Jesús Vidal: «He luchado mucho por mi ceguera y eso me ayudó a ver lo bueno de la vida»

YES

JORGE GUERRERO | AFP

Hace una semana nos dejó a todos con un nudo en la garganta al recoger el Goya como actor revelación y cada una de sus frases es una lección. Es filólogo, dramaturgo y ha hecho un máster de Periodismo. «Los prejuicios y la ignorancia son una gran discapacidad», apunta

09 feb 2019 . Actualizado a las 15:51 h.

Jesús Vidal (León, 1975) es un Goya directo al corazón, un campeón que hace una semana nos puso un nudo en la garganta cuando recogió el premio como mejor actor revelación por su papel de Marín en la película de Javier Fesser. Estudió Filología, hizo un máster de Periodismo, es dramaturgo y se define «como humilde, constante y enamorado de la vida». Su película favorita es Anticristo de Lars Von Trier y si tiene que escoger un libro -me dice- es El Alpe d’Huez, de Javier García Sánchez. Cada frase suya es una lección, palabra que rima con emoción.

-Nos has regalado a todos los espectadores el discurso más bonito de la historia de los Goya. ¿Lo tenías preparado?

-Tenía preparadas las ideas fuerza, los puntos clave y sobre eso, viendo el feedback que me daba el público, pues me fue saliendo lo demás: la emoción.

-La emoción que nos llegó a todos. Pero dijiste una frase que es un disparo al corazón: «Yo quisiera tener un hijo como yo para tener unos padres como los que tengo».

-Sí, sale del corazón. Y además tiene que ver con la película, porque mi personaje precisamente dice: «A mí no me gustaría tener un hijo como nosotros, lo que sí me gustaría tener es un padre como tú». Jugué con esa frase, la cambié para dar mi punto de vista.

-A mí me gustaría tener un amigo como tú.

-Pues eso seguro que es posible [risas].

-Tu padre falleció cuando ibas a empezar la peli «Campeones». Qué bonito habría sido que te hubiese visto recoger el Goya

-Sí, pero bueno, seguro que emocionalmente me ha visto. Y además sus últimos días fueron de sonrisa sabiendo que yo iba a hacer una película, eso sí que lo supo, y eso lo recibió con una gran sonrisa. Igual que recibió con una gran sonrisa saber que había acabado la primera temporada de Cáscaras vacías, se fue muy contento de esas dos cosas.

-¿Tu madre qué te dijo cuando acabó la gala?

-Pues mi madre está muy contenta, muy orgullosa. Ellos dos, mis padres, me apoyaron siempre mucho en mi carrera profesional y, bueno, la verdad es que tanto ella como mi hermana ven que me llega el reconocimiento y están muy contentas.

-Todo el mundo, supongo. Tus vecinos, tus amigos, todos se te acercarán por la calle.

-Sí, sí, claro. Me llega mucho cariño, mucha gente me da las gracias. Me dicen que he sido el altavoz de muchas personas, que he dado ilusión a muchos padres de personas con discapacidad para planificar el futuro de sus hijos, para saber cómo educar a sus hijos. Yo tampoco pretendía tanto [risas], pero la verdad es que me están llegando muchas cosas, mucho feedback en ese sentido. Incluso de asociaciones.

-Tú hablas de discapacidad, pero creo que lo que habéis evidenciado los Campeones son unas altas capacidades.

-Sí, al final, lo que yo creo más importante es que las personas con discapacidad somos personas. Y, claro, esa etiqueta de «con discapacidad» muchas veces no es adecuada porque se fijan en lo que no podemos hacer, en lo que las personas no podemos hacer, y eso es muy injusto.

-Tú has dicho: «Los prejuicios son una gran discapacidad».

-Sí, los prejuicios, los miedos, la ignorancia... Son unas discapacidades que hay ahora que son horrorosas, muy tristes.

-¿Has sufrido mucho?

-He tenido que luchar mucho, sí. Llevo mucho esfuerzo y mucha lucha detrás, por eso ahora no me voy a rendir. La lucha que llevo yo ha sido con mi ceguera, desde pequeño hasta que aprendí a convivir con ella, con el apoyo de mi familia. Luego sí que es verdad que hay mucho estigma social en cuanto a una discapacidad, que no es la clásica, porque mi ceguera no es total. Y bueno, a partir de ahí yo lo he tomado como un acicate, como un reto.

-Supongo que has tenido que desarrollar muchos otros sentidos.

-Yo creo que he trabajado mucho la inteligencia emocional y, aparte de eso, mis otros sentidos pues sí que me hacen llegar a ver cómo es el mundo. Mi vista es muy limitada, solo veo con el 10 % de un ojo, y a partir de ahí hay que enfrentarse al mundo y disfrutar del mundo también.

-Disfrutar de la vida...

