Sam y Niki, de Inglaterra a Carnota: «Elegimos la Galicia profunda para criar a nuestras hijas»

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Sam y Niki, junto a sus dos hijas en O Pindo.
Sam y Niki, junto a sus dos hijas en O Pindo. SAM PONSFORD

De The Lake District a Quilmas. Sam y Niki son ingleses, se conocieron en Santiago y han encontrado en Carnota su paraíso familiar. «No hay un lugar más perfecto para la infancia», aseguran

02 nov 2021 . Actualizado a las 22:02 h.

Son ingleses y han elegido Galicia, la «Galicia profunda» que ha emergido este otoño en todo su esplendor a raíz de la desafortunada manera de expresarse de una jueza de Marbella que otorgó la custodia de un menor al padre reprochando a la madre del niño que se lo hubiese llevado «a una pequeñísima población de Galicia, Torea [...], de forma unilateral». 

Nuestra forma de expresarnos no lo es todo, ni es lo relevante de la sentencia en cuestión, pero la lengua denota certezas y prejuicios. Con detalles pequeños puede diseñarse un sistema de pensamiento profundo, toda una personalidad, que nos acompaña inevitablemente en el ejercicio de la profesión.

A la «cosmopolita Marbella» le iría bien un baño de la profunda Galicia que el fotógrafo inglés -felizmente afincado en Carnota- Sam Ponsford ha capturado en un vídeo que está bañando las redes con la fuerza del Atlántico.

El hogar de Sam está junto a su mujer, Niki, en Quilmas, cerca de O Pindo, entre el mar y la montaña, en una zona rica en vitamina N (que da la naturaleza), de la que se benefician sus niñas, Leiki y Ayla, de 6 y 4 años. Sam y Niki no tienen parientes gallegos ni tenían vínculos con el «paraíso para la infancia» que han encontrado en Quilmas antes de venir a vivir aquí. «Hace unos años vivíamos en Esteiro, pero después nos mudamos a Carnota, a una Galicia todavía más profunda...», sonríe este fotógrafo de bodas que llegó a Galicia por accidente, tras la pérdida de su mentor de la adolescencia en un accidente de escalada en Escocia a los 35 años. Otro golpe mortal llegó para él solo cuatro años después: su mejor amigo falleció ahogado a los 27. Estos golpes cambiaron la perspectiva de Sam, su visión del tiempo y le hicieron volcarse en la fotografía con la urgencia de la pasión.

«Soy de Marlborough, en el sur de Inglaterra, pero estaba viviendo en el norte, en The Lake District, cuando salí hacia Galicia. Es un pueblo pequeño en las montañas cerquita de Manchester. Trabajaba con niños con problemas psicológicos y quería hacer otra cosa», cuenta Sam, que encontró un trabajo como profesor de inglés en Santiago. El giro que lo llevó a cruzar el Atlántico le permitió conocer, ya en Galicia, a la que hoy es su mujer y madre de sus hijas. Niki, también inglesa, llegó antes a Compostela, en el 2005. Ella es de Bournemouth, donde conoció a unos gallegos que la animaron a conocer Galicia. «Tengo unos tíos que viven en Málaga y conocía bien esa zona. Pero vine a Galicia de vacaciones y me encantó. Me saqué el título de profesora de inglés y encontré trabajo en A Coruña. ¡Y ya no miré para atrás!», asegura esta profesora convencida de los beneficios de la educación en la naturaleza que enseguida se sintió abrazada por la Galicia profunda y la más superficial. Sam y Niki llevan once años juntos. Él está entregado hoy a la fotografía de bodas y toda clase de eventos y ella lleva el Sea Change Natural English, enseñando inglés a través de actividades creativas en la naturaleza, en Carnota y Muros y, próximamente, en Cee.

