«El Satisfyer es maravilloso para la pareja»

YES

cedida

En el amor Patricia Ramírez es naranja entera, pero su mitad en escena es Silvia Congost. Esta pareja, que ha lanzado «Diez maneras de cargarte tu relación de pareja», le pone humor y recetas a los conflictos del amor. «El baño puede ser el antisexy», advierten. ¿Te suena?

22 feb 2020 . Actualizado a las 05:00 h.

No todas las parejas son salvables, dice la psicóloga Patricia Ramírez, máster en Psicología Clínica y de la Salud, que publica con la experta en autoestima Silvia Congost Diez maneras de cargarte tu relación de pareja. «La terapia de pareja tiene una alta probabilidad de fracaso. Yo suelo decir que las parejas siempre llegan tarde», afirma la psicóloga. Hay estrategias que conducen, sí o sí, al fracaso. Y soluciones que conllevan más práctica que propiedades mágicas.

 -En el libro «Diez maneras de cargarte tu relación de pareja», identificamos situaciones cotidianas, como la dejadez, la falta de comunicación, el peso de la rutina o «el baño de la discordia»...

-Cuando hablamos de la dejadez, de no cuidar los detalles en la relación de pareja, de la falta de comunicación o las mentiras piadosas, la gente se siente enseguida identificada. El baño, perder las formas, puede ser el antisexy.

-¿La comunicación está sobrevalorada? ¿Hablamos y hablamos sin decirnos nada?

-No se trata de hablar por hablar, de que haya comunicación, sino de que haya entendimiento. Y para eso tenemos que entender cómo funciona el cerebro del hombre y el de la mujer. Las parejas que se llevan mal tienden a interpretarse mal. Es algo que no solo pasa en la pareja. Hay que pensar un poco más antes de hablar, plantearnos si el comentario es hiriente... Otro error frecuente es el adivina-adivinanza. Esa idea de que si me conoces y vives conmigo deberías saber qué pienso, adivinarme y decir las cosas que quiero escuchar. Las personas no funcionamos así.

-No habrá fórmula para la felicidad, pero sobran armas para el conflicto. ¿Cuáles son las más comunes?

-Querer cambiar al otro es una de las formas de conseguir que una relación fracase. Eso de: «Hay cosas que no me gustan, pero como está enamorado o enamorada de mí, ya conseguiré que cambie». Si ves muchas cosas que cambiar en tu pareja, esa pareja no es para ti.

-El problema es que, enamorados, vendemos un yo con filtros, enseñando lo mejor, disfrazándonos. Eso genera en el otro expectativas. ¿Deberíamos vendernos menos para que el éxito no acabe en fracaso?

-Es normal comportarse de manera agradable para el otro, pero no deberías vender unos valores diferentes a los tuyos ni hacer concesiones que no quieras mantener en el tiempo. Hay que ser uno mismo y encontrar a esa persona que nos permita ser nosotros mismos...

-Adaptándonos...

-Adaptándonos en algunas cosas. Convivir implica pensar en el otro, hacer concesiones, pero no en lo esencial. Si una de tus prioridades es hacer deporte, no podrás ceder en eso.

-Contra la libido, ¿niños pequeños, la revolución que traen consigo?

-Los hijos implican un sacrificio grande del tiempo en pareja. Como estás agotada, te metes en un bucle, tanto ellos como ellas, en el que no hay tiempo de calidad para la pareja. Pero el rol de madre no debería anular la pareja, el rol personal, el rol de amiga. Para nosotras suele ser más difícil porque cargamos con un sentimiento de culpa que nos machaca. Haciendo equipo en casa es más fácil.

-«Un hombre con una gripe es un hombre fuera de juego», «la mente femenina es capaz de distinguir gamas de colores más diversas», «En torno a los 50, las hormonas de los hombres cambian [...] Ladies, no os separéis en torno a los 50. Porque os dará mucha rabia comprobar cómo se abrazan con sus nuevas parejas», decís. ¿Somos distintos hombres y mujeres, educación aparte?

