«El covid me ha dejado embarazada de gemelos»

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MARCOS MÍGUEZ

Los hijos del covid. Los meses de cuarentena nos trajeron kilos de bizcochos, mucha lectura, recetas de cocina y películas de Netflix, pero también nos regalaron tiempo. ¿Cómo lo aprovecharon algunos? Aquí tenemos la respuesta

16 jul 2020 . Actualizado a las 14:12 h.

Los días en cuarentena, los días en que estuvimos encerrados, pudieron ser desquiciantes para algunos. De hecho, como hemos publicado ya en este periódico, en China aumentaron en ese período los divorcios; pero a falta de que lo confirmen aquí los datos, lo que podemos decir es que en algunas casas el confinamiento ha traído también un tiempo de relax y una enorme alegría. «El covid me ha dejado embarazada de gemelos», me revela Ana Tomás, aún con el shock de la noticia. Ella y su marido, Antón, pusieron todo de su parte, (hay que decirlo), para que sucediera, porque hace unos meses, en enero, perdieron el bebé que esperaban para octubre. Los dos son ya padres de una niña, Clara, de solo 2 años, y querían aumentar la familia cuanto antes, así que enseguida Ana se volvió a quedar embarazada -«tenemos buena puntería porque suele ser a la primera», señala-, pero desgraciadamente tuvo un aborto nada más comenzar el 2020.

MARCOS MÍGUEZ

 Este año raro a Ana todavía le iba a dejar alguna sorpresa más, porque cuando estábamos en pleno pico de la pandemia, confinados y con tanta agitación, ella se quedó embarazada de nuevo. «Para nosotros la cuarentena fue un momento de recuperar nuestro tiempo, porque por trabajo mi marido y yo solo nos vemos a primera hora de la mañana y por la noche. Disfrutamos en casa, pasamos muchas más horas juntos con Clara, nuestra hija, y mira, sí, se puede decir en nuestro caso que el roce hace el cariño, porque hemos estado muy a gusto 24 horas siete días a la semana», bromea Ana, que en ningún momento dejó de planear ese segundo y ansiado embarazo. «Con todo, fue un sopetón -avanza-; nosotros no tenemos antecedentes de gemelos y cuando llegué a urgencias porque me encontraba fatal y me dieron la noticia tuve que digerirla, fue un shock».

Ana es joven, tiene 32 años, pero su experiencia con los embarazos no es nada buena. «Siempre me entero antes de la primera falta, empiezo a vomitar inmediatamente y no paro durante toda la gestación», señala. En este caso, sigue el mismo camino que con Clara, pero con la diferencia de que si antes podía descansar un rato, el hecho de tener una niña a su cuidado rompe esos pequeños ratitos que tenía para sí misma. «Cuento con mucha ayuda de mi madre, que vive al lado, y de mi hermana, además estoy de vacaciones, soy profesora, y me ha coincidido bien en el tiempo, pero es un embarazo de gemelos y lo llevo francamente mal. En principio -explica- el parto está previsto para el 25 de enero, pero los médicos me han dicho que será antes».

«YO QUIERO NIÑOS»

Ana y su marido aún no saben el sexo de los bebés, y como sucede en cualquier embarazo, mucho más después de un aborto, lo único que desean es que vengan bien, aunque no disimulan sus preferencias. «Yo quiero niños», subraya Ana. «Pero mi marido estaría encantado de formar una familia con tres niñas, así que uno de los dos gana seguro», apuesta. «Si yo solo pudiese escoger un solo sexo, preferiría niña, pero una vez que la tengo, me apetece criar dos varones», apunta quien todavía no se atreve a dar ningún nombre.

Pese a estar embarazada en un tiempo en el que hay que tener mucha precaución, Ana no tiene mucho miedo al covid. «Me protejo, no salgo más que con mi hija y mi familia, y no estamos precisamente para fiestas. Veo los rebrotes, pero me da la sensación de que está bastante controlado ahora. Y fíjate que yo soy bastante hipocondríaca, pero la verdad, no puedo decir que tenga un temor enorme ahora, sí lo sentí cuando empezó todo. En mis circunstancias me preocupa más llevar bien el embarazo, los vómitos y el cansancio, que cada vez es más, y eso que mi hija se porta genial», dice.

Ana y Antón se reparten las tareas y los cuidados de Clara, y al contar con la ayuda de una abuela al lado de casa, esperan que lo que les viene encima se pueda llevar con cierta organización. «A ver, no es lo mismo uno más dos de golpe, ni tampoco son tres hijos en años diferentes. Pero viendo cómo llevo yo los embarazos es lo mejor. De la otra manera no nos hubiéramos planteado jamás ser familia numerosa, ha venido así, sin esperarlo, y hay que tomarlo como lo que es: una alegría. El covid nos ha traído esta sorpresa maravillosa, y de alguna manera lo que nos sucedió en enero se ha visto recompensado. A mis hijos (apostamos que son niños) les contaré que fueron concebidos en un tiempo y unas circunstancias muy especiales. Cuando todo el mundo hablaba del coronavirus, les diré que yo solo pensaba en ser madre. La vida sigue y hay que mirar para adelante».

