10 consejos para no pedir el divorcio después de la cuarentena

YES

grinvalds

Coge aire y respira.. Vamos a poner los medios para no seguir el camino de China, donde después del confinamiento se ha incrementado el número de separaciones. Es momento de contar, pero no los días que faltan, sino hasta 10, 20, 50.... O lo que necesites

04 abr 2020 . Actualizado a las 10:13 h.

1.Tiempo para cada uno

Para superar este reto de la convivencia y no acabar tirándonos de los pelos, es fundamental disponer de un rato al día, mínimo de treinta minutos, para hacer las cosas que le gusten a cada uno. «Mantener aquellas aficiones que cada miembro de la pareja ya hacía por separado», explica la psicóloga Alejandra Sierra. Tocar la guitarra, hacer yoga, leer...2.

2. Entrenar el autocontrol

Hay quien lo tiene más desarrollado y quien menos, pero los más impulsivos deben practicar el desarrollo de la templanza, si no quieren tener problemas estos días. La psicóloga y sexóloga de la clínica Vida de Vigo, Aránzazu García, aconseja esforzarse en cuidar cómo decir las cosas. Y si antes tenemos que contar hasta diez, contamos.

3.Cuidar al otro desde ya

«Conviene que no seamos alarmistas, pero también que no demos por hecho que no nos va a pasar nada», explica Aránzazu. Si te pones en la situación de que igual pierdes a tu pareja, es probable que igual quieras cuidarla los últimos meses y que los vivas de otra manera. «Hay gente que está muy preocupada por enfermar y luego no cuida las cosas», dice.

4. Juegos de pareja

Puestos a mantener el estado civil después del encierro, los expertos recomiendan uno de los juegos que más se utiliza en terapia de pareja: «Pille a su pareja haciendo algo agradable». «Escribir en un papel todos aquellos gestos o detalles que hace mi pareja porque me quiere, —señala Alejandra—. Si me da un beso, me hace café, me tapa los pies con la manta... ».

5. Programar citas a solas

Recomienda no perder esos ratos de estar a solas una vez a la semana que se tenían, para estar sin móvil, sin niños... «Tener una cita de verdad, hacer el esfuerzo de estar los dos hablando de aficiones nuevas, de intereses, de lo que nos gustaría hacer...», dice Alejandra. Las relaciones sexuales tampoco deberían descuidarse, apunta Aránzazu. «Ayudan muchísimo».

6. Pedir perdón

Hay personas que lo hace sin problema y otras más orgullosas a las que les cuesta pronunciar estas seis letras. En este momento de convivencia, donde igual hay más roces, estamos más nerviosos o de malhumor, «si respondemos mal, igual a las dos o tres horas o al día siguiente puedo pedir disculpas o dar un abrazo», dice Aránzazu, que recomienda: «Por lo menos que entre un roce y otro, haya espacio para curar la herida».

7. Reparto de tareas y rutinas

El orden reduce la crispación, por ello tanto Alejandra como Aránzazu nos animan a llevar una rutina y un reparto de responsabilidades desde primera hora de día, sobre todo si hay niños. Así, estará claro quién se encarga de cada cosa y será menos probable que exista una frustración por una expectativa que no se cumple. Si uno cocina, el otro baña, o ayuda con los deberes...

8. Pasar por alto manías y roces

Alejandra aconseja pasar por alto aquellas cuestiones que nos pueden sacar más de quicio o producir roces de convivencia y tratar de darles la importancia real. Vamos a pasar muchas horas encerrados, y hay que tratar de que las discusiones sean lo más prácticas y sanas posibles. En caso de no poder gestionar estos conflictos, invita a recurrir a terapia.

9. Mantenernos ocupados

Cuando los profesionales insisten en ello, habrá que hacerles caso. Dicen que si hay tiempo libre es buen momento para tirar de la lista de tareas pendientes, organizar armarios, trasteros o garajes, lo que sea, pero mantenerse ocupado. «Aunque dé pereza al principio —explica Alejandra—luego te vas a sentir bien, y cuanto mejor estés tú, va a reportar en la relación con tu pareja o hijos».

10. No volcar la insatisfacción en el otro.

Es muy fácil, sobre todo ahora, creer que si estamos mal es por culpa del otro. Dice Aránzazu que tendemos a pensar que si estamos de malhumor es por lo que dijo el otro, e igual llevábamos ya tres horas... O volcar el nerviosismo e inseguridad en la pareja. «No es así, somos siempre responsables de nuestro estado, sea cual sea».