El enfermero más atractivo de Galicia

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El mes que viene el vigués Javier García Domínguez cumple 27 años y participará en el concurso internacional Best Global Model of the Year que se celebra en las islas Azores

14 oct 2017 . Actualizado a las 19:02 h.

Sonriente, confiesa que alguna vez sí. «Hubo pacientes que me preguntaron, por ejemplo, si tenía novia», reconoce con buen humor Javier García Domínguez, escultural enfermero del hospital Povisa de Vigo. Claro, no pasa desapercibido en el centro hospitalario. El mes que viene va a estar unos días lejos del trabajo porque representará a España en el certamen internacional Best Global Model of the Year que se celebra en las islas Azores, donde se suele situar este anticiclón que decidió pasar el otoño en Galicia. «Por el momento voy utilizando los días de vacaciones para estos viajes. Me voy organizando», apunta este joven de la avenida del aeropuerto vigués. Lo curioso es que Javi se presentó hace unos meses a una gala en la que se elegía al Míster Pontevedra y Míster Coruña y acabó luciendo la banda de esta última provincia. «Es que según indican las bases no es necesario residir en el lugar para participar», explica. Hace unos años, cuando este tipo de concursos eran otra cosa, resultaban más complicados estos intercambios provinciales. Como ahora no suele haber candidatos suficientes en cada localidad se permite casi todo. Lo cierto es que este apuesto enfermero de 26 años fue elegido Míster Global A Coruña 2017 hace un año. En febrero acudió al certamen nacional que tuvo lugar en Tenerife representando a la ciudad herculina y quedó finalista. A la vez fue elegido Best Global Model of the Year Spain, lo que le da acceso a la prueba internacional de dentro de unas semanas. Jugador de fútbol semiprofesional en el Rápido de Bahía de Cangas, asegura que se cuida bastante. «También voy al gimnasio. No paro».

24 tortillas en 6 horas

Tuve un retorcijón. Cuando me llamaron del Concello de Betanzos para decirme que este año se habían apuntado 24 establecimientos al concurso de la tortilla, sentí como si tuviese una enorme patata en el estómago. «Tendrás que probar ocho cada día de lunes a miércoles», comentan. Fue una experiencia tan sabrosa como exigente, tan dura para el aparato digestivo como gratificante para el espíritu. Mañana domingo se conocerá el veredicto. Una de las cinco finalistas seleccionadas en la citada cata previa será elegida como nueva tortilla-reina de Betanzos, que es casi como decir, la mejor del mundo. Por cierto, este año no se presentaron algunos locales que ganaron en anteriores ediciones y otros de bastante fama en la localidad, pero el nivel medio de los que sí lo hicieron mejoró de forma notoria. Cada vez hay más y mejores sitos donde degustar una magnífica tortilla betanceira. En mi caso, voy a estar varias semanas sin acercarme a nada que lleve patatas y huevo.

El libro de Piedrahíta

Busco en el nuevo libro de Luis Piedrahíta una palabra que sepa definir la sensación de empacho tras probar 24 pinchos de tortilla en pocas horas, pero no lo encuentro. Podría ser gastroentortillitis. «Cambiando muy poco algo pasa de estar bien escrito a estar mal escroto», indican en la portada de esta nueva publicación que incluye 222 nuevas palabras «sin colorantes y con Cervantes», apunta el polifacético creador gallego. No me ha dado tiempo a leerlo con detenimiento, pero hay pasajes memorables. Por ejemplo, la palabra que sirve para definir un hambre muy específica. «Hay una glándula en algún sitio que segrega un liquidillo y te apetece una hamburguesa. No puedes hacer nada. Deseas el olor a kétchup en los dedos. Sentir el colesterol reptando por tus arterias», reflexiona Luis, que propone la palabra hambruguesa para definir este instinto primario. ¿Y con qué palabra podríamos definir a un enfermero deportista que acude a concursos de belleza? Seguro que Piedrahíta la encuentra enseguida.

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