¿Cómo sé de qué bicho es esta picadura?

Javier Villaverde / M. V.

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El calor y las zonas húmedas conforman el escenario perfecto para que los insectos ataquen, especialmente a primera y a última hora del día. Te revelamos los mejores aliados para evitar los temidos pinchazos del verano

28 oct 2021 . Actualizado a las 18:48 h.

En épocas de altas temperaturas, es habitual que proliferen los insectos y, con ellos, las picaduras. Es difícil encontrar a alguien que sobreviva al verano sin haberse llevado un pinchazo. La mayoría no conllevan riesgos y se quedan en un molesto picor y una marca durante unos días, pero, dependiendo del tipo, pueden generar una reacción diferente. Los principales riesgos suelen presentarse en personas alérgicas, que suelen ser conocedoras de su condición e ir preparadas. Sin embargo, es interesante conocer los síntomas de determinadas picaduras y, sobre todo, cuándo deberíamos alarmarnos. Para evitar sustos, Amanda Dutruc, farmacéutica en DosFarma, la alergóloga Alicia Cosgaya, la dermatóloga María Jesús Suárez y el farmacéutico Ramón Sáez nos dan los consejos para identificar qué insecto nos ha atacado, la forma de curar los pinchazos y cómo evitar que se repitan.

LOS MÁS COMUNES

En Galicia, la picadura que más se repite es la de mosquito, aunque los especialistas concuerdan en que pocas veces suponen un peligro: «No hay que darles tanta importancia porque apenas hay casos escritos de alergia», afirma Alicia Cosgaya. Lo mismo ocurre con las de hormigas, arañas u otros artrópodos, que no suelen producir reacciones graves. «Lo más frecuente son las pápulas pequeñas o bultitos rojos, que pueden ser de mosquitos», dice María Jesús Suárez. «Las que más nos preocupan son las de las abejas y las avispas, entre ellas la velutina», comenta Cosgaya. La alergóloga aclara que esta especie inocula mucho más veneno y sus picaduras suelen estar asociadas a situaciones en las que te predispones a que te ataquen muchas, por eso los síntomas son más intensos. Sobre estas, Ramón Sáez dice que suelen provocar «una reacción más potente a nivel de dolor e inflamación de la piel». Dutruc explica que causan «enrojecimiento, calor e hinchazón», además de dejar una marca blanca en el centro.

Las abejas, probablemente, dejarán el aguijón, por lo que Suárez explica que se debe desinfectar la zona con alcohol y quitarlo con una pinza «lo más aséptica posible». Sin embargo, Amanda Dutruc desaconseja su uso, pues «puede que exprimamos el saco del veneno e inyectemos más cantidad» y recomienda «rasparlo» con la uña u otro objeto.

Otros pinchazos comunes y de bajo riesgo son los de las garrapatas. Normalmente, se quedan pegadas a la piel, por lo que hay que extraer el bicho: «Hay que intentar sacarla de la zona con muchísimo cuidado para que no se inoculen las proteínas que tiene en su abdomen», después, se deben realizar medidas de soporte similares a las de otras picaduras. El consejo de Ramón Sáez es llevar a cabo una limpieza exhaustiva del hogar, pues pueden vivir en la ropa o los colchones.

Por otra parte, María Jesús Suárez, destaca las picaduras de escarapotes o fanecas, que suelen darse en la playa. Los síntomas más recurrentes son «dolor, hormigueo o una mancha donde, en ocasiones, se pueden ver los pinchos», apunta. Ante este pinchazo, la dermatóloga aconseja acudir al puesto de socorrismo o, en su defecto, aplicar calor lo antes posible para diluir el veneno: «Hay muchas opciones, desde agua, pisar asfalto, arena o algo con temperatura. En invierno, lejos del acceso a agua caliente, se puede emplear la propia orina», recomienda.

¿CÓMO ACTUAR?

En general, a una picadura (salvo a la del escarapote) hay que «ponerle hielo, con algo que lo aísle, o agua fría para bajar la inflamación y el dolor», comenta Alicia Cosgaya. Añade que, en caso de que la picadura tenga aguijón, «hay que extraerlo y lavar con agua y jabón o con una ampolla de suero fisiológico». Para el picor, Sáez recomienda aplicar «un lápiz de amoníaco, una loción de calamina o algo similar». Eso sí, el farmacéutico advierte de que nunca debemos rascarnos: «Favorece la irrigación de la zona, con lo cual, extendemos el veneno, y el mayor riesgo es que nos hagamos una herida sobre el grano y se sobreinfecte», dice.

Si nos pica un insecto, lo principal, para Suárez es «tranquilizarnos y valorar los síntomas». Los especialistas afirman que no debemos asustarnos ante reacciones locales, aunque sean muy exageradas y que solo debemos preocuparnos ante una afectación sistémica: «Si te pican en una zona y se produce una urticaria generalizada o el paciente tiene síntomas como falta de aire, dificultad para tragar, mareo o pérdida de consciencia, se necesita atención médica urgente», comenta Alicia Cosgaya. A estos síntomas, María Jesús Suárez añade fiebre, cefalea o dolor torácico. Insisten en que no es lo común, pero, en esos casos, «la rapidez en la acción es muy importante», advierte Ramón Sáez.

Conviene conocer algunos otros consejos para evitar picaduras de insectos. Sáez recomienda las medidas físicas, como el uso de mosquiteras o tener precaución con ciertas fragancias «que pueden atraerlos». Sobre el uso de plantas como la citronela para protegernos, el farmacéutico dice que «tiene una eficacia limitada», pero que su ventaja es que «muchos productos la incorporan en forma de pulseras o parches, que se pueden poner sobre la ropa y nos permite utilizar un repelente químico sin aplicarlo sobre los niños». Cosgaya, por su parte, indica el uso de repelentes y su reaplicación cada tres horas. Además, considera que es importante utilizar, en la medida de lo posible, ropa larga de colores claros: «Los oscuros son más peligrosos a la hora de exponerte a picaduras», dice. Dutruc opta por un extra de vitamina B, que es capaz de repeler a los mosquitos. «Un suplemento de esta sustancia consigue que el sudor se vuelva más ácido», comenta. Por último, Suárez desaconseja transitar por zonas húmedas, especialmente en la época estival. Esto lo corrobora Sáez, que añade que las horas en las que más picaduras se producen son las primeras y las últimas del día.