece que con el libro la lista de los sueños pendientes se quedó vacía. A nivel profesional solo desea que tenga éxito, y en el plano personal la cuenta está a cero. Aunque rascando un poquito, confiesa la espinita que tiene clavada sobre su lugar de residencia. «Yo me querría ir de Coruña, me gustaría vivir en una ciudad más grande, como puede ser Madrid. Hay más salidas, ya no solo en mi situación, cualquier persona tiene más opciones. Además, el mundo está más adaptado», señala.
Dejar el deporte
Durante un tiempo compaginó su carrera deportiva con el plano laboral hasta que le resultó imposible. «Dejé el deporte porque a una edad el cuerpo dice basta y también por el trabajo, no me dejaban compaginar. Mucho deporte de élite, pero no se puede vivir de él, si no eres conocido». «Antes estaba cuadrado — dice bromeando— tenía mucha fuerza sobre todo en la piernas, andaba solo por casa, ahora no, me canso mucho. Pero hasta hace poco aún iba al gimnasio», cuenta Pedro. Aunque en un momento la priorizó, con el tiempo acabó dejando a un lado su faceta de diseñador. «La tengo aparcada, me gustaba, pero no donde estaba. Tenía que buscar yo a los clientes, hacer de comercial... y eso no es lo mío», confiesa. Ahora está centrado en adaptar su novela al mundo digital, donde mostrará sus escritos y los escenarios en los que transcurre la trama con gráficos 3D. Un espacio que le permitirá interactuar con los lectores. ¿Será el paso previo a un tercer libro? «Ideas tengo muchas, pero no me veo muy dispuesto porque da mucho trabajo. Mucho más de lo que parece». Conociéndolo, seguro que será su siguiente reto.