«Sí, una infidelidad puede salvar una relación»

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No lo des todo por vencido. Si preguntas por ahí, la mayoría te dirán que no perdonarían nunca una infidelidad, pero la realidad es otra. Muchas parejas no solo lo superan, sino que salen fortalecidas. Y tú, ¿qué harías?

02 oct 2019 . Actualizado a las 18:28 h.

Puede sonar contradictorio que una infidelidad fortalezca una pareja, pero los expertos no tienen dudas: «En muchos casos puede salvar la relación», afirma Emma Placer, terapeuta y sexóloga. Del mismo, Eva Gil, psicóloga y especialista en terapia familiar, indica que a veces sirve como llamada de atención. «Funciona como un aviso. Es como: ‘Uy, que lo puedo perder y me afecta más de lo que pensaba’.

En cualquier caso, todo depende del tipo de relación y de la personalidad de cada uno. «Cada pareja tiene sus líneas rojas y hay una serie de cuestiones que hay que plantearse. Igual que se plantea si se quieren tener hijos o no, hay que establecer lo que para uno es infidelidad. Uno puede considerar traición el intercambiar determinadas fotos con otra persona, mientras que para otro puede serlo el simple hecho de tontear, otros tendrán la medida en darse un beso, y en algunos casos solo considerarán infidelidad el mantener relaciones. Sea como sea, hay que tenerlo claro porque no es cuestión de hacer daño de forma gratuita», aclara Emma Placer. Coincide con ella Eva Gil, que incide en que a la hora de superar o no ese bache también hay que tener en cuenta cómo era antes la relación. «Si la pareja ya estaba rota, seguramente sea complicado retomar, pero si estaban bien, puede tener solución. En cualquier caso, superarlo no es fácil, no por la infidelidad en sí, sino por recuperar la confianza en la persona y en uno mismo. Esa traición influye en la autoestima del damnificado», dice.

Qué hacer si te traicionan

Además del tipo de desliz que sea, no es lo mismo una infidelidad ocasional que una relación paralela, influye en el perdón la forma en la que se descubre la deslealtad. «Es muy importante valorar las diferencias individuales, la historia de la pareja, si la infidelidad es desde hace mucho tiempo o poco... », explica la sexóloga Emma Placer, que añade: «El gran problema de la infidelidad es descubrirla. Si es algo que has visto tú, la pillada típica, es más difícil que tu cerebro resetee ese daño a nivel emocional. Hay que recuperar la autoestima para volver al estado de antes, entonces depende de la implicación emocional de cada uno».

Del mismo modo, para los expertos es fundamental que el entorno no se entere del motivo del bache de la pareja o de lo contrario podrían no recuperar su relación. «Cuando a uno lo engañan, lo habitual es que lo cuente a su familia y amigos porque necesita desahogarse, pero esto no debe hacerse nunca porque después, si se retoma la relación, va a ser más difícil. Obviamente los seres queridos ya van a tener en mala consideración a esa persona. Por eso es importante acudir a un especialista, ya que hablarlo es fundamental», relata Emma Placer. Lo que está claro para los terapeutas es que una infidelidad es «un tsunami emocional para la pareja», pero una tormenta de la que uno puede salir fortalecido.

«Cuando uno atraviesa un momento así de fuerte, reflexiona y valora. Empieza a pensar e igual se percata de que durante un tiempo a lo mejor no había estado atento a las necesidades de su pareja, o piensa que para qué va a buscar algo fuera teniendo todo lo que quiere en esa persona, valora más las cosas que le aporta». Sea como sea, si uno perdona, tendrá que atravesar primero el temporal. «Es un cambio potente, emocionalmente puede ser similar a la muerte de un familiar cercano o a sufrir un accidente. Es un momento para replantearse la vida y valorar todo. Normalmente hacemos siempre más hincapié en lo que no tenemos, pero en esos momentos uno analiza, si lo que tiene merece la pena para perdonar y continuar la relación», comenta la sexóloga. 

Del engaño a la boda

«A veces tras una deslealtad uno se da cuenta de que la relación ya estaba rota. En estos casos no se puede forzar una reconciliación, pero si la pareja todavía considera que la otra persona le suma, hay solución», aclara Emma Placer. Del mismo modo, Eva Gil afirma que muchos lo superan gracias a la terapia. «El miedo a perder al otro o el darse cuenta de que lo pueden dejar, puede funcionar para recuperar el interés. Lo que pasa en estos casos es que el daño es previo al engaño, porque ya no estaba bien la situación. Aún así, existen numerosas parejas que han atravesado una crisis y han salido fortalecidos». Precisamente, Emma Placer señala que después de un engaño hay relaciones que se han consolidado. «Hay casos de parejas que llevaban juntas tres o cuatro años, uno de los dos es infiel y entonces se percatan de que sí quieren estar el uno con el otro y afianzan su compromiso y se casan». La clave para Emma está en que «si uno no prueba, tampoco sabe. El peligro de comparar es que se puede perder, y se puede dañar la autoestima».

En cualquier caso, perdonar o no es una decisión absolutamente personal. «Socialmente se tiende a pensar que un engaño no se puede perdonar nunca. Esa creencia forma parte de un pensamiento social arraigado al amor romántico. Es una concepción errónea. Lo de que el amor lo puede todo es la mayor falacia que existe. El amor no puede nada. Una pareja no es una sola persona con una cabeza gigante, y uno no pertenece al otro. Son dos individuos que deciden estar juntos porque se suman», aclara Placer, que añade: «Hay gente que pensaba que nunca perdonaría un engaño y se sorprende a sí misma porque lo están perdonando. Al final hay cosas peores y uno tiene que decidir lo que le compensa, pero hay que desdramatizarlo».

Como se suele decir, todo en la vida tiene solución menos la muerte, pero por si acaso no te la juegues y antes de ser infiel, agota otros recursos para mantener viva la llama.