-Sí, sí. Y del mundo, de lo que llega, pero no solo de la vida, de cada elemento del mundo que nos rodea, del mundo que me rodea a mí.

-Eres actor, dramaturgo, filólogo, has hecho un máster de Periodismo. ¿Cómo has podido llegar a todo eso? ¿A leer y estudiar todo eso?

-Pues en la ONCE me enseñaron a administrarme, me dieron medios para adaptarme y luego también están el tesón y el esfuerzo. Recibí una rehabilitación visual por parte de la ONCE

cuando perdí el ojo derecho y a partir de ahí solo hay esfuerzo, tesón y el gusto por las cosas. Yo, al tener un poquito de vista, leo las cosas muy de cerca y eso conlleva mucho esfuerzo, pero es para mí muy valioso poder leer por la forma tradicional.

-Pero por encima de todos esos estudios, estaba tu vocación de actor. No querías renunciar...

-No, no, no. Llevaba muchos años haciendo cosas a nivel amateur y hace cinco años tomé la decisión de dedicarme profesionalmente, y la verdad es que fue muy acertada esta decisión, porque me ha permitido entregarme por entero a lo que era mi vocación, mi pasión.

-¿Tienes ya más proyectos? ¿Te suena el teléfono?

-Bueno, tengo un proyecto muy bonito ahora que empieza mañana: que es cada día al levantarme crecer como actor y como persona. A partir de ahí quiero seguir haciendo teatro, cine y quiero probarme en alguna serie.

-¿Dónde tienes el Goya?

-El Goya está con mi madre, se ha ido para León con mi madre.

-¿Y cómo es que uno de León es de la Real Sociedad?

-Porque mi padre me regaló una equipación cuando yo tenía 7 años; la Real justo ganó dos ligas seguidas y a partir de ahí me hice seguidor. Fíjate que él era del Athletic de Bilbao y me hizo a mí de la Real Sociedad.

-¿Tuviste que aprender a jugar al baloncesto para «Campeones» o ya sabías?

-¡Claro, yo no había jugado nunca! Yo fui periodista deportivo durante un tiempo, soy muy aficionado a los Boston Celtics y a la NBA, pero a la hora de jugar con gente que está jugando en una liga que parecen profesionales, pues ha requerido de mucho coaching, de mucha valentía por mi parte [risas]. Porque el nivel de las ligas de gente con discapacidad intelectual es muy alto, juegan muy bien y se entregan. Y, claro, cuando había que jugar partidos contra ellos pues era para mí muy difícil, pero fue muy bonito.

-¿Es tan importante en la vida saber perder?

-Sí, yo creo que más importante que saber perder es saber asimilar la derrota y levantarte. Levantarte cuando pierdes.

-Eso es lo que habéis demostrado con la película. ¿En qué dirías tú que eres un campeón, además de en dar discursos?

-Yo no creo que sea un campeón, yo simplemente lucho por lo que quiero y trato de ver lo bonito de la vida, el lado positivo. Y me gusta meterme en la piel de otros personajes, pero eso no es un mérito, es simplemente que trabajo en esto porque a mí me gusta. Trabajar en lo que a mí me gusta no me hace ser un campeón.

-¿Qué lección te llevas de ese equipo de «Campeones», de tus compañeros, de Fesser, de Javier Gutiérrez?

-De mis compañeros he aprendido la ilusión que tienen, la ingenuidad, la transparencia y he aprendido que tampoco se rinden nunca. Y que es tremenda toda la verdad que tienen. De Javier Fesser he aprendido a llegar al límite, sí, sí, porque es un director que trabaja mucho con los actores y que los lleva al límite. Y realmente he aprendido muchas cosas de él a nivel de cine, me ha enseñado mucho, me ha hecho crecer mucho como actor y también como persona.

-¿Cómo estás administrando esta fama? ¿Te sientes en una nube?

-No, me siento que estoy recogiendo mucho reconocimiento, mucho cariño, pero tampoco me siento, dijéramos, en la cresta de la ola. Estoy contento de este reconocimiento tanto artístico como a nivel humano. Tampoco hay que sobredimensionar las cosas, yo entiendo que esto viene a consecuencia de que la gente el otro día vio el discurso y en la película ha descubierto cosas nuevas y, jo, yo lo entiendo como que estoy recogiendo ese cariño, un cariño inmenso. Todo esto ha sido muy paulatino, una vez que la gente fue a ver la película te empiezan a dar mucho cariño por la calle y a raíz del premio la cosa ha crecido.

-¿Te esperabas el Goya?

-No me lo esperaba porque había tres actores extraordinarios en mi misma categoría y uno nunca se lo espera. Uno sabe que ha hecho un buen trabajo, que ha hecho lo que ha podido, pero evidentemente desde la humildad tengo muy en cuenta el gran trabajo que también han hecho mis compañeros nominados.

-¿Cómo te definirías en tres palabras?

-Humilde, constante y enamorado de la vida.