-No tanto, pero hay diferencias. La mujer es más habladora por naturaleza, hay estudios que sostienen que la capacidad para el lenguaje en ella se desarrolla antes. Para un hombre, en cambio, es prácticamente inconcebible pasar una hora al teléfono con su padre, su hermano o con un amigo. Entender diferencias como estas puede ayudarnos a empatizar.

-A eso de «los hombres y las mujeres somos distintos» se le ve una inercia y una parte interesada, ¿no? ¿Ellos necesitan expresar menos sus sentimientos o tener más relaciones que ellas?

-No, eso no es así. La respuesta sexual en el hombre y la mujer funciona de manera distinta. Ellos tienen una respuesta más rápida, por la testosterona, y ellas en general más lenta. Ellas suelen necesitar unos preámbulos que las exciten.

-¿Existe la pareja perfecta?

-No, porque no existen las personas perfectas. Y toda pareja va a tener cosas que no nos gustan. Siempre.

-¿Qué mitos deberíamos romper en torno a las relaciones, los hombres y las mujeres?

-Más que de hombres y mujeres, las relaciones y la sexualidad dependen de la persona. No podemos generalizar. Hay mucho mito relacionado con el sexo, como el de que ellos deben tomar la iniciativa, o el de que la relación plena pasa siempre por la penetración, olvidando juegos y juguetes sexuales. Hay mucho mito en torno a la comunicación, del tipo «Si me conoce, debe saber lo que quiero». O ese de la dependencia, el «Para ser felices lo mejor es hacerlo todo juntos». Esa idea de la media naranja, de que tu felicidad la completa otro, pesa todavía. El pensar que solo en pareja podemos ser felices nos lleva a veces a mantener relaciones que no funcionan.

-¿Se asocian todavía, o aún más que antes, los celos con el amor?

-¡Error! Los celos no son una muestra de amor, nunca. Creo que la gente joven trae un concepto machista de las relaciones, y parece mentira. Parece mentira que no se hayan quedado con lo que nuestra generación ha aprendido. Eso de revisarle los wasaps al otro...

-¿La «celotipia», como la llamáis, tiene un aliado en el postureo en redes?

-Los likes generan comportamientos peligrosos. Las redes son un arma de doble filo, que puede derivar en una herramienta de control que da mucho miedo en jóvenes, que no tienen una experiencia que los prepare para afrontar determinadas situaciones.

-¿El que te pide «un tiempo» no está para ti?

-El que te pide un tiempo quiere alejarse de ti. «Un tiempo» significa adiós. Se parece a eso de «Tienes todo lo que me gusta de una persona, pero...». Pero nada. Si lo tuviera, estarías conmigo.

-¿Por qué tropezamos dos, tres, cuatro o cinco veces con la misma piedra?

-Habría que analizarlo. A veces solo es mala suerte, no siempre la química de lo que nos atrae. No creo que las mujeres tengamos un imán hacia el malote.

-¿Una infidelidad puede salvar una relación, como dicen algunos expertos?

-Eso depende de la importancia que le deis tu pareja y tú a la fidelidad. Yo no lo comparto. Una infidelidad suele dejar dolor y desconfianza.

-Tinder y Satisfyer son dos de las palabras claves del momento. ¿Recomendables o prescindibles?

-Tinder nos pone tan fácil quedar con alguien que se elimina el esfuerzo y nos hace entrar en un bucle de «Este me gusta, pero este me gusta más». Por otra parte, si somos honestos, puede ser una buena herramienta para encontrar pareja. El Satisfyer me parece maravilloso para la mujer, pero también para que lo use la pareja. El Satisfyer es para nada un sustituto del hombre, sino un complemento. La masturbación no excluye el sexo en pareja.

No creo que las mujeres tengamos un imán para el malote”