MARCOS MÍGUEZ

«Le contaremos que es fruto de un momento histórico»

 PATRICIA GARCÍA

«Me di cuenta de que podría estar embarazada una noche que me desperté de pronto a las tres de la mañana y me dio una llorera. Echaba de menos a mi madre, muchas cosas…». Así fue como empezó esta nueva etapa en las vidas de Yolanda Rodríguez y Yago Barreto, futuros padres del confinamiento. Todo ocurrió a finales de marzo: «Creemos que fue ahí cuando me quedé embarazada. Como no se podía salir, solo a lo básico, fue Yago a la farmacia a por un test». La respuesta: serán padres a principios del 2021. Por ahora no saben el sexo: «Nos da igual, lo importante es que venga sano». Los dos son muy jóvenes: Yolanda tiene 23 años, Yago 27. «Siempre tuve claro que quería ser madre joven, pero no lo esperábamos tan pronto, fue un poco una sorpresa», comenta Yoli.

  NOTICIA POR VIDEOLLAMADA

«Fue raro al principio. Como no podía salir de casa y no podía contarlo en persona estuve en shock unos días y tardé un tiempo en asimilarlo». Aislados, los abuelos se enteraron de que iban a tener su primer nieto por videollamada: «A las primeras personas a las que se lo comentamos fue a mi madre, a mi tía y a la madre de Yago. Fue un poco raro porque no nos podíamos abrazar, pero acabaron llorando al otro lado de la pantalla». Aunque su madre, como todas las madres, ya sospechaba algo: «Me dijo que en las fotos de Instagram ya notaba algo, que me veía la cara diferente». Para toda la familia fue una ventana de esperanza en un momento difícil: «Entre todas las noticias negativas que estábamos escuchando, fue una alegría». Quedarse embarazada en un confinamiento supuso para Yoli tener su primera consulta con la matrona por teléfono: «Todavía no la conozco. No puedo ir al centro de salud, así que todas las consultas las voy haciendo por teléfono». ¿Su primera pregunta al médico? «Si podía surfear, después de estar tantas semanas en casa lo único que quería era meterme en el mar». Y eso fue lo que hizo, acompañada de Yago. Su bebé nacerá entre olas y será hijo del covid-19. «Cuando sea mayor se lo contaremos: eres fruto de un momento histórico».

CARMELA QUEIJEIRO

«El parón me vino genial si no, no lo hubiera intentado»

 SUSANA ACOSTA

Si fuera por la pareja de María José Vilas, hace ya tiempo que hubieran ido a por el segundo. Pero a ella la carga de trabajo le pesaba demasiado como para aventurarse a volver a quedarse embarazada. Esta vecina de Ribeira regenta Top Fit, un gimnasio que ofrece clases reducidas con seis personas como máximo y el nivel de actividad que tenía antes de la pandemia era tal que ni se lo planteaba. Pero en cuanto el Gobierno decretó el estado de alarma se dio cuenta de que ese era el momento perfecto para intentarlo: «Pensamos que tenía que ser ahora o nunca. Era el momento ideal a nivel de trabajo. Yo doy muchas clases al día y sabía que durante una temporada iba a tener mucha menos carga de trabajo. Entonces, ¡qué mejor momento que ese!».

 Dicho y hecho, a finales del mes de marzo Mari, que así es como la conoce todo el mundo, se quedó embarazada: «El parón me vino genial. Fue dicho y hecho. No tardé nada en quedarme». Además, también le permitió pasar casi todo el primer trimestre en casa, en el momento más delicado del embarazo. Algo que, en otras circunstancias, hubiera sido imposible: «Al principio lo pasé mal porque tenía bastantes vómitos y estaba bastante cansada. Así que eso me permitió poder estar en casa en esa etapa. Hacía algunas clases online y luego el resto del tiempo tenía que estar tumbada en cama», explica mientras reconoce que esta mala racha ya pasó y que se encuentra estupendamente.

Aunque sigue teniendo respeto a la pandemia, para ella no fue en ningún momento un elemento disuasorio: «Me asusta coger el covid como a cualquier otra persona. Pero, por lo que tengo entendido, creo que si eso sucediera no le afectaría al bebé. Solo a la mamá. Entonces da igual que estés o no embarazada, aunque a nivel psicológico sí te puede afectar algo más».

Mari piensa que no ha sido la única que se ha animado durante el confinamiento a tener más hijos. Ella le da clases de gimnasia a embarazadas: «Tengo seis chicas en clase que están también en estado. Y alguna conocida más. Creo que todo el mundo pensó que era el momento ideal».

El nacimiento del segundo hijo de Mari está previsto para mediados de diciembre. Su hermano está como loco con la noticia y está segura de que cuando crezca el bebé siempre le contarán el difícil momento que estaba viviendo el mundo cuando se engendró.