Carlos Spuch, investigador gallego: «Se está viendo que la lectura en papel es clave contra el alzhéimer»

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XOAN CARLOS GIL

El investigador gallego asegura que hay una fórmula muy sencilla y difícil a la vez que, si la cumples, está demostrado que retrasa los síntomas de la enfermedad entre cinco y 10 años

29 nov 2021 . Actualizado a las 11:38 h.

Carlos Spuch (Vigo, 1974), investigador sénior del grupo de Neurociencia Traslacional del Instituto de Investigación Sanitaria Galicia Sur, localizado en el hospital Álvaro Cunqueiro, lleva trabajando más de 20 años en el alzhéimer, y se muestra muy optimista respecto al futuro. Cree que en unos años, no muchos, tendremos fármacos capaces de frenar el desarrollo de la enfermedad, o enfermedades, porque sostiene que el hecho de que curse de manera diferente en las personas está relacionado con su origen, y que serían varios tipos que ahora mismo se estarían solapando por tener síntomas parecidos. 

—Hace unas semanas, publicamos el testimonio de Leo, una mujer que a los 58 años le diagnosticaron alzhéimer. ¿Es excepcional o es algo que estáis viendo?

—Asusta, pero es real. Cada vez está apareciendo más, ya no solo a nivel clínico, sino que a nivel personal, he conocido a bastante gente con diagnósticos tempranos de alzhéimer.

 —¿Vamos antes al médico o la enfermedad está ganando terreno?

—Las dos cosas, pero sobre todo que vamos más al médico. La gente está perdiendo el miedo a consultar si tiene pequeños problemas de memoria. En vez de dejarlo, que era lo que ocurría antes, que se achacaba a la edad, ahora se va antes al neurólogo, al psiquiatra o al médico de cabecera a preguntar, y ellos con ciertas pruebas, ya ven que no son olvidos por estrés. Puede que haya una conjunción de muchas cosas, porque el alzhéimer es multifactorial. La principal es que la gente va antes al médico, esos primeros síntomas que antes se obviaban, pérdidas de memoria que aparecen con 50 años, ahora se consultan, y es lo que hace que los diagnósticos sean más tempranos, pero la enfermedad no está empeorando. 

—A veces, el deterioro es cuestión de meses, y otras es más lento. ¿De qué depende?

—Se sabe que eso ocurre a nivel clínico, pero no se sabe qué ocurre a nivel de investigación. Se cree que esas diferentes evoluciones pueden tener diferentes orígenes. Hasta ahora se desconoce el origen del alzhéimer, y ahora se están postulando diferentes orígenes. Lo que yo creo, y creen muchos, es que el alzhéimer van a ser cinco o seis enfermedades diferentes, y como los síntomas se solapan, por eso parece todo una misma enfermedad. ¿Qué ocurre? Que la evolución de cada uno va a ser diferente, y en un futuro tendrán un tratamiento diferente. ¿Qué vemos ahora? Que hay gente a la que se le hace un diagnóstico temprano y se mantiene, otros, empeoran enseguida; igual que a otros les hacen el diagnóstico muy tarde porque están muy bien, y de repente tienen una evolución superrápida... Son diferentes orígenes, y no sabemos qué lo está causando. Pero cuando ocurre es muy importante tomar medidas. Aunque no podemos modificar la enfermedad, de momento, podemos tomar ciertas actitudes de vida saludable que hacen que tú retrases todo eso.

 —¿Es clave actuar con los primeros síntomas?

—Cuanto antes, mejor. El cerebro va perdiendo y no somos capaces de regenerarlo. Si lo dejas, y lo dejas, no hay vuelta atrás, pero si actúas al principio, el cerebro tiene una particularidad, que es la plasticidad: si algo no es capaz de hacerlo porque hay un problema neurobiológico, coge otra ruta.

 —¿Cuál es el primer síntoma que nos tendría que hacer sospechar?

