Ariadna Gil: «Vivo un momento muy afortunado, pero muy diferente al de mis inicios»

YES

Edu García

La actriz protagoniza «Zona hostil», una película bélica basada en un episodio real que vivieron las tropas españolas en Afganistán. Y nos habla de cómo ahora disfruta más de cada papel que interpreta. «Voy sumando», dice.

25 mar 2017 . Actualizado a las 05:00 h.

La capitán médico Varela existió de verdad. La comandante médico Montserrat Roldán (su nombre real) dirigía al equipo médico del Ejército español en Afganistán que tuvo que ser rescatado con dos heridos tras una explosión de un convoy estadounidense escoltado por la Legión española. Descubrimos esta misión, desconocida hasta ahora, gracias al último trabajo del director Adolfo Martínez. Ariadna Gil se mete en el desconocido papel de una militar y de una médica y demuestra que aún tiene mucho que hacer en el cine español.

-¿Qué fue lo que te animó a aceptar el papel?

-El guion me enganchó enseguida, es una película muy coral. Y la acción en sí, el rescate del helicóptero, me tuvo en vilo durante toda la lectura. Por otro lado, me pareció muy atractivo el hecho de que se iban a rodar todas las maniobras, prescindiendo en muchos casos de la posproducción; fue un reto tremendo tanto para nosotros, como para el equipo técnico y para los militares que hicieron esas maniobras, nos enseñaron y nos acompañaron. Creo que se ha conseguido dar una sensación de realidad muy buena.

-Dos mundos muy diferentes el del cine y el militar...

-Fue un intercambio muy interesante. Y una colaboración que creo que es buena y que en la película se puede apreciar. Ellos tienen una resistencia y una disciplina increíbles. Un rodaje son muchísimas horas y ellos están entrenados para eso. Éramos dos mundos muy distintos y nos hemos entendido muy bien, con sus jerarquías; había cosas tan parecidas de organización que nos resultó curioso.

-¿Ya conocías al director?

-No, pero en seguida me di cuenta de que tenía totalmente controlada la película, a nivel técnico ya estaba en su cabeza. Aunque era su primera película como director, Adolfo Martínez tiene una gran experiencia rodando segundas unidades en películas muy grandes en Estados Unidos.

-¿Fue muy difícil la preparación?

-Lo más difícil fue el poco tiempo de que disponíamos para ella. Y sí, era el mundo militar, pero yo interpreto a una médica de urgencias de un helicóptero medicalizado, que está preparada para actuar en zonas de conflicto; hay que sacar al herido en muy poco tiempo, hay que conseguir estabilizarlo y llegar a tiempo a la base donde ya se le pueda intervenir de sus heridas. Tienen que hacer una especie de primer salvamento y es bastante particular. Todo eso era muy nuevo para mí y no tenía tampoco mucho tiempo para prepararlo, por lo que fue un proceso muy intenso. Pero tuve a una enfermera conmigo que me ayudó muchísimo y que entendió perfectamente cómo funciona un rodaje, nos entendimos muy bien.

-¿Te gusta la imagen de las tropas que ofrece la película?

-Creo que la imagen que se da es muy buena, de cómo funcionan y de lo efectivas que son. La historia está basada en un hecho real, la base de lo que se cuenta sucedió exactamente: se han dramatizado los personajes, así como los ataques que sufrieron, se creó una historia que tuviera más tensión. Pero el hecho en sí pasó así.

-¿Fue todo nuevo para ti o ya conocías el mundo militar?

-La verdad es que yo desconocía totalmente ese mundo, y el desconocimiento es lo que hace que te distancies. Pero en el Ejército, como en todas partes, te encuentras gente de todo tipo y, sobre todo, yo lo que me he encontrado es gente que se vuelca en su trabajo.

-Háblame de los compañeros de rodaje. ¿Hiciste algún descubrimiento?

