Cómo irse de vacaciones y volver hecho un artista

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Existe otra forma de hacer turismo y eso es lo que ofrece Iria en Castelo Studio: la versión gallega de The Factory de Andy Warhol, donde los viajeros pueden pasar cinco días con ella aprendiendo a hacer esculturas en pasta de papel y «assemblage» y disfrutar de unas vacaciones en el campo.

10 sep 2019 . Actualizado a las 17:09 h.

Le llaman el Airbnb de los artistas y sirve para hacer turismo de una forma diferente. Vawaa es un plataforma, creada en Nueva York por Geetika Agrawal, que permite pasar unas vacaciones en casa de un artista en cualquier parte del mundo, y, al mismo tiempo, aprender su técnica. Y eso es lo que pasa en el estudio de Iria do Castelo, la única artista gallega presente en la plataforma. Iria creó hace tres años Castelo Studio en una casa antigua rehabilitada en Culleredo, en A Coruña. Es el Universo Castelo, un espacio mágico que comparte con su querido burro. «Lucas y yo llevamos ya 15 años juntos, tenemos una relación estable», ríe.

 «Vawaa, Vacations with an Artist (Vacaciones con un artista), pone en contacto a viajeros que buscan algo más que la mera experiencia turística, y que quieren un viaje que implica el aprendizaje al lado de un artista en su propio estudio», explica Iria. En la web se puede elegir entre 36 estudios de todo el mundo, de la India a Japón, Vietnam, Malasia, Argentina o Uruguay. La casa de esta gallega está abierta a todo el que desee cambiar los días de playa y pulpo por un viaje diferente. «A través de Vawaa planteo una experiencia de cinco días a personas interesadas en la escultura en pasta de papel y assemblage», apunta. Una vez en Culleredo, los turistas-artistas se empaparán del talento de Iria: «Durante esos cinco días comparten mi estudio conmigo, les enseño las técnicas y participan en mi día a día».

UNA FÁBULA BIOGRÁFICA

Antes de formar parte de la plataforma para pasar las vacaciones en casa de un artista Iria viajó mucho y vivió experiencias similares. «Gracias a mi profesión conozco a artistas de muchas nacionalidades y he compartido residencias, trabajos y buenos ratos en Holanda, India, Australia… No son exactamente lo que se entiende por vacaciones, pero es mi manera de entender el viaje». El suyo empezó en el 2011, cuando decidió trabajar como artista independiente y dar rienda suelta a sus esculturas, ilustraciones… «Mi trabajo es una fábula biográfica, una mitología personal con la que contar historias por medio de un lenguaje surreal. A menudo es una forma de canalizar mis emociones y de sacar a la superficie el lado escondido del inconsciente», dice. Su mundo es único y no tiene límites. «A veces preparo dibujos e ilustraciones que más tarde inspiran series de esculturas, y al revés. Soy muy curiosa e inquieta, la técnica que me apetece experimentar la pruebo», indica.

Pero su estudio no solo está abierto a viajeros curiosos. También a todo el que desee participar en los talleres que organiza de forma periódica, impartidos por artistas de India, Japón, Australia, Italia, Austria o Estados Unidos. El último, uno de tintes naturales a cargo de María Elena, responsable del estudio Fragmentario, de Brooklyn, que colgó el cartel de sold out hace tiempo. Aprender con los artistas que invita a su hogar es como sumergirse en un tablero de Pinterest. Desde pasar una noche en su jardín mágico a aprender a construir cabañas con forma de triángulo como la que ocupa la parte exterior del estudio a sesiones de fotos o de caligrafía. «Aquí se imparten talleres sobre técnicas relacionadas con arte y diseño fundamentalmente, aunque ha habido espacio para otros relacionados con estilo de vida sostenible y con la sencillez de la vida en el campo», cuenta la anfitriona.

EL FACTORY GALLEGO

A través del blog de su web, www.castelostudio.com, y de su perfil de Instagram, cualquiera puede vivir con ella sus aventuras, sus creaciones, su día a día con Lucas. Sumergirse en su casa, en sus actividades, en su fantasía. Porque Castelo Studio es algo así como la versión gallega de The Factory, el famoso estudio de Andy Warhol en el Midtwon de Nueva York. «Me gusta la idea de The Factory, que mi estudio sea algo así como un centro de actividades alrededor de cualquier manifestación artística», señala. Aunque uno de los motivos que le llevó a abrir las puertas de su trabajo, y de su vida, a los demás fue la Black Mountain College, «una escuela de arte que funcionó entre los años 30 y 50 junto al lago Edén, en Estados Unidos, una universidad experimental por la que pasaron grandes artistas, poetas y diseñadores que siempre me fascinó». Iria decidió crear su propio The Factory después de que una amiga le pidiese en el 2012 unas clases de escultura. Hoy Castelo Studio es algo más que su hogar. Un lugar en el que cualquiera puede explotar su vena artística, incluso aquellos que creen que no la tienen.