—Normalmente son problemas de memoria que afectan a tu vida diaria. El más clásico es perder la orientación, pero quizás se note más cuando tienes problemas de memoria poco importantes, a los que no se achaca ninguna razón, pero que están afectando a tu vida: no saber dónde has dejado las llaves o el coche...

 —Si uno sale a la calle, y no sabe volver. ¿Qué habría que hacer?

—Dos cosas muy importantes. Primero, no tener miedo a pedir ayuda. Hay que hablarlo con la pareja, familia. Y segundo, consultarlo con el médico de primaria, porque con pocas preguntas saben diferenciar entre estrés, demencia, depresión... Incluso con las asociaciones. Aquí tenemos la suerte de tener Fagal, que engloba todas las asociaciones de Galicia.

 —No tiene cura, pero se puede retrasar. ¿Qué podemos hacer?

—Tres cosas muy sencillas y a la vez muy difíciles. Primero, actividad física, no implica jugar al fútbol en Primera División, sino pasear, cuidar un huerto, moverte... Segundo, llevar una alimentación sana, y si se puede con productos ecológicos, porque una de las causas que se cree que puede ser el origen de muchas demencias son los pesticidas y herbicidas. Y tercero, mantener las relaciones sociales, porque nuestro cerebro le dedica muchísimo esfuerzo a esto. Estas tres cosas funcionan en conjunto, y esto es lo difícil, compaginarlo con la vida. Siguiendo esta pauta se puede retrasar la enfermedad entre cinco y diez años, está demostrado.

 —¿Con diagnóstico o sin él?

—Se hicieron estudios en personas con diagnóstico que hacían este cambio de vida, pero también al revés, en gente que le cambias los hábitos hacia algunos más saludables, y se vio cuánta lo acabó desarrollando y a qué edad. Se ha visto que lo retrasas todo, funciona con las dos cosas.

 —¿Se sabe por qué aparece en unas personas y en otras no?

—Se está investigando, se trabaja en varias teorías, muy reales todas. Una sostiene que pueden ser infecciones por hongos en el cerebro; otra por la bacteria de la periodontitis dental; otra por el microbioma intestinal —que se está viendo que está relacionado no solo con el alzhéimer, también con el párkinson, con la depresión, con el autismo...—, otra que se publicó hace unos días lo relaciona con problemas en la formación de nuevas neuronas, la neurogénesis. Otra teoría que se maneja está relacionada con una proteína... Todo esto se demostró en personas con alzhéimer. Tienen muy buena pinta, creo que van a ser todas muy reales, y cuando se demuestre el origen molecular va a haber diferentes tipos de alzhéimer, diferentes enfermedades: tipo 1, tipo 2... En un futuro, no muy lejano, tendremos fármacos diferentes para cada una de ellas.

 —¿En qué se diferencia el alzhéimer de una demencia?

—La demencia es una neurodegeneración del sistema nervioso. Hay varios tipos, el alzhéimer es la mayoritaria, supone el 70 %, pero hay otras. El cerebro lo hace todo, se dedica al pensamiento, a la memoria, a las emociones, a respirar, a juzgar... dependiendo de qué zonas se vayan deteriorando, te va fallando algo.

—¿Qué falla primero?

—Las zonas ligadas a la memoria a corto plazo, al habla... por eso, de lo que primero sucede es que te pierdes y tienes problemas con el lenguaje. Eso va evolucionando a otras áreas del cerebro, empiezas a tener problemas de conducta, de reconocimiento de caras, te pierdes socialmente... Pero hay zonas que se mantienen intactas, por ejemplo, las emociones. Lo más común en una familia en la que el abuelo tiene alzhéimer, que ya no reconoce a sus hijos, de repente vienen los nietos a verle, no los conoce, y se asusta, porque en su casa entra gente extraña, pero por otro lado, la parte emocional le dice: «No sé quién es, pero le quiero». Eso para el cerebro es lo más estresante que puede haber, que reciba dos informaciones que normalmente van juntas, separadas y contrarias. Estresa tanto que tienen períodos de agresividad, que no van ligados a que la persona sea agresiva ni mucho menos. Hay que pedir ayuda porque con cierta medicación se controla.

