Julia Jiménez, nutricionista: «La operación bikini es violencia estética»

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«Las grasas son oro, su déficit puede provocar una menopausia precoz», advierte la autora de «Otra nutrición es posible», que asegura que en la dieta «no puede haber alimentos prohibidos»

15 ago 2021 . Actualizado a las 20:28 h.

Otra nutrición es posible, dice la dietista y nutricionista Julia Jiménez, fundadora de la consulta No Sé Qué Cenar. «Comer de forma emocional no es malo, es normal», sostiene esta especialista en nutrigenómica, que levanta la alfombra de los mitos que pesan sobre la manera de entender la relación entre la alimentación, la salud y el bienestar. Si te compras una talla menos para forzarte a adelgazar, sigue leyendo... para aligerar el peso de ciertos prejuicios.

-Con tu libro «Otra nutrición es posible» se tambalean ideas comunes sobre hábitos, menús y productos saludables. ¿Nos relacionamos bien con la comida, qué solemos hacer mal?

-Muchas veces justificamos con el pretexto de la salud conductas que, en realidad, no tienen nada que ver con la salud, que son necesidades que se nos crean desde la industria. Un cliente insatisfecho consigo mismo ¡es un cliente interesante! Hay productos de alimentación básicos, que necesitamos, pero hay otros que solo consumimos si estamos insatisfechos con nuestro aspecto.

-¿Cuál es el mayor problema?

-Hay que huir del salutismo, de disfrazar de salud lo que conviene a la industria. Hay que saber qué es salud, entenderla como un concepto holístico, integral.

-Las grasas están demonizadas, pero son «oro para el cuerpo», aseguras.

-Las grasas, tanto en los alimentos que nos aportan 9 kilocalorías por gramo, como en nuestro cuerpo, como reserva de energía, son oro. Las grasas aumentan las posibilidades de supervivencia.

Hay muchas vitaminas liposolubles, que van disueltas en la grasa. Las grasas cumplen una función muy importante a nivel hormonal. Sin ellas hay desajustes, puede haber una pérdida de la menstruación. Protegen nuestros huesos, las articulaciones... Hay que entender, por ejemplo, que la menstruación la perdemos en el momento en el que nuestro cuerpo no puede garantizar que hay suficiente energía para poder engendrar una nueva vida.

-¿Una dieta baja en grasas puede provocar una menopausia precoz?

-Sin duda. Puede provocar una menopausia precoz o una pérdida de la regla cuando no estamos cerca del climaterio. Los desajustes en el ciclo menstrual, aunque sean leves, indican que tenemos un problema de salud o de carencia nutricional.

-¿Hay grasas buenas y grasas malas?

-Es lo que se ha dicho tradicionalmente en nutrición. Las buenas se decía que eran las insaturadas, y las malas, las trans o saturadas. Hoy no está tan claro. Se ha visto que hay grasas saturadas, naturalmente presentes en alimentos, como la del coco, que son saludables.

-¿Cuál es la clave?

-Parece que no es tanto una cuestión de saturado o insaturado como de la procedencia de la grasa, de si es una grasa presente en un procesado, un aceite vegetal refinado, o una grasa cruda, presente en los alimentos. Pero hay aún profesionales de la salud que no defienden esto. Lo importante es, al final, consumir sobre todo materia prima de calidad. Y en el caso de los aceites, crudos, mucho mejor.

-¿Todo lo natural es bueno y todo lo procesado es malo?

-No, no es así. Una alimentación basada en materia prima y alimentos de origen natural nos acerca a una pauta saludable, pero no podemos meter todos los procesados en el mismo saco. Por ejemplo, un procesado como el tofu o el yogur no es lo mismo que un ultraprocesado, que ese tipo de producto que tiene una larga lista de ingredientes. Que un alimento no tenga etiquetado en el súper es bueno: los únicos alimentos exentos de la obligatoriedad de llevar etiqueta son los que están compuestos por un ingrediente, como una manzana. Una materia prima no necesita etiqueta. Si es de origen vegetal, seguramente sea un producto saludable. Si es animal, depende.

-¿En qué debemos fijarnos cuando sí hay etiqueta?

-El primer ingrediente que aparece es el que más lleva el producto. Si el primer ingrediente es azúcar, es un procesado poco interesante. Y esto es lo que ocurre con una crema de cacao untable muy conocida... Ojo, hay alimentos procesados poco interesantes que nos los quieren vender metiéndoles un ingrediente interesante. Lo ideal es que sea una etiqueta con cinco ingredientes o menos. De esta forma nos aseguramos de que es un buen procesado.

