Vinilos que no se venden en tiendas de discos

YES

Un local de comida italiana, un comercio de moda, un bar de copas... Ya no es imprescindible acudir a una tienda de discos para comprar vinilos. En estos lugares, además de comer, vestirte y beber, puedes hacerte con ellos

15 ene 2022 . Actualizado a las 05:00 h.

Tras más de tres décadas de hegemonía del formato cedé, en el 2020, en Estados Unidos, los ingresos por la venta de vinilos superaron por primera vez a los de la venta de compactos. En España, a falta de los datos del último ejercicio, también se roza el sorpaso.

 Y es que los discos de vinilo, que con la llegada del nuevo siglo se convirtieron, primero, en fetiche de irreductibles nostálgicos, en objetos de culto, después, y en icono de modernidad más tarde (un estudio de la BBC reveló en el 2105 que el 7% de los compradores de vinilos ni siquiera contaban con un giradiscos), son hoy la opción de compra física preferida por el consumidor de música. Y no necesariamente por aquellos que ya los tuvieron en su época de esplendor, sino también por las nuevas generaciones.

De ahí que hoy su venta ya no solo se limite a las pocas, pero renacidas tiendas de discos, sino que se ofrezca como complemento en espacios tan diversos como lo que aquí damos cuenta.

MÚSICA Y COMIDA ITALIANA

Marcos Míguez

El pasado 26 de noviembre se inauguraba Troppo en la Ciudad Vieja de A Coruña. Su original concepto fusiona una oferta gastronómica centrada en aperitivos, embutidos, quesos y vinos italianos con sesiones de Dj's y la venta de vinilos. Dos buenos amigos, Giogia Di Fondo, más centrada en la parte gastronómica, y el coruñés Pablo Ruizgalán, en la musical, están al frente de la iniciativa. «Nuestra intención era abrir un local en el que juntar nuestras pasiones. Que tuviese una identidad fuerte basada en nuestros gustos y nuestra personalidad», explica Pablo, quien ejerce de DJ desde los 15 años. «Siempre he pinchado con vinilos y compro discos todos los meses, por lo que, de alguna manera, Troppo es un pequeño regalo que nos hemos permitido, un local basado en quienes somos. Es algo que nos representa».

Troppo tiene algo de lugar experiencia. Un espacio en el que poder vivir muy diversas y estimulantes sensaciones. La gastronómica, por supuesto, centrada en una selecta propuesta de finger food recién llegada de Italia. Si bien, puntualizan, «no somos un restaurante al uso». La lúdica, con una oferta que va desde el aperitivo hasta la primera copa en un ambiente desenfadado y acogedor. Y la musical, con sesiones de DJ durante el día, incluidas algunas del propio Pablo.

Además, el local cuenta con un espacio reservado para la venta de vinilos, con una oferta principalmente centrada en la world music, el jazz y la electrónica, aunque también se pueden encontrar propuestas de disco, funk y reggae. «Tenemos básicamente la música que nos gusta a nosotros».

Confiesan los responsables de Troppo, que están vendiendo más vinilos que los que en principio pensaban. En cualquier caso, «no es la parte central del negocio. Es un aliciente, algo especial que hace que una determinada clientela venga al local».

Troppo abre jueves y viernes a partir de las 17 horas y sábados y domingos desde las doce del mediodía.

BEBER, OÍR Y COMPRAR

MONICA IRAGO

El Flexi es un local pequeño —no más de cuatro o cinco mesas—, si bien cuenta con una amplia terraza en la zona peatonal del centro de Vilagarcía. A pesar de sus reducidas dimensiones, no les importó a Borja Franco y Benja Rodríguez «sacrificar» un tercio del espacio de su interior para convertirlo en una suerte de templo del vinilo.

Un amplio expositor con varios estantes acoge la oferta de discos a la venta. No hay un estilo predominante, si bien apenas hay atisbos de la música más comercial. «Fuimos probando y preguntando a la gente qué quería. Y aún seguimos en ello», explican los propietarios de este local que abrió sus puertas en abril del 2021. Así, uno puede encontrar desde el último disco de Instituto Mexicano del Sonido hasta el inevitable C. Tangana, desde reediciones del indie español hasta clásicos de Madonna, Bowie o Neil Young, desde una caja con la discografía de Dellafuente hasta lo nuevo de Maika Makovski. Y siempre con especial atención a la producción discográfica gallega, incluidos pequeños sellos de la escena underground.

Pero además de los discos a la venta, El Flexi ofrece a su clientela los vinilos de su propia colección. No para comprar, pero sí para escuchar. Cualquiera puede rebuscar entre la discoteca y colocar en el giradiscos del local el álbum que le apetezca mientras toma una caña.

De hecho, es ese ambiente que genera el compartir la música y charlar de ella una de las cosas que más complace a los responsables de El Flexi. «Hay gente que empieza a hablar a partir de un disco que está sonando y acaba quedando para el día siguiente para bajar de casa algunos de los suyos y escucharlos en el bar. Eso es fantástico».

También reconocen los promotores de El Flexi que esperaban vender menos vinilos de los que están vendiendo. «Pero, bueno, el margen que te queda en los discos es ínfimo. Digamos que la oferta del bar y la de los discos se retroalimentan. Vienes a tomar una caña e igual picas en algún disco. Y si tomas tres, te llevas un disco, seguro», bromea Borja.

Mientras se mantengan las restricciones, la propuesta de El Flexi se limitará a la escucha y venta de vinilos y puntuales sesiones DJ, pero la intención de sus responsables es, en cuanto sea factible, organizar presentaciones, showcases y pequeños conciertos.

RETRO Y MODERNO A LA VEZ

En mayo se cumplirán 20 años desde que Inma Ferro abrió en Pontevedra Carnaby, una tienda centrada en la moda y complementos retro. Desde aquel primer día reservó en su comercio un espacio para la venta de vinilos y de giradiscos de estética retro. Evidentemente, entonces, en pleno auge del cedé, el afán comercial era nulo en este tipo de oferta. «Vendía vinilos porque a mí me gustaban. Era una forma de decir esto es lo que soy, esto es lo que me representa». De hecho, hasta hace prácticamente un año en Carnaby solo se vendían vinilos de soul, funky, reggae y rhythm and blues, que eran los estilos que escuchaba Inma. Ahora ha ampliado su oferta, principalmente, al rock y el country.

A la responsable de Carnaby no le sorprende el auge del vinilo. «La gente del vinilo siempre hemos estado ahí. Nunca llegó a desaparecer ni nunca desaparecerá, como en cambio sí que le va a ocurrir al cedé. Porque detrás del vinilo hay un cultura. Porque cuando un padre le da a su hijo su colección de vinilos le está dando una parte de él. En realidad, forma parte de su herencia. Y eso no pasa con ningún otro formato de música».

Pero aunque los nostálgicos del vinilo nunca hayan desaparecido del todo, reconoce Inma que «lo de estas Navidades ha sido un bum». Ha vendido más que nunca. «Yo lo que trabajo es la moda. Hasta ahora los vinilos los tenía como una pasión y como un guiño a un determinado público. Nunca fueron un complemento del negocio, pero estas Navidades han sido más que un complemento».

En cualquier caso, no es el volumen de negocio lo que más satisface a Inma de su pequeña y coqueta sección de vinilos. «Las conversaciones que se generan con mi clientela a raíz de los vinilos son maravillosas».

Carnaby trabaja fundamentalmente con tres distribuidoras y también gestiona la compra de discos por encargo.