La familia gallega que te guía para viajar con niños

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cedida

¿Cinco en ruta? Sígueles... Sí, puedes viajar con niños y disfrutar. Sweet Ale, una familia viguesa que marca tendencia viajera, nos lleva de la Galicia mágica al mundo. ¿Redescubrimos Armenteira o vamos a los Alpes?

16 ago 2023 . Actualizado a las 15:42 h.

No hay alma viajera que se eche atrás con un niño... ni con dos, ni con tres. Solo hay que planificar el viaje (aunque el plan vaya cambiando sobre la marcha), elegir un destino con baño (para garantizar el desfogue y evitar el motín infantil a bordo) y armarse de paciencia, una cualidad mágica, apunta Paula Táboas, que conduce con su pareja, y sus tres hijos a bordo, Sweet Ale.

 Este blog viajero (no es una bebida) marca tendencia y nos lleva en familia desde la Galicia Máxica al resto del mundo. ¿Toboganes de montaña para deslizarse por Francia o aventura surfeira en Ericeira? Vente. Siguiéndoles por tierra, mar y aire podemos llegar lejos... aunque algunas de sus propuestas más chulas, como recorrer el puente sobre el Miño o hacer la ruta de la Piedra y el Agua en Armenteira, estén muy cerca.

Son cinco en la carretera (en la foto posan en Guadalest, en Alicante). Entonces ¿se puede viajar con niños, ver cosas, descubrir sitios, comer a gusto y no morir en el intento? Yes, we can! Y por lo que vemos en Sweet Ale, sin entrar por el aro del pack del verano familiar en serie.

Este ánimo viajero tiene niños, y sus años. «A nosotros siempre nos gustó viajar. Llevamos haciéndolo desde que nos conocimos. Tuvimos el primer hijo, Pablo, y no dejamos de viajar. Llegó la segunda, Alejandra, y no dejamos de viajar... Y el tercero, Antonio, tampoco nos paró. Somos el equipo de siempre, con más miembros y otras necesidades», asegura Paula, que entiende el viajar como una forma aprender sobre el terreno cultura, geografía, historia, arte o gastronomía. «Vayamos a la ciudad que vayamos, descubrimos sus sabores, y vamos al mercado. En Madeira, Barcelona, Valencia... Francia tiene unos mercados en la calle maravillosos», dice abriéndonos el apetito viajero. Viajar es una sed que se contagia. Y tiene su coste.

¿Sale caro viajar bien? «Sí si el plan es recorrer en coche la ruta que va de Los Ángeles a San Francisco, contratas cinco vuelos internos y sois cinco», admite Paula, pero viajar no es necesariamente costoso planificándolo con tiempo y haciendo un seguimiento de los alojamientos en los sitios que quieres visitar. De eso se encarga Pablo. «A veces un fin de semana en Vigo te sale más caro», advierten. Todos los servicios y actividades en destino cuentan para Sweet Ale. «Nosotros, si la estancia es larga, miramos incluso si hay lavandería», comentan.

Evitando el turismo de parque infantil, combinando actividades con el dolce far niente, Sweet Ale nos guía para disfrutar del slow life con ritmo. Hay que conocer Santiago dejándose llevar por sus calles, invita. Y de Galicia irse a Roma, Estocolmo, California, la costa secreta de Lisboa, la Tramontana de Mallorca o la estación de La Clusaz. Este verano su destino fue este, uno de los familiares por excelencia. Ves las fotos de los Alpes franceses y piensas: ¡momento picnic, ya! «Es un destino maravilloso. Estuvimos en Annecy, uno de los pueblos más bonitos de Francia, a orillas de uno de los lagos más limpios que hay», descubre Paula. No te enfríes de pensarlo, que el agua allí está a unos 24 grados. La zona ofrece, apunta, un montón de poblaciones «curriñas» que merece la pena visitar, tiene el Mont Blanc a una hora y un paisaje impresionante. «En Francia hay un montón de estaciones de esquí que en verano se convierten en pequeños parques de atracciones para la familia, aunque la mayoría no lo sepa», revela Sweet Ale.

Todo Portugal, de arriba abajo, es otra de sus propuestas. «Vamos mucho a Ericeira, un pueblecito de pescadores con todas las casas en azul y blanco que está a unos 50 kilómetros de Lisboa. Es una reserva de surf próxima a Nazaret. Un espectáculo de costa». Que la ola viajera continúe en septiembre. Y que sea dulce el destino.