-Con Roberto Álamo ya había trabajado en teatro, pero el rodaje fue un reencuentro, pues hacía años que no trabajábamos juntos; y lo disfrutamos mucho. Al resto no les conocía a todos, pero formamos un equipo muy bueno. Todos tuvimos que entrenar mucho, los que hacían de legionarios, que se fueron a Almería, y los que estuvimos con el Ejército de Tierra en Colmenar, todos creamos un equipo muy unido. Fue una película dura de rodar, el desierto de Almería es duro, pero allí estuvimos todos como una piña. Y guiados por un director que ha hecho virguerías.

-¿Crees que la película también quiere resaltar la normalización del papel de la mujer en el Ejército?

-Bueno, en realidad sucedió así: mi personaje está basado en una médica militar que iba en ese helicóptero que se accidentó, es una doctora militar estupenda a la que llegué a conocer. Y en el Ejército cada vez hay más mujeres. A nosotras nos entrenaron las mujeres que están en la base, y también hablamos con la gente de la legión sobre cómo fue el momento en el que empezaron a entrar mujeres en ese cuerpo tan de hombres.

-¿Qué acogida crees que tendrá la película?

-Eso nunca se sabe, es la gran incógnita, el público tiene una especie de olfato particular y nunca sabes cómo va a actuar.

-El género bélico en sí, ¿crees que puede funcionar?

-Espero que sí, pero es siempre un misterio. La película te tiene en vilo hasta el último momento, acabas agotada porque parece que estás viviendo con ellos lo que está pasando y yo creo que eso puede funcionar.

-También has estado hace muy poco en el teatro Lliure interpretando a Jane Eyre. ¿En qué género te encuentras más cómoda?

-No es el género lo que me hace encontrarme cómoda, son los personajes y los directores. Me puedo encontrar muy cómoda y muy insegura en cualquiera. No es el medio lo que te cambia, sino lo que estés haciendo y cómo lo estés haciendo.

-Tras muchos años dedicada a la interpretación, ¿en qué momento profesional te encuentras?

-Vivo un momento muy afortunado, qué te voy a decir. Porque sigo haciendo cosas que me gustan y me llegan otras. No tantas como antes, porque he pasado años con muchísimas ofertas. Ahora es otro momento muy distinto pero ya solo por el hecho de que estemos hablando, de que te pueda interesar que yo hable de una película que he hecho, imagínate. Tal y como están las cosas sigo siendo muy afortunada. Y hablo muy distinto que hace diez años, porque pasas momentos de incertidumbre, de cambios, de repente no sabes muy bien dónde está tu lugar… Pero esa incertidumbre también te hace crecer, trabajar de otra manera, disfrutar más cada cosa que haces; por eso no veo como algo negativo el hecho de tener menos trabajo, al lado de tantos compañeros que no tienen trabajo me siento muy afortunada.

-¿Tienes alguna «espinita» que te gustaría quitarte a nivel profesional?

-No tengo ninguna. Este es un trabajo que es nuevo cada vez, cada proyecto es diferente, con lo cual vas sumando.

-¿Te atrae estar detrás de la cámara?

-No.

-Madrid, Barcelona… ¿Dónde te gusta disfrutar de tu tiempo libre?

-Para pasar mi tiempo libre prefiero irme a París, Lisboa, Roma… A ciudades que no conozco. Madrid y Barcelona son ciudades en las que disfruto mucho, pero para pasar tiempo libre prefiero viajar.

-Como catalana viviendo en Madrid, ¿sientes en la calle la confrontación política?

-Yo en Madrid nunca he notado esa sensación. Es una ciudad en la que nadie te pregunta de dónde vienes ni adónde vas. Todos venimos de otro lado y nunca me he encontrado con malas caras por venir de un sitio u otro. También es cierto que en el mundo profesional en el que me muevo eso es algo que no importa, porque cada uno viene de un sitio, es una profesión en la que se mezcla gente de todo tipo y somos muy tolerantes.

FOTO: EDU GARCÍA