Mamá, no tires, afloja

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QUID PRO QUO Es la era del «terrorismo sentimental», como ahora se conoce al chantaje emocional. Y llega hasta las mejores casas. Padres e hijos son especialmente susceptibles de aprovechar las debilidades del oponente para salirse con la suya, o en el caso de los adolescentes, para salir, y ya está. A veces lo que conviene es pararse a escuchar. Los expertos nos guían

08 abr 2017 . Actualizado a las 10:14 h.

Siempre que empecemos una discusión debemos tener claro con qué argumentos contamos. Empezar por los más sólidos es clave... tanto como evitar los puntos débiles. Palabra de Euprepio Padula, el coach al que los políticos españoles tienen entre nubes de algodón. Y esto es aplicable a todo tipo de situaciones. También a aquellas en las que la confrontación se produce entre padres e hijos, sobre todo los adolescentes que, con un nivel de raciocinio más elevado y las hormonas tan revolucionadas como despiertas, saben sacar tajada a cada mínimo signo de debilidad paterno. Pero no son ellos los únicos diablillos de la situación. Muchas veces, padres y madres por no pelear con sus retoños durante el escaso tiempo que tienen para pasar con los pequeños de la casa, optan por tirar de artillería pesada para conseguir sus objetivos. ¿Es lícito el chantaje emocional en casa? ¿Quiénes suelen ser los hachas del «terrorismo sentimental», hijos o padres?

Según la psicóloga Eva Sández, no hay mucha diferencia en el número de casos, aunque sí reconoce que los hijos «suelen imitar la conducta de los padres, es decir, los niños chantajistas han visto esa conducta en casa».

SÉ COHERENTE

«Con respecto a los padres lo importante es que las pautas que les dan a sus hijos sean consistentes y coherentes. Me explico: Si yo nunca le dejo el móvil hasta el fin de semana, esto ha de mantenerse así. No porque me insistan puedo ceder. Si el adolescente reclama mucho y el padre le da lo que quiere, el adolescente sabe cómo tiene que actuar y empezará a pedir más y más», comenta la experta. Por otro lado, mantiene, estas pautas tienen que ser realistas: «Si decimos ‘no te voy a dejar el móvil nunca más’ sabemos que esto no va a ser así, por eso el adolescente tiene que recibir un mensaje claro que no lleve a un posible error».

Otro de los grandes errores es no saber elegir el momento para reclamar algo. No es suficiente con tener una oratoria brillante para conseguir lo que uno quiere, que a tenor de lo que dicen los expertos suelen ser temas relacionados con el tiempo que cuentan para utilizar el móvil, consolas, ordenador o la hora de vuelta a casa por la noche. «Si me acaban de dar una mala nota no se puede reclamar beneficios, hay que pedir las cosas en buenos momentos. Con los cambios hormonales se pide mucho por impulso, cuando lo importante es razonar y solicitar estos privilegios en un contexto favorable». Estas situaciones suelen darse, afirma Sández, cuando los padres no dan unas pautas mantenidas. «Si mi madre me dice a las nueve y mi padre a las diez, el menor se confunde y ve que con el chantaje podrá conseguir lo que quiera». Lo más habitual es que los hijos aprovechen la tesitura cuando los padres que están separados no mantienen comunicación entre ellos, pero muchos divorciados se comunican y las indicaciones son meridianas.

«A menudo pensamos que las discusiones las ganan quienes mejor oratoria tienen, los que son capaces de expresar mejor sus posiciones, pero en realidad se gana más escuchando al otro que hablando mucho. Atender a los puntos de vista del contrincante, entenderlos y aceptarlos, puede llevarnos a ganar fácilmente», explica Padula.

Para muchos adultos llegar a seguir esas pautas es realmente complicado. «La falta de tiempo, el estrés derivado de ver que la educación que quieren implantar en sus hijos se descontrola... hace que los progenitores tiendan a ganarse el favor de los pequeños con aquello que saben que les interesa realmente. Por ejemplo, dejarles un tiempo extra el móvil». De esta manera, desgraciadamente, van a conseguir no solo pocos resultados, sino que sus hijos verán rápidamente de qué pie cojean.

LAS TÉCNICAS

1. PAUTAS CLARAS: Si queremos conseguir nuestro objetivo y a la vez evitar extorsiones en un futuro, lo importante es que las pautas que se le den a la otra persona sean consistentes y coherentes a la par que realistas.

2. CONTROLAR LAS HORMONAS: En el caso de los adolescentes, que suelen tener las hormonas revolucionadas, lo que les lleva a intentar conseguir sus objetivos en momentos de tensión, deben buscar un contexto favorable para conseguir su propósito.

3. MANTENERSE OPTIMISTA: Intenta conservar siempre el optimismo acerca de la resolución de un conflicto. Las emociones negativas son siempre un obstáculo, las positivas, en cambio, serán el mejor aliado tanto de padres como de hijos.