¿Cuánto pagarías por veranear en esta casa?

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Ana García

Pasa y descubre el precio de esta vivienda en el corazón de la Costa da Morte, a tan solo un kilómetro de la playa de Langosteira y al pie de la Ruta dos Faros, con todo tipo de comodidades y un diseño de ensueño. Un lujo

09 jul 2020 . Actualizado a las 10:39 h.

Es el sueño de cualquier familia que quiera veranear en la Costa de Morte. Una casa de 260 metros cuadrados, situada a la entrada de Fisterra, y rodeada por una finca de 2.600 metros cuadrados. Cuenta con tres habitaciones —capacidad para seis personas, con posibilidad para añadir una cama supletoria para algún niño—, dos baños, salón más que luminoso, piscina y a tan solo un kilómetro de playas tan conocidas como la de Langosteira y muy cerca de la Ruta dos Faros. Además, cuenta con un diseño moderno y actual y está recién construida. La casa apenas tiene un año. Vamos, casi de estreno. ¿Alguien da más?

Ana García

Sus dueños, Marcos Díaz y Conchi Mariño, lograron hace apenas unos años hacer realidad su sueño de construir una casa en su tierra natal. Ellos, que trabajan en Santiago, querían echar raíces en Fisterra. Tenían el terreno disponible, era una finca familiar, así que decidieron ponerse manos a la obra. «Fue a través de un compañero de trabajo que me comentó que su hijo, Saúl Muñiz, era aparejador y que tenía un estudio con un arquitecto en Vilagarcía, Raimundo Ferro. Y me quedé con su nombre y le dije que cuando necesitara a algún arquitecto y aparejador para hacer mi casa lo llamaría». Y así fue.

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«Nosotros sabíamos lo que queríamos. El arquitecto materializó la idea, nos la presentó y nos encantó. En el momento ya le respondimos que sí», indica este trabajador de Salvamento Marítimo, que solo modificó algunos detalles del proyecto: «Solo un par de cambios. Por ejemplo, la madera de la casa en la fachada, que ahora es de batea y en el proyecto era de madera normal. Como la casa está en un núcleo rural, queríamos que fuera un poco más acorde al entorno. Y además, es madera reciclada que ya le estás dando una segunda vida». No solo tuvieron suerte con el arquitecto y el aparejador, sino también con el constructor, Revesduyo, que es el hermano de Marcos: «Eso fue lo mejor. La tranquilidad de saber que estaba en tan buenas manos», confiesa.

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La construcción de la casa está valorada en unos 400.000 euros, «aunque algunas cosas las pagamos aparte, de nuestro bolsillo, como la piscina, y la terraza de madera que hicimos en ella»: «No es que tuviéramos mucho dinero. Yo llevo toda la vida navegando en Salvamento Marítimo y teníamos un dinero ahorrado, que siempre quisimos invertir. Digamos que esa es una inversión a largo plazo y decidimos meternos». Porque esta casa, además de ser el hogar de sus sueños, también les sirve para alquilarla cuando ellos no pueden disfrutarla: «La alquilamos desde el año pasado. En agosto. Nosotros la disfrutamos en julio. Y este año también, los diez primeros días de julio estamos nosotros y luego le sacamos un rédito», aclara.

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Pero además de inquilinos, Relax Fisterra Home, que es así como se llama el inmueble, cuenta con numerosos visitantes deseosos de conocerla: «Nosotros somos de Fisterra de toda la vida. Y mucha gente que pasa por allí y que conoce a mis padres o a los padres de mi mujer, nos preguntan si no nos importa que se la enseñemos. Y nosotros encantados».

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A pesar del covid y de la ausencia de turistas extranjeros, este verano ya la tiene completa: «El año pasado los primeros clientes que tuvimos fueron franceses. Era un matrimonio con dos hijas que la alquilaron por diez días y la verdad es que genial, porque entablamos amistad y seguimos en contacto con ellos». La casa, aunque tiene capacidad para seis personas, en la mayoría de los casos suele reservarse para cuatro: «Es ideal para una familia con dos niños y los abuelos o tres parejas de amigos. Pero el año pasado casi todos los clientes que tuvimos eran una pareja con un crío. Tres o cuatro personas, no más», dice quien no puede ocultar la ilusión que ha puesto en este proyecto: «La verdad es que la casa nos encanta. Es muy cómoda. El salón, además al tener doble altura con la cristalera, no te da la sensación, en ningún momento, de que estés en el interior. Parece que estás fuera, al aire libre. Y en las habitaciones, igual. Durante el verano abres todas las puertas y se une la terraza con el salón. Es genial para hacer barbacoas y para estar en la piscina con los críos. Además le pusimos suelo de hormigón pulido porque nos gustaba el estilo industrial, pero también porque no queríamos estar pendientes de si se caía algo al suelo que lo pudiera estropear. Es muy cómoda. Es una casa para utilizar y disfrutarla. No para estar de exposición. La queríamos para eso».

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En temporada alta, es decir, durante los meses de julio y agosto el precio de este inmueble es de 400 euros al día. Mientras que el resto del año se alquila por 300 euros: «Tuve alguna oferta para alquilarla todo el año. Lo que pasa es que no nos interesa porque también la queremos disfrutar», reconoce Marcos. Y no me extraña.