«Disfruto de Galicia de junio a septiembre»

ADRIÁN VÁZQUEZ / N.S.

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ADRIÁN BAÚLDE

07 sep 2019 . Actualizado a las 10:13 h.

Por desgracia para la mayoría, las vacaciones duran un mes o incluso menos. Pero hay algún que otro afortunado como Susana, que disfruta de tener todo el verano de vacaciones. Con tanto tiempo libre podría parecer difícil decantarse por un destino u otro, pero para esta bilbaína eso no es un problema: «Desde hace 20 años veraneo siempre en Galicia», afirma. Siempre entre el Camping Paxariñas y el Paisaxe II, ambos sitios le sirven de refugio desde hace dos décadas y de junio a septiembre para ella y los suyos. «Al principio venía con la familia de mi marido, luego nos casamos, tuvimos niños y empezamos a venir nosotros, en caravana», explica la turista, que reconoce no necesitar un tiempo espléndido para disfrutar de la playa. «Voy aunque no haga sol. Cojo un libro, una silla y disfruto del paisaje», relata.

«Estamos como en casa»

Para Susana, las playas y el cámping son su segundo hogar: «Unos días antes de irme ya empiezo a echarlo de menos. Acompañada de su familia y de alguna amiga que ha arrastrado a venir y que también se ha enamorado de la zona, disfruta de unas largas vacaciones en unos arenales que compara con el paraíso. «De existir, el paraíso sería esto. Los gallegos son gente maravillosa, es un sitio increíble, agua cristalina, arena blanquecina y una gastronomía espectacular», admite emocionada.

El año que viene volverán a disfrutar de las Rías Baixas. Susana reconoce que lo que más le enamora de esta zona es la tranquilidad que se respira en los alrededores. Y a pesar de que eso no ha cambiado, explica que año tras año nota como cada vez son más los turistas que se acercan a vivir la experiencia. «Creo que en Galicia se está explotando más el turismo, es normal pero no me gustaría que se masificara la zona», señala.

Por lo de pronto, esta familia seguirá disfrutando unas semanas más de su paraíso particular antes de volver a echarlo de menos y planear la vuelta el próximo verano. «No cambio esto por nada del mundo», concluye una bilbaína que ya es una gallega más.