«La gente me habla como si entendiera de mariscos»

Ángela Barros / N. S.

YES

asdf

El actor de «La que se avecina» fue enfermero hasta que vio que el humor y la ficción hicieron la cura de su vida y, por supuesto, la de los demás. La enfermería está aparcada, pero «si hay que poner una inyección aún soy capaz», nos cuenta.

20 ago 2016 . Actualizado a las 09:41 h.

S u amor por el humor ha nacido con él pero sobra apuntar que Jordi Sánchez nada tiene que ver, ni en las formas ni en el fondo, con Antonio Recio. No obstante, hay quien sigue confundiendo personaje con persona y no pierde ocasión para dirigirse a Jordi como si del mismísimo mayorista se tratase. Lo veremos el próximo 26 de agosto en la nueva película Cuerpo de Élite.

? Mucha gente no sabe que antes de empezar en el mundo de la interpretación fuiste enfermero, ¿por qué decidiste ese cambio?

? En mi familia no había ningún actor, por lo que mis padres tenían miedo de que me dedicase a la interpretación, básicamente porque temen que te vayas a morir de hambre. Me decían que estudiara una carrera para vivir y que luego hiciera el payaso por ahí. Y eso es lo que hice, trabajar en un hospital público en el que por las noches me preparaba el monólogo de acceso al Instituto del Teatro Barcelona y con paciencia y esfuerzo, entré. A partir de ahí me planteé mi vida para dedicarme al teatro.

? Vamos, que no te arrepientes de tu cambio, ¿no?

? No, para nada. La enfermería no me disgustaba, pero lo que siempre quise fue dedicarme al mundo del espectáculo. Sí que es verdad que alguna vez en algún teatro pongo alguna inyección por la cantidad de polvo que hay. Mucha gente tiene ataques de asma o de alergia y claro, hay que actuar.

? Siendo uno de los protagonistas de la película «Cuerpo de Élite», ¿cómo ves a tu personaje?

? Es un hombre muy válido profesionalmente, pero solo profesionalmente ja ja ja. Tiene muchos problemas para relacionarse con los demás y cada vez que abre la boca mete la pata. No cae nada bien a sus compañeros, que le llaman el listillo. Pero es aquí, en este nuevo Cuerpo de Élite, donde descubrirá un grupo de amigos para toda la vida. Es un experto negociador pero nada más, como persona el pobre hombre es muy torpe.

? Actor, guionista, productor y dramaturgo, ¿con cuál de estas profesiones eres más tú?

? Creo que a la hora de escribir es donde más viertes parte de tu personalidad, aunque yo me siento a gusto actuando y escribiendo. Soy productor por necesidad, pero a mí lo de dirigir no me va mucho. Por ejemplo, cuando estoy actuando en televisión rodeado de cien personas cada día, de vez en cuando echo de menos la soledad, estar yo solo escribiendo o, bueno, en mi caso solo solo no, ya que escribo acompañado. Aunque también cuando llevas mucho tiempo escribiendo te apetece un plató. Yo tengo la suerte de poder hacer las dos cosas, por lo que no sabría escoger.

? Después de tantas temporadas supongo que ya no sabrás si eres actor o pescadero...

? Pues la verdad que no sé nada de pescados (Risas). En La que se avecina la mayoría son disecados y de plástico. Aunque sí que es cierto que cuando voy por la calle la gente me habla como si yo entendiera de mariscos, pero se les olvida que mi personaje es mayorista y no limpia pescados. Poco sé yo en mi vida real de pescado, aparte de comérmelo.

? Desde dentro de la serie «La que se avecina», ¿se notan cambios a medida que pasan las temporadas?

?En torno a los personajes siguen igual. En mi caso, Antonio Recio desde el principio hasta hoy sigue siendo un tío intolerante, intransigente y a todo el que no es como él no le deja avanzar. En ese sentido él no ha cambiado nada, pero en las relaciones con los demás, por ejemplo con Berta, su mujer, ha intentado mejorar. Pero nada, en dos días vuelve a ser el Antonio Recio de siempre.

