«Es un hobby totalmente sano, no hacemos ningún mal»

C. B.Torrado / S. F

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MARCOS MÍGUEZ

28 sep 2019 . Actualizado a las 05:00 h.

Miguel del Río es una buena pieza. Este joven aficionado a las figuras de Lego une la actividad de montaje con su afición a la saga de Star Wars, de la cual tiene una colección envidiable. Su romance con la marca danesa de bloques comenzó hace pocos años al ver un Halcón Milenario en una tienda de juguetes. Decidió probar por si las moscas, y ese fue el inicio de una colección que alcanza miles de euros, pero que Miguel admite que se habría gastado en otras cosas si los Lego no hubiesen entrado en su vida, así que no le carcome la conciencia. Además, tiene claro que en algún momento de apuro puede vender algún set que se ha revalorizado con el tiempo. Ahora mismo cuenta con 236 sets, una afición que comparte con la asociación Galibricks, un grupo de fans de Lego gallegos, que tiene su sede en la tienda Juega Bien en A Coruña. «Hay gente que va al fútbol o tunea coches. Nosotros montamos Lego, no hacemos mal a nadie», cuenta Miguel. Cree que en las asociaciones hay muy buen rollo y ha creado lazos afectivos con aficionados españoles, portugueses, italianos... Suelen acudir a convenciones para pasarse instrucciones, presumir de colecciones e investigar en busca de nuevas piezas.

Su afición al montaje ya le viene de pequeñajo, cuando a los 8 años se dedicaba a montar barcos de la marca española Tente con su hermano. Entre esa morriña juguetera y su fanatismo galáctico, la elección de ese Halcón Milenario fue un amor a primera vista. En el salón de Miguel se puede admirar su colección en diferentes vitrinas, ya que él prefiere montar todo lo que compra, aunque sí que va variando de vez en cuando.

Confiesa que quizás tiene que ir regulando su volumen de adquisición, porque se está quedando sin espacio, y bromea ante la reacción de su mujer: «Cuando la colección pase del salón me encontraré con el divorcio o con la necesidad de ir parando» cuenta entre risas. Si tuviera que quedarse con un set en particular, elegiría una pequeña grada con todos los personajes de la trilogía original de Star Wars [en la foto].

Miguel es optimista ante la evolución de este hobby: «Despierta capacidades motrices en los niños, a mí me relaja y ayuda a personas mayores. La gente se empieza a dar cuenta de que es un juguete en el que da igual la edad, solo importa disfrutar».