-¿Hay alimentos prohibidos?

-Rotundamente no. No puede haber alimentos prohibidos. No hay alimentos buenos y alimentos malos, porque esto implica moralizar la comida, y la comida no tiene un carácter moral, a no ser que lo tenga por nuestra religión o por nuestras creencias personales. Hay alimentos nutricionalmente interesantes y otros que no lo son, pero distinguirlos en buenos y malos puede llevar a trastornos de la conducta alimentaria, que a veces están relacionados con miedos. Es salud mental, por ejemplo, que sea capaz de tomar un Donut sin sentirme culpable.

-Defiendes el «hambre emocional».

-Porque nuestras emociones son parte de nosotros, de todo lo que hacemos. El problema es patologizar nuestra relación con la comida. No solo el hambre fisiológica es real, también es real el hambre emocional. El problema surge cuando solo a través de la comida podemos lidiar con nuestras emociones. Pero demonizar la alimentación emocional solo nos lleva a tener una mayor dependencia de ella.

-¿Qué tiene de malo la operación bikini?

-¿Qué tiene de bueno? [risas] Puede sonar radical, pero es así: la operación bikini es violencia estética contra la mujer. Es la imposición de que, sea cual sea el cuerpo que tú tengas, tienes que cambiarlo para entrar dentro de un canon y ser digna de ir a la playa o a la piscina.

-Inevitablemente nos influye la mirada del otro, el que nos vean bien...

-Sí, claro. Desde que nacemos, es un bombardeo constante: Qué comen las francesas para estar delgadas. Esto se nos va metiendo en la cabeza, cómo comer sin engordar... Pero este no es un ideal de salud, esta es la justificación para que no parezca algo superficial. Algunos profesionales de la salud tienen además una visión pesocentrista de ella, basan la salud en el peso, cuando es ridículo con lo que sabemos hoy.

-¿Cómo llevar una buena dieta, que equilibre lo que nos apetece con lo nutricionalmente interesante?

-Si queremos comer de forma saludable de forma intuitiva debemos tener en casa sobre todo alimentos mínimamente procesados. Si el abanico de posibilidades en casa son cereales, galletas... es difícil comer de forma saludable. Hay que escuchar el cuerpo, saber identificar si tengo hambre o no, cuáles son sus necesidades. Para esto, es necesario tener una buena salud mental, porque es difícil hacer malas elecciones con la comida bajo el estrés, la ansiedad.

-¿Viejos mitos que nos hacen daño?

-Hay muchos, y muchos generados por la industria. El desayuno no es lo más importante del día, ni siquiera es necesario. Para que el niño desayune, si vas con prisa, le vas a dar unos cereales o unas galletas. Es mejor que un niño no desayune a que desayune este tipo de cosas. Mejor que coma una pieza de fruta al cabo de tres horas o un buen plato de lentejas a la hora de comer.

-¿Es tan difícil que los niños coman bien?

-No. Si no los acostumbramos desde pequeños a las galletas, a los azúcares, a los cereales... no es tan difícil. Si les damos la pieza de fruta en vez del bollo, si el snack son frutas o frutos secos, si en vez de galletas compradas les hacemos unas con avena y plátano, si sacamos los ultraprocesados de nuestra vida diaria será mucho más fácil que los niños coman bien. Es otro falso mito el de «Hay que comer cinco veces al día». Es mentira. Tampoco se sabe a ciencia cierta cuál es la correcta distribución de los macronutrientes en las comidas (la cantidad de proteínas, grasas, hidratos...), depende de cada persona. Hay mucho mito relacionado con el interés de la industria. Al final, el cuerpo sabe lo que necesita si nos permitimos escucharlo, si no lo saturamos. Como nutricionista, mi papel no es darle a una persona la mejor alimentación posible. Mi papel es mejorar su salud a través de la alimentación, porque a veces la mejor alimentación para una persona no es lo más adecuado, puede generarle tal estrés que lo que conseguiré será crearle un peor estado de salud a costa de imponerle una dieta. Mi objetivo no es que comas perfecto, si no que tras entrar en mi consulta tu salud global mejore. Y eso se hace a través de la alimentación, pero esto no implica que sea una alimentación perfecta. A veces muchos cambios son contraproducentes. Lo que no puedo es crearte, a costa de imponerte una dieta, crearte un problema de salud mental o acentuarlo. Y esto es algo que sucede mucho.