—¿Está demostrado que haya algún tipo de cáncer que complique la futura maternidad?
—Hemos estudiado los tres tipos de cáncer más importantes, y en el de mama que es el que más hemos investigado por su prevalencia en la población española, vimos que las pacientes que tienen mutaciones genéticas, aquellas que tienen un cáncer hereditario que son solamente el 5 %, tienen menor respuesta al tratamiento, es decir, producen menos óvulos. Pero una vez que los óvulos los tenemos en nuestro laboratorio, no hemos visto ninguna diferencia. No es que las pacientes con cáncer vayan a tener dificultades para embarazarse porque sus óvulos sean de peor calidad. Sin embargo, hay trabajos que dijeron que sí, que la alteración metabólica que genera el cáncer —porque es una enfermedad catabólica que destruye los tejidos— afectaba a los óvulos, pero nuestra experiencia no ha sido así, y solamente hay un par de estudios que hablan de eso, el resto de investigadores no hemos encontrado evidencia.
—El mensaje es positivo: después del cáncer se puede ser madre.
—Sin ninguna duda, y hay que luchar por ello, porque hoy en día los tratamientos del cáncer gracias a las investigaciones de los oncólogos y a su buen hacer en un alto porcentaje es curable, si se detecta tempranamente. Obviamente, hay algunos que son muy agresivos y no hay nada que hacer, pero en la mayoría la supervivencia es alta, por eso esta nueva especialidad de la oncofertilidad se genera cuando vemos que las pacientes ya no solamente tienen que luchar por vivir, sino además por tener una buena calidad de vida y cumplir su deseo.