La primera chispa entre los dos surgió en una entrevista de trabajo que Niki le hizo a Sam como jefa de estudios en un centro de Santiago. Él pasó la prueba. Su pasión por el surf, compartida por Niki, superó el molde de la nota. La pareja no llegó adonde está traída por el viento de la casualidad. Sam y Niki decidieron montar su vida aquí, dicen, porque la zona en la que viven «está en medio de cuatro playas» que les gustan mucho y es fácil desplazarse a Santiago. Antes estaban a unos 40 minutos de la ciudad. Desde que se mudaron de Muros a Carnota, se encuentran a una hora y cuarto en coche de Santiago, adonde Niki se desplazó por su trabajo todos los días durante dos años. «Pero prefiero moverme en coche y vivir aquí a vivir en la ciudad. Nos gustan mucho este campo y esta costa», afirma.

Grandes ventajas

¿Por qué consideran la zona de Muros y Carnota la mejor para vivir y criar a sus hijas? ¿Ofrece las posibilidades adecuadas para el desarrollo de la personalidad de un niño, en contraste con la percepción de la jueza que prefiere «la cosmopolita Marbella»? «Hay una riqueza grande en este paisaje y entornos distintos. Estamos al lado del monte Pindo, rodeados de un montón de playas -dice Sam-. Vivimos en el medio de muchos arenales bonitos. Hay buena comida, muy buenos restaurantes, gente muy maja, que nos acogió con los brazos abiertos desde el principio». La Galicia profunda, según la vivencia de Sam y Niki, es profundamente natural, educativa, familiar, acogedora. «En nuestra zona además hay mucha gente que estuvo hace años trabajando en Inglaterra o EE.UU. Tenemos vecinos que hablan con nosotros en inglés porque han vivido años allá. Son gente abierta, que nos hizo sentir en casa desde el primer día. Otra cosa que tiene Carnota que yo considero una gran ventaja es que tiene una escuela infantil de la Galiña Azul. Esto para nosotros es importante», resalta Niki. Además de la profundidad de su verde y su azul, el campo en Muros y Carnota es amplio en servicios para la familia. «Nuestras hijas van al CEIP do Pindo. Aquí hay dos colegios para elegir y hay una buena oferta de actividades», cuentan Niki y Sam.

Hay campo para aprender en contacto con la naturaleza, lo que ayuda a prevenir ese déficit de espacio y tiempo al aire libre que acusan muchos niños hoy, los que crecen en la «cosmopolita» realidad urbana del asfalto. «Desde el colegio al que van las niñas se ve el mar. Está casi en la playa. Y aquí cerca hay hospital, el de Cee, un centro de referencia en Galicia», valora Sam.

Sus hijas nacieron una en Gales y otra en Inglaterra. «Pero el embarazo lo llevé aquí, en el Hospital Virxe da Xunqueira, de Cee, y genial -dice Niki-. Tienen un servicio de matronas muy bueno, aunque el servicio de pediatría sí tiene carencias en el rural. A la pediatra en Carnota solo la tenemos dos días a la semana, porque la compartimos con Muros».

¿Las bodas gallegas son más profundas, tienen alguna peculiaridad?, le pregunto al fotógrafo nupcial que es Sam. «Son muy-muy-muy divertidas. Mucho más que las inglesas...», confiesa el inglés que ha documentado en un vídeo la felicidad de la infancia de sus hijas en Galicia. «Lo que me fastidió, sobre todo, de lo que dijo la jueza de Marbella es que esta zona no es ‘apta para el desarrollo de los niños'. Me pareció un comentario absurdo. Este un lugar perfecto para la infancia», subraya Sam, fiel novio del mar.

«Vivimos en un lugar privilegiado. Y aprender en contacto con la naturaleza tiene beneficios para los niños, en habilidades que luego ayudan a escribir. Además, reduce la ansiedad. Pero todavía hay que educar en esto. Porque no todo el mundo es consciente del valor de lo que tiene delante», concluye Niki.

Sus hijas se bañan todo el año en el mar, y hay quien los llama locos...

Hoy es una locura lo natural. Y un maestro que nunca se jubila el mar.