 —Hay estudios que dicen que el deterioro cognitivo llega más tarde a la gente con más nivel cultural, ¿es cierto?

—Con el alzhéimer la clave es mantener la reserva cognitiva, la capacidad que tienes de hacer las cosas. Depende mucho de la educación, de la actividad mental, de lo que aprendes, de lo que lees... Cuanto más alto partas, más vas a tardar en tener problemas con esos síntomas, porque el alzhéimer lo puede sufrir cualquiera. Cuando se hace más alta es durante la juventud, por eso cuanto más te formes, más estudies, más muevas la cabeza, mejor. Muchas veces es bueno estudiar no solo por formación, sino por incrementar tu nivel cultural lo máximo posible. Pero se puede tener una reserva cognitiva muy grande sin tener una carrera universitaria. Solo con los estudios de Primaria puedes ser igualmente un cerebrín, yo conozco mucha gente así. Simplemente porque seas un tipo muy curioso, que te guste leer, saber... Se está viendo últimamente que la lectura es lo que más te sube la reserva cognitiva.

 —¿Interpreto que la lectura podría ser la mejor protección contra el alzhéimer?

—Sí, se está viendo que sí, no solo es estar leyendo, es estar tranquilo, desconectar de otros problemas... para el cerebro es clave.

 —¿Libros o vale el periódico?

—Sí, el periódico también, lo que sea, pero en formato papel. Está en discusión que sea una pantalla de ordenador.

 —Se está trabajando en el diagnóstico precoz, ¿con un análisis de sangre a los 30 años vas a saber si vas tener más riesgo?

—Sí, sería como hacer cribados. Una de las pegas que les pone mucha gente es que para qué quieren saber con 30 años si lo van a padecer, que solo les va a servir para deprimirse. Tienen razón en esa parte, pero en otra, es que hay farmacéuticas que están haciendo ensayos clínicos en nuevos fármacos. Hasta ahora no funcionó ninguno, porque los ensayos se hacían muy tarde en cerebros irrecuperables. Pero si consigues hacer un diagnóstico temprano, algunos que ya se probaron y no funcionaron, si se hicieran en personas con los primeros síntomas e incluso antes, sí que funcionarían. Es cuestión de mentalizarse, si te dicen que tienes riesgo de desarrollar cáncer de colon, estás más pendientes, te cuidas, cambias tus hábitos ...

 —Retrasarían, pero no curarían.

—De momento, los que hay retrasarían, pero acabarán saliendo, estoy convencido, porque en investigación todo se descubre, de que acabarán saliendo moléculas que lo curen en un futuro. Puede tardar dos, veinte o doscientos años, pero si se busca, se encuentra.

 —¿Influye la genética?

—No, no se hereda, cuando se hereda es por mutaciones, pero es raro que ocurra. El 99% del alzhéimer, el que conocemos, no es por herencia. Sí hay un factor de riesgo genético, se sabe que la gente que tiene un genotipo (APOE4) tiene un 25 % más de riesgo que otros, pero no significa más, con un ambiente adecuado, no pasa nada.

 —¿Mantener la mente activa es sinónimo de hacer el crucigrama?

—Tienes que hacer cosas que te gustan, relacionarte socialmente, irte al huerto, hacer jardinería, leer... Cuando dicen lo de crucigrama, es que hay gente que no hace nada, que van del trabajo al sofá a ver Telecinco. A esos que no hacen nada, el psiquiatra, si tiene que recomendar, les dice: «Haz un crucigrama, aunque sea». Pero es más salir relacionarte con amigos, jugar en el bar a las cartas, al dominó, salir y vivir... pero es que hay gente que no hace nada de eso.