A Jaime y Mari también les pasó. Tuvieron que aplazar la fiesta que tenían organizada. Les apetecía disfrutar con la familia de un almuerzo en el restaurante Domus de A Coruña. Pasarlo a lo grande en el crucero por el Báltico que habían reservado, pero… «Fue una decepción, y en especial para mi mujer, pero las circunstancias son las que son», se lamenta Jaime Faginas Díaz. Tiene 73 años y su esposa, María del Carmen Souto Meizoso, 71. Se casaron siendo unos chavales el 7 de junio de 1970. Mañana hará 50 años. «Recuerdo que se jugaba el Mundial del 70 que finalmente ganó Brasil. Nos casamos en la iglesia de Santiago, el convite fue en un restaurante que había en Santa Cristina y la noche de bodas la pasamos en el Hostal de los Reyes Católicos. Seguía los partidos por la radio», relata este hombre que reconoce que siempre fue muy futbolero. La luna de miel los llevó a Madrid y a la catalana Playa de Aro, pero Jaime no se perdió un partido del último Mundial que jugó Pelé. Decía que se casaron hace medio siglo, pero en realidad llevan juntos 55 años. Desde la adolescencia a la jubilación comparten proyecto vital. «Mantenemos una extraordinaria relación basada en el respeto mutuo y cierta libertad para quedar cada uno con sus amigos. Compartimos los mismos gustos, como la playa e ir de vinos. Nos llevamos bien y nunca tuvimos una bronca. Jamás se levantó la voz en mi casa. Seguimos siendo una pareja de novios», asegura. Cuando se casó la gente llenaba los estadios mexicanos y ahora no hay fútbol y no se puede ir al campo. Su amor sigue siendo el mismo, pero las cosas cambiaron bastante.
EL PRIMER BAILE
Mari regentó desde los años setenta una tienda de decoración, Alessa. Unió el nombre de sus hijos, Alejandro y Sandra y puso una ese a mayores para darle un toque más chic. Jaime estudió Náutica, pero tras la mili por la Marina decidió buscarse la vida en tierra y aprobó unas oposiciones para las denominadas Mutualidades Laborales, el germen del Instituto Nacional de la Seguridad Social. Muchas cosas sucedieron desde entonces. Momentos buenos y algunos malos, pero nunca hubo una bronca en casa de los Faginas. «El secreto es que Mari es muy templada y sosegada. Cualquier cosa que ocurre ella siempre lo templa para que no haya discrepancias», analiza 55 años después de aquel baile en el Circo de Artesanos de A Coruña donde la vio por primera vez. «Los noviazgos de antes eran distintos a los de ahora, solo nos veíamos los domingos en el baile», recuerda. Ahora parte de su tiempo lo ocupan los cinco nietos, pero cuando pueden se escapan y dan un paseo de la mano como cuando eran novios. Pasaron 55 años y están felices el uno al lado del otro como el primer día. «El secreto es tenerse cariño y respetar los gustos», sentencia Jaime, que cuenta las horas para que empiece la liga y sueña con poder realizar la fiesta y el viaje que quedaron pendientes.