¡Pero si los nombres gallegos son preciosos!

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VÍTOR MEJUTO

Xonxa y Breogán bajo un mismo techo. No están en el top de la onomástica, pero a muchos padres sigue sin importarle. Como a Antonio, que rompe las estadísticas, y le ha puesto a dos de sus hijos estos dos nombres «tan nosos»

13 jun 2020 . Actualizado a las 15:34 h.

Ni Uxía, ni Antía, ni Brais, ni Breixo, ni Xoel. Ninguno de ellos se encuentra entre los preferidos por los padres gallegos. No hay rastro de galleguidad en los 50 nombres más comunes que eligen los progenitores, pero eso incluso puede llegar a ser un atractivo para otros padres que sí reivindican las raíces en el nombre que eligen para sus vástagos. Es el caso de Antonio Blanco, que rompe la estadística no solo porque supera con creces la tasa media de natalidad, sino porque de los tres hijos que tiene, dos de ellos llevan nombres gallegos.

«La mayor, que tiene 7 años, se llama Manuela. Elegimos el nombre porque siempre nos gustó, pero luego ya con la segunda, de 5 años, le pusimos Xonxa y el tercero, de apenas 2, se llama Breogán», asegura Antonio, que explica que en la elección del segundo nombre hubo cierto aire de romanticismo: «Siempre tuvimos claro que si teníamos niños iban a ser nombres en gallego. Y coincidió que hicimos una visita a Petín, el pueblo de Ourense donde se grabó Sempre Xonxa. Ya habíamos visto la peli en su momento y entonces ya dijimos que si teníamos una niña le pondríamos Xonxa. Así que lo tuvimos muy claro desde el principio». Así fue como él y Luisa, su mujer, sintieron casi el mismo flechazo por este nombre que Birutas y Pancho con la protagonista de este filme: «Nos gustó el pueblo, la peli, y luego también está el tema del compromiso del país. Para nosotros es importante que nuestros hijos se sientan identificados con Galicia». Pero hay más porque si encima le sumas que «los nombres gallegos son preciosos», a Antonio se le despejaron todas las dudas a la hora de elegir nombre.

ANÉCDOTAS PARA ABURRIR

Además, en cuanto esta familia de A Coruña pone un pie fuera de Pedrafita, las anécdotas se multiplican. Dice que hay para aburrir: «Sobre todo con la gente que no es gallega. Y empiezan a preguntar ‘¿cómo se dice?’: ‘¿Choncha? ¿Sonsa? ¿Sosa?’ ¡Madre mía. Ni que fuera chino! Como decía Touriñán en uno de sus chistes: ‘Pero Shakira si que o sabedes dicir, non?», bromea Antonio, que sí reconoce en cambio, que en Galicia a mucha gente le gusta el nombre de su hija: «Todo el mundo me dice que es muy bonito. Además es muy poco común. No es que sea esto una ventaja, al menos para mí, pero sí que es cierto que a la única Xonxa que conocí fue a una chica de unos 30 años. Lo que ya no sé si también se lo pusieron por la película, aunque por las fechas coincide».

Lo que ya le hace menos gracia es que ni Papá Noel, ni los Reyes Magos sepan pronunciar el nombre de sus hijos pequeños cuando les hacen una videollamada en Navidad a través de las distintas aplicaciones: «No lo veo normal, deberían ser políglotas. Vamos a tener que darles unas clases de gallego», bromea delante de sus hijos.

El último en llegar hace apenas dos años fue Breogán. ¿Hay mejor nombre que ese para nacer en A Coruña? Eso mismo han pensado sus padres: «Se lo pusimos porque nos gustaba, era también un nombre gallego y encima en A Coruña tiene mucho significado. La leyenda de Breogán con la construcción de la Torre de Hércules y de que desde su cima se veía una orilla verde, según cuenta el Libro de las conquistas irlandesas». Imagínate lo que puede ser cantar el himno gallego en la casa de estos coruñeses: «Sí, para nosotros tiene mucho más significado, pero Breogán todavía es muy pequeño para darse cuenta».

MÁS NOMBRES GALLEGOS

Sobre el hecho de que en la lista de los nombres más comunes no figure ningún nombre exclusivamente gallego, Antonio reconoce que le gustaría que no fuera así: «Mal no me parece porque cada uno que le ponga el nombre que quiera a sus hijos. Faltaría más. Pero si formamos parte de esta tierra tan bonita, con una idiosincrasia tan bien definida, con una lengua propia y con tanta historia, no entiendo ese complejo de no poner nombres de aquí a los niños. Si, además, los hubo siempre. No vienen de ahora, no son inventados. Sí me gustaría que la gente pusiera más nombres gallegos a los niños. Antes se ponían más. Son modas, yo creo. Pero también es cierto que no estamos tan concienciados como en Cataluña o en el País Vasco. Yo lo veo como un compromiso con Galicia y mi mujer también», dice.