¿Nos enamoramos más en verano?

LILIANA G. ABAD / M. V.

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En esta época brota la pasión. Y no creas que solo las hormonas estimulan ese encuentro amoroso. Según los especialistas, algunas de las claves son el aumento de la temperatura, el tiempo de ocio al aire libre y la interacción social

15 ago 2021 . Actualizado a las 22:00 h.

No es un mito. Eso de enamorarse más por estas fechas es real. Algunos estudios ya legitiman la creencia popular sobre el verano y el amor. Y es que se ha demostrado que según cambian las estaciones del año, también la manera de relacionarse. En esta época aumenta la venta de preservativos y por otro lado, el número de nacimientos nueve meses después, datos que despertaron el interés de los investigadores. Sin embargo, existen otros motivos por las cuales se disparan esas pasiones. Conversamos con varias expertas que explican que no solo durante la etapa estival se vive el amor más intenso. La psicóloga Alejandra Dotor y la sexóloga Nayara Malnero coinciden en que las relaciones afectivas son más dadas en esta época. En cambio, Aránzazu García, especialista en terapia de pareja, plantea que «el momento de más enamoramientos es precisamente en otoño, en contra de lo que la gente pueda pensar. Es cierto que en verano hay más rolletes y ligues, pero la época de más enamoramiento es otoño, como sucede en invierno con las relaciones sexuales, que ocurren con mayor frecuencia» -asegura Aránzazu-, al tiempo que añade que la mayoría de las veces se desconoce por qué las personas se enamoran. «Conocemos los mecanismos químicos, lo que hace el cerebro, y por eso se habla mucho de la oxitocina, la hormona que se genera durante las relaciones sexuales, y sí, tiene que ver con este sentimiento, pero realmente es la feniletilamina la hormona propia del enamoramiento -aclara- y el cerebro la produce normalmente de tres a cuatro años máximo, proceso que disminuye con el paso de los años».

Motivación, placer e intensidad son algunas de las sensaciones agradables que se generan por esta época y suceden porque «estamos más tiempo fuera de casa, de mejor humor, y socializamos más con gente nueva, creo que esas son las claves», dice la sexóloga Nayara Malnero. Pero ojo, los factores hormonales no son los únicos que favorecen los encuentros veraniegos, «el clima también ayuda mucho, el bronceado de la piel resulta atractivo y nuestro cuerpo está más expuesto por la ropa que llevamos, incentivos que despiertan los deseos de unos por otros», agrega Alejandra Dotor, psicóloga afectiva. Y luego, todo ello se complementa con las relaciones sexuales, que sirven para mantener el vínculo amoroso, porque «uno de los elementos de los amores de verano es la pasión sexual, y el recuerdo de ese amor, que casi siempre no pudo ser», concluye la especialista.

Más allá del momento idílico, ¿puede consolidarse la relación si así se desea? La mayoría de las veces no, advierten las expertas. «No es lo mismo enamorarse en esta época que el romance de verano, que tiene fecha de caducidad -señala Alejandra Dotor-. Cuando se está de vacaciones el objetivo es pasárselo bien, lo vives con intensidad porque sabes que se va a acabar». A lo que Nayara Malnero comenta que «por eso no se llega al fin del enamoramiento, se idealiza. Y precisamente son tan geniales porque no perduran en el tiempo, el buen amor de verano es el que termina en septiembre», apunta. Según la sexóloga, «no es posible volverse a enamorar de la misma persona, pero sí de un nuevo amor. Y por eso cuando las parejas acuden a consulta explicamos que no esperen sentir lo que en un inicio sintieron por la misma persona -resalta-. Lo que intentamos es recuperar esas citas, los momentos iniciales, y las cosas que los hacían felices al principio de la relación para poder reengancharles».

 ¿Y si quiero más?

Por otro lado, Aránzazu García señala que son los jóvenes los que más expectativas tienen de que la fase del enamoramiento dura eternamente. «Sin embargo, esta etapa inicial de simbiosis, no es la mejor, aunque la sensación sea muy placentera, -destaca- debido a que no es la más realista. Luego viene una de distanciamiento en el que una de las dos personas toma un poquito de distancia porque desea más tiempo solo. Y después se retoma un nuevo acercamiento, pero ya con unas bases más realistas, de un amor maduro, desde el conocimiento. No se está en la cresta de la ola, pero lo valoro más» refuerza.

Para ello, Aránzazu recomienda que si buscas ir más allá del amor estival, «la relación de pareja debe centrarse más en pedir lo que se quiere, en vez de que quejarse por lo que no me gusta. Esto resuelve muchísimos problemas». Y del mismo modo, Nayara Malnero advierte que no se debe idealizar tanto el enamoramiento. «Es muy de película, ocurre, pero es finito. Hay muchas personas adictas al enamoramiento -apunta la sexóloga- y son aquellas que tienen una relación de uno y dos años y cortan, empiezan otra y cortan, y al final no llegan a conocer el amor de verdad. Lo esencial es centrarse en ser felices», concluye.

Pero si lo tuyo es disfrutar a tope ese gran amor del momento, la psicóloga Alejandra Dotor aconseja aprovechar el buen tiempo y la luz en estos días largos. «Ese café que te tomas en casa con tu pareja, hazlo fuera. Rompe con esa rutina, porque el veranito sienta muy bien». Así que no te limites y vívelo.