«Somos 14 Marías en la familia»

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ANA GARCIA

84 AÑOS SEPARAN A LA MARÍA MAYOR DE LA PEQUEÑA, Pero como ven el nombre no pasa de moda. Lo que sí pasa por alto esta familia de Malpica, conocida como Marías dos Barrenos, es el santo de la Virgen. ¿Se pueden creer que con cuatro generaciones de Marías solo celebren San José?

13 ago 2018 . Actualizado a las 02:00 h.

M-A-R-I-A. Estas son las cinco letras que componen el nombre más común en España desde tiempos remotos. Por eso más de medio país estará de fiesta el próximo miércoles, cuando se celebra el santo de las Marías. Y de las Palomas, Azucenas, Asunción... Bueno, lo celebrará todo el país menos esta familia de Malpica. Y aunque no llegan los dedos de las manos para contar todas las Marías que hay en esta casa, aquí solo se celebra San José.

Nuestras protagonistas demuestran al pie de la letra que María es el nombre más común de mujer, ya sea solo o acompañado de otros. Y es que en una misma casa hay cuatro generaciones de Marías. De menor a mayor edad está: la bisabuela María Barizo, de 90 años; la tía-abuela María Teresa Villar, de 63; la hija María José Freijeiro, de 43; la prima Clara María Villar, de 39 años, y la bisnieta María Otero Villar, de 6.

ANA GARCIA

Pero la cosa va a más si se cuentan las Marías que cada una tiene atendiendo a otros grados de parentesco. La bisabuela recuerda que su tía y madrina también era María. La tía-abuela hace la cuenta y le salen tres por parte de su marido: su suegra, María del Carmen, y sus cuñadas Rosa María y María Dolores. También la hija encuentra familiares con este nombre por parte de su marido: dos María Dolores y una María Lucinda. Más variedad aporta la prima: Verónica María, Rosa María, María Isolina y María Esther. La suma asciende a 14 en total.

Pero incluso la mayoría tiene un motivo para explicar por qué se llama así. No, no se lo impuso el cura como era habitual por aquellos tiempos. María Teresa comenta que fue su madrina la que escogió su nombre de pila en referencia a su madre, María, y a una tía, Teresa. Curiosamente a su hija María José también la bautizaron sus padrinos uniendo los nombres de sus padres. Y ella aplicó la costumbre más recientemente, allá por el año 2.000: «Uns amigos ofrecéronme ir de madriña da súa filla e díxenlles se podía escoller eu o nome, pois facíame ilusión poñerlle María. A proposta pareceulles ben e así foi». Y cierra el capítulo la prima, Clara María, que lo heredó de sus dos abuelas, María del Carmen y Clarisa, por decisión de su padre. Hace seis años propagó la tradición en la familia al dar pie a la cuarta generación con el bautizo de su hija como María, en homenaje a su abuela de 90 años. Son, así, las dos únicas que mantienen el nombre a secas.

Y con tanta María de por medio, no podía ser de otro modo: su casa es conocida como Marías dos Barrenos. «É dos nomes máis bonitos que hai», señalan. Y tanto que lo tienen claro: «De ter máis fillas, seguiriamos poñéndolles de nome María», coinciden las que todavía pueden. No se hartan de escucharlo. Y lo que todavía es más increíble: tampoco se confunden cuando unas llaman por las otras, pues entre ellas abrevian a María, Teresa, María José, Clara y María.

No obstante, es curioso que con la cantidad de Marías que son, no celebran su santo. «Eu aínda nunca souben que era o meu santo o día 15», dice con ironía la más veterana, que recuerda que por aquellos tiempos salían a trabajar igualmente. Todas coinciden en señalar que hay la costumbre de celebrar San José -el nombre masculino más común entre la población española- porque coincide con el festejo del Día del Padre, mientras que Santa María queda en un segundo plano, y más todavía si cuadra a miércoles, como es el caso en este 2018. Y ellas de eso saben, pues tienen un José en casa que no hay año en el que no le celebren su día.

Lejos de la familia, si van por la calle también conocen a más personas con las que comparten su nombre. «No colexio eramos tres María José e a cada unha tíñannos unha abreviatura para diferenciarnos», expresa una de las más jóvenes. «Onde eu vivía antes, tamén eramos todas Marías e distinguíannos polos alcumes das casas: María de Camilo, de Xulián, de Fandiño…», recuerda la más veterana. Y las que todavía vendrán.

Lo dicen ellas y también un informe del Instituto Nacional de Estadística de España: «Volve a moda de poñerlle María ás fillas. No grupo de amigas da miña de 6 anos xa hai seis», explica Clara María, a quien apoya María José: «Volven os clásicos como Lola e Carmen, e non xa Jennifer ou Estefanía. Incluso nos rapaces, o de Kevin e Jonathan acabouse. Os nomes galegos como Catuxa e Xián tamén cobran terreo», opina.

Pero por el momento, en el Concello de Malpica «non hai tantas Marías xuntas na mesma casa coma nós», dicen entre risas. Y de la tradición del nombre a la del oficio. De abuela a nieta, el trabajo de pescaderas fue pasando de unas manos a otras, desde muy jóvenes. Y una de las bisnietas estudia Biología. Siguen haciendo historia.