? Quién iba a pensar que un personaje tan antipático pudiera caer tan bien... ¿Si hubiera tenido otro carácter crees que hubieras disfrutado de tanto éxito?

? Pues... no tengo ni idea (risas). La verdad cuando todo va bien no me pregunto el por qué, solo me lo planteo cuando las cosas van mal. Lo cierto es que desde los inicios intentamos que cayera bien, porque es un personaje de comedia y aunque sea el malo tiene que empatizar con el público y caerle bien, si no las cosas no funcionan. Como era tan malo, los guionistas decidieron hacerlo muy infantil, torpe. Es una persona que cuando algo le sale mal está muy solo. Eso hace que a la gente le dé cierta penita y así, le dan cariño.

? Será difícil mantener la compostura actuando, ¿no?

? Te partes de risa. Las cosas que dice a mí me parecen graciosísimas hoy y hace ocho años.

? ¿Cuando te minan la moral el humor es el mejor método como defensa?

? Hay que tomarse las cosas a risa y si el humor es una forma de que la gente se evada de sus problemas y disfrute, yo disfruto el doble consiguiendo eso. Ahora con la crisis nos encontramos a mucha gente que en lugar de decirte: «¡Oye, me reí muchísimo con el capítulo!», nos cuentan que desconectan, que durante esa hora se olvidan de todo, te dan las gracias... Si el humor sirve para que la gente pueda evadirse de sus problemas y disfrutar, ¿por qué no para otras cosas?

? Entonces supongo que «La que se avecina» afecta para bien en tu vida diaria...

 ? Por supuesto. Toda mi vida quise ser actor y ahora que lo soy no puedo estar más contento. Es verdad que a veces la popularidad es complicada, es difícil de gestionar cuando estás en campos de fútbol, en grandes almacenes o en PortAventura ja ja ja. Pero que te feliciten por la calle o que te digan que se ríen mucho contigo es maravilloso.

? Alguna anécdota graciosa.

? La primera que viví al ir por primera vez a grabar La que se avecina. La directora me dijo: «A esa chica rubia le pones la cabeza entre las tetas con la frase de ¡Uf, qué pechotes!». Era Vanessa Romero y yo no la conocía. Además ella no estaba enterada de esta secuencia, porque querían captar su reacción. La verdad es que la cara que puso fue acojonante y claro, me costó bastante hacerlo porque me daba corte. La secuencia no valió para nada pero, bueno, una primera toma de contacto.

? Además de actor en Plats Bruts, también fuiste guionista.

? Fue una idea que nos inventamos Joel Joan y yo. La propusimos a televisión y nos montamos un equipo de guionistas. Nos asociamos con Andreu Buenafuente, El Terrat, y acabamos sacándola adelante. Éramos los coordinadores de guiones, creadores de la historia y los actores.

? Este verano vas a rodar dos películas más. ¿No vas a poder hacer alguna escapadita?

? Ahora mismo estoy en Bilbao rodando La higuera de los bastardos, un papel pequeñito. Es una película muy especial y tenemos como protagonista a Karra Elejalde. A finales de agosto rodaremos Señor dame paciencia. Pero no hay queja, por medio tengo el mes de agosto, que es maravilloso y que hay que aprovechar.

? Tus textos han viajado lejos por Perú, Panamá o Ecuador. Además estrenas el texto teatral «Hoy no cenamos» en el teatro Condal de Barcelona.

? Sí, se estrena en septiembre. Esta función habla de los abuelos esclavos que se pasan día y noche cuidando a los nietos. Yo solo soy el autor, no interpreto nada. Ya no escribo teatro para interpretarlo, sino que lo escribo para los demás. Lo está ensayando por su cuenta el director, que también es coautor, y espero que funcione mucho.

? A la hora de escribir, ¿cómo te inspiras?

? Hablando, hablando mucho. Llevo diez años escribiendo con la misma persona, Pep Anton Gómez, y a medida que pasa el tiempo te interesan unos temas u otros. Eso sí, siempre a partir de las relaciones humanas. Nos interesan los perfiles de la gente, no el teatro social.