Sara Lage, modista: «No solo hay que verse estilizada con el vestido de novia»

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OSCAR CELA

Coge aguja y dedal. Si vas a elegir tu vestido de novia, te damos los trucos para escoger el traje perfecto. Son muchos factores a tener en cuenta. También influye tu personalidad. Vete hilvanando, tu diseño ya está aquí. Te lo cuenta la modista lucense Sara Lage

05 feb 2020 . Actualizado a las 23:54 h.

Con la llegada del año, se da por inaugurada la temporada de bodas. Sí, sí. Los novios que tienen previsto casarse en este año hace ya meses que han comenzado con los preparativos. Entre esos miles de asuntos que hay que tener en cuenta sobresale uno por encima del resto: el vestido de la novia, el secreto mejor guardado. Para ello hablamos con una especialista en crear estos diseños. Ella es Sara Lage, modista -lo prefiere a diseñadora- especializada en vestidos de novia, y que solo en este año creará 60 trajes diferentes y personalizados para cada clienta.

Lo primero que hay que tener claro es que la novia debe sentirse cómoda: «El vestido tiene que ser un reflejo de tu identidad. No es un disfraz ni nada por el estilo. Entonces creo que tienes que ser consecuente con tus gustos personales y con tu físico. Es lo más importante. A día de hoy hay muchísima información en Instagram, en blogs... y, a veces, la gente se dispersa viendo imágenes de otras personas que no son ellas. Por encima de todo eso hay que tener claro cómo es tu estilo, cómo te quieres ver, y luego tu físico».

UN PUNTO DE EQUILIBRIO

No es fácil llegar a este punto de equilibrio y Sara te da algunas claves: «Lo que va más ajustado, estiliza más que si llevas un vestido algo más flojo. Pero si tu estética es un poco oversize, ¿por qué vas a renunciar a ello? Creo que no solo es interesante verte estilizada. Debe haber un punto de equilibrio entre una cosa y la otra». A las chicas muy delgadas «y sin mucha curva» les recomienda «irse a cosas más flojas, con más caída». «Incluso hay novias que tienen un poco más de curvas que no quieren verse tan marcadas y prefieren ir un poco más flojas. Pero ahí sí que hay que buscar un poco los volúmenes para que no se vea demasiado ancho», señala.

A la hora de diseñar un vestido de novia, «hay que tener en cuenta muchos factores, no solo los contornos. Si tienes el talle largo, si lo tienes corto, si el hombro es ancho o si es estrecho... lo que hay que intentar es que la silueta femenina esté compensada». Por ejemplo, si tu cuerpo es de cadera ancha, hombro estrecho y poco pecho, «siempre interesa dar un poco más de volumen y forma a la parte de arriba, marcar la cintura y que la cadera no tenga mucha importancia, que vaya más al caer sin que quede ceñida. Consiste en equilibrar un poco la parte de arriba con la de abajo y marcar la cintura».

PRIMERA ENTREVISTA

Otro de los aspectos a tener en cuenta es la personalidad de la novia. En el caso de Sara, siempre hace una entrevista de hora y media para conocer el carácter de su clienta antes de plantear ningún boceto: «Que te cuente un poco cómo va a ser la boda, que te enseñe fotos suyas, si tiene otras imágenes que le sirven de inspiración de diseños que le gustan... Ahí es realmente donde vas trabajando un poco cómo es la personalidad de la novia. No es lo mismo que sea una chica tímida o que no, aparte del físico, si no quiere ser el centro de atención, dentro de que inevitablemente lo va a ser, o que sea extrovertida... son muchos factores los que entran para que el vestido de novia sea específico para esa chica».

Además de todos estos factores, en los vestidos nupciales también impera la moda. Y en ese sentido, la modista lucense tiene muy claro lo que se lleva esta temporada: «Las mangas abullonadas, los tejidos con más volumen. Se empieza a abandonar el minimalismo, a meter un poco más de ornamentación...Los vestidos de novia son un poco más novia y un poco menos de calle. Esto es a grandes rasgos, porque luego la tendencia es un poco relativa, porque nosotros hacemos todo a medida, no tenemos colección. Pero sí que van un poco por ahí».

También es muy importante saber elegir a los acompañantes para disfrutar de todo el proceso y no agobiarse con imposiciones ajenas: «La boda no solo es el día de la boda, sino todo lo que hay antes, todos los preparativos. Por eso, deben ir acompañadas de quien les vaya a hacer disfrutar de ese momento, de personas que piensen en ellas y que las escuchen». Lo dice porque no es la primera vez que ve que «no respetan» la opinión de la novia, que «las condicionan» y les sueltan sin pensar un «a mí eso no me gusta que no es de novia»: «Pero, por lo general, suelen venir acompañadas de gente que conectan con ellas», dice Lage que siempre recomienda a estos asesores que analicen primero «si ven a la novia así vestida».

Un traje de estas características lleva muchas puntadas y horas de trabajo. A Sara Lage puede llevarle entre cien o doscientas horas terminarlo: «Depende del vestido, de cómo evolucione, de si hay que hacerle cambios, de si lleva mucho trabajo de bordado a mano.... hay un montón de cosillas que entran ahí en juego, pero sí», explica quien comenzó a especializarse en bodas casi por casualidad: «Desde que terminé la carrera siempre hice proyectos y desfiles. Todos eran en blanco. Y me empezaron a llamar novias. Yo no había reparado en este tema, pero luego pensé: ‘Igual por ahí vamos bien’, y fue un poco así».

Sobre si es mucho más difícil crear un diseño de novia que un modelo de calle, Sara opina que es mucho más trabajoso: «Lo que lo hace más difícil es que al final para ellas es un día superimportante. Entonces dudan mucho de si esta será la mejor elección, si no estarán equivocadas... Lo hace más complicado todo el proceso, esa presión y a la vez la ilusión que tienen. Todo eso lo hace más bonito, pero también más complejo. Y luego en cuanto a la técnica sí, es más laborioso porque le metes muchos más detalles que a un vestido de calle, más bordados y cosillas que a nivel de elaboración son un poco más complejas».