«Le he tenido que decir a mi hija que no ponga en las redes que es trans»

La Voz

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PACO RODRÍGUEZ

Cristina Palacios es la presidenta de la asociación Arelas, pero habla también como madre. «Hay una escalada de agresividad brutal» y alza la voz para reclamar una posición clara de la sociedad: «Hoy es mi hija, pero mañana puede ser la tuya, aunque sea por otros motivos»

08 sep 2021 . Actualizado a las 18:20 h.

Cristina Palacios es la presidenta de Arelas, la asociación de familias de menores trans, pero también es madre y el pasado martes por la noche, después de la brutal agresión a un joven en Madrid, no puede evitar decir alto y claro lo que siente: «É a primeira vez en sete anos que teño moito medo pola miña filla. É algo que me prometín que nunca tería». Poco más hay que añadir sobre la realidad de un colectivo que está viendo cómo se convierte en el blanco de las agresiones solo por el hecho de querer ser feliz y de amar con libertad. 

-¿Temes por tu hija?

-Ahora mismo, sí. Viendo el nivel de agresividad que está habiendo, sí. Porque los medios solo conocéis las agresiones más graves, pero a nosotros cada día prácticamente nos están llegando cosas. A veces no son agresiones físicas, pero les increpan por la calle o les hacen bullying por las redes sociales. Estamos viendo una escalada de agresividad que es brutal. Y yo la verdad es que temo por ella. Mi hija va para los 16 años, ya empieza a salir y ahora tengo miedo de que le pueda pasar algo. Hasta ahora nunca lo he tenido.

-Decías que te habías prometido no tenerlo nunca...

-Bueno, pues para eso llevo siete años trabajando precisamente. Sabía que podía tener ciertas dificultades, pero siempre he tratado de desproblematizar la cuestión y defender que mi hija tenía que tener una vida como cualquier otra persona. Pero viendo esta escalada de ataques, de gente que sale a la caza de personas LGTBI, pues empiezo a tener un miedo que antes no tenía. Llevo siete años yendo a centros educativos, dando formación, saliendo en los medios, tratando de sensibilizar a la gente, precisamente para que mi hija tuviera una vida como cualquier otra persona, ni mejor ni peor. Y siento que desde hace un año y medio para acá es como si retrocediéramos. Nunca he sentido el miedo que he sentido ahora. Es así, y es real porque estás viendo las cosas que están pasando.

-Precisamente se acaba de conocer una nueva agresión a un joven trans en Valencia.

-¿Y cuántos no conocemos? Tengo un grupo de WhatsApp con 48 jóvenes y prácticamente cada día te relatan algo que les ha pasado. Lo que sucede es que no lo denuncian porque no tienen apoyo familiar, y entonces se lo tragan. Pero que estamos notando un aumento de la violencia, no solo verbal sino física, eso es así. Y me preocupa enormemente la pasividad de los Gobiernos y de las Administraciones.

-¿A qué te refieres?

-Parece que están muy sensibilizados, publican en sus redes que esto no se puede tolerar, pero luego no se da ningún paso adelante para acabar con todo esto. Y, sobre todo, no se está trabajando donde hay que hacerlo, que es en las escuelas. El poco trabajo que se hace en los centros educativos sobre diversidad afectivo-sexual lo hacemos las asociaciones, pero no hay una preocupación real de las Administraciones. Y ese es un problema muy grande.

-¿Por qué sitúas esta escalada desde hace año y medio?

-Esto tiene que ver con que hay ciertos grupos políticos que no quiero decir que estén fomentando el discurso del odio, pero lo están validando, lo están blanqueando, le quitan importancia, banalizan todo esto como si fueran hechos aislados. No, no son hechos aislados. Y hay un discurso de grupos ultras que dicen que toda esta diversidad se podría corregir, que es una moda que se están inventando. Pero estamos hablando de personas reales, convivencias reales, y que tienen mucho miedo a salir a la calle o a ir a un centro educativo. Y sí que creo que desde ciertos grupos políticos legitiman ciertos discursos de odio, sobre todo hacia las personas trans que son las más castigadas de todo el colectivo LGTBI. A veces estas personas no se dan cuenta de que algunas frases que dicen tienen más recorrido que todo el trabajo que podemos hacer en una asociación desde hace años.

-¿Tu hija también tiene miedo?

-Sí, pero ella no me lo traslada para no preocuparme y yo no se lo traslado para no preocuparla a ella. Pero sí, cuando oye las noticias, la notas con miedo. Y es lógico. También porque tiene una edad que ya es consciente de lo que puede suponer ser una persona trans visible. Ya empieza a salir y noto que ella tiene miedo. A eso me refería, que yo no quería tener miedo ni transmitírselo a ella. Quería que tuviera una vida como cualquier adolescente, con las mismas preocupaciones. Y esto es lo que ahora veo que está cambiando. Yo, a veces, le he tenido que decir que no ponga en las redes que es trans. Y esto es algo que yo no quería que hubiera pasado.

-Parece que no es legítimo vivir como cada uno quiera...

-Está en juego la libertad de las personas porque cuando tienes que ocultarte como lo que realmente eres, al final no vives en libertad. ¿Mi hija tiene que pasarse por CIS, persona que no es trans, para tener una vida mejor? Este mensaje es horrible. Mi hija tiene que ser feliz siendo trans y orgullosamente trans, y esto también es extensible al colectivo de gais y lesbianas. Tú puedes ser gay, pero siempre y cuando nadie lo sepa. Esto va en contra de la libertad de cada uno, de vivir bien y libremente como gay, lesbiana, hetero o lo que sea. Parece que quieren que las personas LGTBI vuelvan como hace 40 años al armario y que no salgan de ahí. ¿Para qué han servido estos años de trabajo si tenemos que volver a los armarios? Es que es horrible.

-Justo ahora que os habéis hecho más visibles pasan estas cosas...

-Siempre ha pasado con otras minorías. Hace 30 o 40 años cuando las mujeres empezaron a luchar por sus derechos es cuando más agresividad recibieron, pero en el 2021 que tú no puedas amar libremente a alguien, que no puedas vivir como realmente eres, me parece increíble. Sí que es verdad que a mayor visibilidad, mayor nivel de agresividad, pero, ¿y el resto de la sociedad donde está? Yo echo en falta a esa sociedad que vive en la equidistancia, que mira para otro lado porque como no me toca a mí... Se supone que somos una sociedad crítica y que hay ciertas cosas que no podemos tolerar. ¿Solo luchamos o nos movemos los que sufrimos directa o indirectamente?

-¿Sientes que se da la espalda?

-La sociedad no puede quedarse mirando para otro lado porque hoy es mi hija, pero mañana es la tuya, aunque sea por otro motivo, es igual. Todas las familias tienen que tener ciertas conversaciones con sus hijos y enseñarles que no pueden agredir al que es diferente. Para esto falta muchísimo. A veces demandamos leyes y es lógico, pero las leyes de poco van a servir si la sociedad no se moja y si la sociedad no educa, no forma a estos jóvenes. Esto es una cuestión de educación y formación. Y creo también que la clase política falla, hay que obligar, y lo digo así, a que estos temas estén presentes en el aula todos los días. Porque en todas las aulas hay personas LGTBI o tienen familiares LGTBI y hay que perder el miedo a hablar de estos temas.