¿Duchamos a los niños a diario?

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Un exceso de limpieza puede tener efectos negativos. Hay expertos que advierten de que más de una ducha diaria es demasiado para la piel, especialmente en los más pequeños. Pediatras y dermatólogos se mojan respondiendo a YES

08 oct 2016 . Actualizado a las 09:52 h.

Casi todo se ha vuelto tan cuestionable que la vida cotidiana tiene ya costumbre de pregunta. Y cuando se trata de los niños la necesidad de encontrar respuesta acucia de una manera especial. A la par que nos crecen los informes y los consejos se disparan en sentidos diferentes, los padres dan vueltas sobre sus dudas, como veletas que no saben ya a qué norte tender. ¿Por qué aconsejan esperar unos días para bañar a mi bebé recién nacido si a su hermano le ducharon justo al nacer, por qué con la mayor me decían ‘baño diario’, y con la pequeña, ‘con una ducha cada dos días está bien’?

Pediatras como Carlos González y Carlos Maiz apelan, en cualquier caso, al sentido común. «Yo a los niños los bañaría cuando están sucios, ¿no?, pero es una opinión personal», responde con ironía el primero, autor de Bésame mucho. Visto así, parece fácil. ¿Pero quién podría vivir sin inercias o rutinas que agilicen las cosas?

Quizá el exceso de higiene que ha derivado en cultura de la limpieza nos esté empezando a pasar factura. «Los niños, especialmente los más pequeños, tienen una piel más fina y más sensible que los adultos, pero si usamos un jabón adecuado y no ponemos el agua muy caliente (31 o 32 grados está bien), no veo ningún problema en que los niños se bañen a diario», afirma Maiz. En el mismo sentido, se ha pronunciado para YES el dermatólogo Eduardo Fonseca: «Todo depende del niño, de cómo sea su piel y de la actividad que tenga durante el día, pero la condición estándar es un baño diario». Al menos, aquí.

La cuestión, advierten los expertos, es no destruir el manto ácido de la piel, cuidar esa barrera protectora natural con la que nace para defenderse de infecciones y otros problemas que le pueden afectar. «Para mantener ese manto natural de la piel, debemos usar jabones suaves -dice Maiz-. Aceites jabón o productos de avena que no la resequen, sobre todo cuando estamos ante una dermatitis atópica. Mejor ácidos que neutros, porque son más parecidos a ese manto de la piel. En niños con dermatitis atópicas hay que ser más cuidadoso, evitar el agua muy caliente y, al secarlos, no frotarles fuerte con la toalla, lo mejor es palmearles. Y a veces es preferible hacerlo con una sábana vieja que con una toalla. Así, no tiene por qué haber problema en bañar o duchar a los niños una vez al día». ¿Y más de una vez diaria, es malo para la piel? Tanto Maiz como Fonseca coinciden en que la pauta varía en función del caso. «Es como si tú vas a correr por la noche. Puedes haberte duchado por la mañana y hacerlo una segunda vez, al llegar de haber hecho ejercicio. El niño, igual», dice Carlos Maiz. Aunque el cuerpo, admite, también pide más o menos agua y jabón en función de la edad.

Los más limpios

«¿Tenemos todos los adultos la misma rutina de ducha?», plantea Carlos González. No lo parece a la vista de estudios como uno realizado por Demoscopia, según el cual los españoles encabezamos el ránking de los más limpios del mundo. Pero casi todo lo cambia la variable tiempo. «Hemos evolucionado -apunta Fonseca-. Son hábitos que tienen que ver con los recursos de que disponemos». Y con la cultura de cada país. «En los colegios tradicionales de Gran Bretaña, hace siglo y medio no había ni duchas. ¿Qué necesidad tenían si los niños iban a casa cada seis semanas? Pues ya se duchaban allí», dice con ironía. Ya podían tener un manto lipídico a prueba de microbios. Como el de un chico de cuyo nombre no quiero acordarme, que decía: «Yo me ducho solo los viernes, me haga falta o no».

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