Antonio Sitges-Serra, cirujano: «La medicación para gente sana es el último grito»

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«Si puede, no vaya al médico», nos insta el catedrático de Cirugía en un libro que señala una hipocondría social, las debilidades de la gestión sanitaria y llama a reconducir la orientación de la salud de la mujer. «En España, una de cada tres o cuatro mujeres toma antidepresivos o ansiolíticos», subraya

26 ene 2023 . Actualizado a las 14:34 h.

Si puede, no vaya al médico. Eso receta, contra la corriente general de las últimas décadas, el cirujano y escritor Antonio Sitges-Serra en un libro dedicado «al personal sanitario que ha padecido las arbitrariedades de la gestión y a los pacientes que han sufrido las arbitrariedades de los médicos». Sitges-Serra ofrece una reflexión «a largo plazo» sobre el sistema sanitario y la manera de entender hoy la medicina y la salud. ¿Somos pacientes o clientes?, nos interroga. Y señala: «La medicina cura muchas enfermedades, pero en muchas situaciones genera dependencia». 

1 Su libro «Si puede, no vaya al médico» es una provocación a contracorriente. ¿Cuándo hay que ir?

Solo si estás mal. Si estás bien, no vayas. Hoy vamos al médico por todo, también para los dolores del alma, vamos como sedante, esperando que caiga una receta para mejorar, por ejemplo, el estado de ánimo. Para tolerar mejor una pérdida, el duelo, el paro..., cuando son circunstancias vitales que no deben medicalizarse. España está entre los tres o cuatro países del mundo con mayor expectativa de vida. Claro que se puede ir a más. Pero, en ese ir a más, cada vez gastamos más dinero y usamos métodos más agresivos con el medio ambiente para mejorías que son marginales y que generan más y más dependencia.

2 ¿Gastar más en sanidad no mejora la esperanza de vida?

En los últimos 30 años, el presupuesto sanitario se ha multiplicado por seis en España, pero no nuestra esperanza de vida. Hay una gran desproporción entre lo que gastamos en sanidad y las mejoras que hemos conseguido. En el libro reflexiono sobre si esta es la agenda que tenemos que seguir, gastando cada vez más en sanidad y produciendo cada vez más residuos sanitarios, o, más bien, se trata de procurar una mejora de los estilos de vida y de aplicar la moderación. Porque la gente piensa que la medicina es gratis, pero no lo es. Hay que hacer una llamada a bajar el nivel de hipocondría social que nos atenaza, a que la gente entienda que la medicina es hoy como una industria, como la industria automovilística o la de las comunicaciones. 

3 ¿Hay un lobby médico-industrial?

Hoy el negocio del cáncer es brutal. Es digno y respetable luchar contra el cáncer, pero detrás están las inversiones de los fondos. El gran capital ha visto en la sanidad y en la biotecnología un campo enormemente rentable. La medicina no es un hongo aparte, convive con el márketing agresivo de la industria automovilística, con las inversiones de los fondos buitre...

4 ¿Somos una sociedad hipocondríaca, de enfermos imaginarios?

Hemos pasado de las utopías sociales a las tecnocientíficas, que nos prometen una vida eterna aquí, porque la gente ha dejado de creer en una vida eterna en otra parte. Hay inversiones masivas en sanidad que potencian la hipocondría social como forma de negocio. Y hoy se busca alargar la vida al máximo bajo cualquier circunstancia. Pero la muerte no es algo que podamos posponer definitivamente. Ahora, claro, en esto hay mucho negocio...

5 La medicina moderna, según sostiene, ha favorecido la cronificación de enfermedades incurables que castigan la calidad de vida y prolongan las agonías. ¿Hoy morimos peor? Morir en casa es un privilegio.

Debemos recuperar un poco la tradición de la muerte natural, porque ahora la muerte es artificial. Llamo a la reconciliación con la muerte natural. Estoy a favor de alargar la vida, pero no de alargar las agonías. La eutanasia es un mal remedio, pero, ahora, si es el que hay que poner... lo ponemos. El problema es llegar ahí. 

6 Señala que el cáncer de mama tiene raíces «en la transformación del papel social de la mujer y sus nuevas prioridades vitales». Dice que las mujeres están pagando un alto precio por su salud, sin ser muy conscientes. ¿Se medica de más la salud de las mujeres? ¿Qué tiene de malo, por ejemplo, la terapia hormonal para retrasar la menopausia?

Las campañas en EE.UU. y el Reino Unido para retrasar la menopausia multiplicaron por tres el cáncer de mama y los accidentes cardiovasculares. Ahí estaba implicado todo el mundo: las mujeres por querer mantener la regla más tiempo, los ginecólogos, las farmacéuticas porque encontraron una mina. Claro, la menopausia la tienen todas las mujeres, ¡así que se trataba de medicalizar a todo el género femenino! Fijate el carácter sistémico que puede tener esto, pero yo aquí no busco culpables, sino que trato de entender un poco el mundo en el que estamos viviendo. En España, actualmente una de cada tres o cuatro mujeres toma antidepresivos o ansiolíticos. ¿No debería tomar la salud de la mujer otra orientación? Es una reflexión que debe hacer la mujer.

7 ¿Consumimos fármacos sin necesidad?

Una de las obsesiones de las farmacéuticas es medicalizarnos al máximo. En América han aparecido los llamados «fármacos de estilos de vida», que quieren medicarnos la tristeza, el puerperio, el síndrome premenstrual... Medicación para gente sana, ¡el último grito de las farmacéuticas!

8 ¿Cómo evalúa el sistema sanitario? ¿Cuál es hoy su mayor debilidad?

Su gran debilidad es la limitación presupuestaria. La medicina pública tiene que hacer una reflexión de costes/beneficios. ¿Por qué comprar cirugía robótica de alto copete si con cirugía más simple podemos curar igual? Otra debilidad es la politización. Aquí los políticos invaden esferas que en otros países están ocupadas por organizaciones civiles, como colegios, sindicatos y sociedades científicas.

9 En el libro, Pfizer sale varias veces y no para bien... Levanta suspicacias en torno a la «vacuna buena».

Pfizer es la multinacional más multada del mundo, con más de 3.000 millones en los últimos años de multas por prácticas dudosas. Hay otras, pero Pfizer se lleva la palma en esto.

10 ¿ El médico debe ser también un humanista?

Claro, porque, si no, acabaremos convirtiendo esta profesión en una rama de la biología mezclada con los negocios. Y eso no es la medicina. La medicina es una praxis clínica donde se toman decisiones muy importantes para la salud de las personas. En las facultades de Medicina aprenden mucho la cardiología, la histología y la anatomía, pero les falta muchas veces el background cultural necesario para entender qué es el medicina en el XXI. El médico debería tener una cierta capacidad de reflexión sobre lo que hace, no simplemente hacer. Pensar si lo que hace es útil, si es empático o no con el paciente... y ese tipo de discurso muchas veces está totalmente ajeno a las facultades de Medicina. No veo que haya un mensaje para motivar a la gente joven más allá de ver cómo está el sistema sanitario y convertirse en un buen psiquiatra o en un buen cirujano.