Cuenta atrás para 4.000 panetones

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Marcos Míguez

26 oct 2019 . Actualizado a las 05:00 h.

A principios de semana quedaban 3.314. La cuenta atrás para los 4.000 exclusivos panetones de la firma Pancracio ya se ha iniciado. Sus responsables saben que los van a agotar en un abrir y cerrar de boca y no van a hacer más. «Durante años los elaboramos para empresas de alto nivel que los utilizaban como regalo para sus socios y accionistas. En total hacíamos unos 2.000, pero este año doblamos la cifra porque es la primera vez que lo lanzamos al mercado, aunque existimos desde hace tiempo», me comentan los responsables de esta firma, que estos días estuvieron en Galicia. Asistieron en la Finca Montesqueiro a la fiesta prenavideña de AV Nadal y Villar Distribuciones, que dirige Ana Villar. «Llevamos desde el 2005 haciendo regalos de Navidad y ganándonos año tras año la confianza de las empresas que buscan un obsequio personalizado y gourmet. Los meses anteriores nos dedicamos a buscar proveedores que puedan aportar esa diferenciación por producto artesano, con mimo, con calidad, recetas antiquísimas…; son pequeños productores que generación tras generación aportan ese sabor único del producto bien hecho», explica poco antes de la gastronómica fiesta-presentación.

VARIEDAD DE PRODUCTOS

Hubo de todo. Desde tejas sevillanas a las Maruxas galegas. Del turrón de Jijona más antiguo, el de Primitivo e hijos, hasta el aceite de oliva de Quiroga. Y todo tipo de vinos, licores y jamones de los de verdad. Para volverse loco. Y, por supuesto, ese exclusivo panetone que incluye AV Nadal en sus regalos y que también puede encontrarse en algunos locales de productos delicatesen como La Tienda de Lino o Pandelino en A Coruña, La Sucursal en Lugo, y algunos más que se incorporarán a la lista.

Nunca me atrajeron esos panetones que forman montañas en las tiendas de los aeropuertos. Con la cantidad de dulces maravillosos que tenemos en España nunca comprendí la necesidad de tomar este proveniente de Italia y extendido por todo el mundo. Bastante desaborido. Hace unos años cambié un poco de opinión cuando Pablo Morales, antes de que abriese su negocio Habaziro, me regaló un panetone que hizo en su casa. Otra liga. Los de Pancracio te lo envuelven y te lo presentan con tanto detalle y esmero que al final acabas sucumbiendo a la tentación. La cuenta atrás ha comenzado.