Mago Pop: «Cuando la casualidad es muy grande me gusta llamarla magia»

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MARCOS MÍGUEZ

No tiene varita ni chistera. «Ni poderes especiales». Antonio Díaz, El Mago Pop, ha «ilusionado» a Antonio Banderas, Eduard Punset, Ferran Adrià, los hermanos Roca y Stephen Hawking. A ese nivel, ¿qué podría sorprenderle a él? «Lo inesperado. Me fascina. Que estés hablando de una canción y empiece a sonar»

14 may 2016 . Actualizado a las 09:15 h.

Nos invita a teletransportarnos y a viajar en el tiempo. Este mago sin varita y sin chistera asegura que no hay nada imposible: «Todas las ilusiones se pueden crear». Antonio Díaz (Badia del Vallés, 1986), el nombre real de El Mago Pop, hace magia desde los 4 años, le han marcado los Beatles y le gusta leer: «Me encanta Cortázar». ¿Y jugar a la rayuela? «¡También!». Uno de sus grandes sueños: volar.

-No has dejado de hacer magia desde que alguien te sacó una moneda de la oreja cuando eras niño.

-Sí. Yo pienso en magia desde los 4 años. Desde entonces no he parado, le he dedicado toda mi vida. Si estoy viendo una película o estoy oyendo una canción, estoy pensando en cómo puedo llevarlo a la magia.

-Una película de magos que me gusta, «El truco final». ¿Qué te parece?

-¡Me encanta! Christopher Nolan es mi director favorito. Interestelar, mi película. Y El truco final. Prestigio es quizá, de magos, la que más me gusta. Esa lucha de ambiciones de los magos, esa cosa romántica de buscar el truco final, de generar una ilusión que otro no tiene.

-¿Hay mucha realidad en la magia?

-Hay mucho de verdad en la magia. La magia es la búsqueda constante de lo imposible. Y hoy no es como antes, que se podían pasar 20 años haciendo el mismo juego. Hoy estás cuatro años trabajando una ilusión, la realizas un día en televisión y esa ilusión ya no va a funcionar igual en directo. El factor sorpresa es esencial. Por eso, la mayoría de las ilusiones del espectáculo no las hago en televisión.

-Estás en gira con «La Gran Ilusión». Más de 450.000 espectadores, incluso más que seguidores en Twitter...

-Sí, sí. ¡Muchos más!

-Una pista. ¿Qué vamos a ver en ese espectáculo que visitará A Coruña el último fin de semana de mayo?

-El gran valor del espectáculo es la calidad de las ilusiones, el ritmo y la puesta en escena. El espectáculo está en un punto en el que con públicos muy exigentes ¡funciona!

-¿Cómo se consigue producir ilusiones de calidad?

-Hacen falta muchas cosas. Rodearte de talento, dedicarle el tiempo y esfuerzo necesarios. Dedicar tu vida a esto.

-Tú que eres capaz de casi todo, ¿podrías conseguir que me encontrase con alguien que perdí, que me vaya atrás en el tiempo, hasta el 2013?

-Sí. Todo es posible. Todo se puede crear. Todas las ilusiones. Es un juego muy bonito, tú sabes que no es real, sabes que yo lo sé... pero jugamos a obviarlo. Si yo tuviera superpoderes de verdad esto sería menos interesante. No tenerlos y ver que puedes hacer cosas imposibles es fantástico.

-Un poco como Batman o Daredevil...

-Exacto.

-En «La Gran Ilusión», El Mago Pop nos hace viajar en el tiempo. Hacia el día más feliz de nuestra vida...

-Viajar en el tiempo es uno de los grandes sueños del ser humano, una ilusión en la que trabajamos bastante tiempo ¡y sí, lo conseguimos!

-Por lo que hemos visto en la tele, tú puedes hacerte un «selfie» aquí conmigo y, ¡magia!, aparecer los dos en otro lugar... en Nueva York o en París.

-El poder del ilusionismo es este, crear una ilusión de algo que los dos creemos imposible.

-¿Puedes hacerlo ahora?

-¡Desde luego! Pero en entrevistas no hago magia, te invito a que vengas a ver el show.

-¿Todo tiene truco?

-Casi todo. Está la magia en minúscula, esa suele tener truco. Y luego la otra, la MAGIA en mayúsculas, la de esas casualidades que nos ocurren a veces; encontrarte a un amigo en el que estás pensando, por ejemplo. Cuando la casualidad es muy grande, me gusta llamarla magia.

-¿Qué peso tiene lo racional en un creador de ilusiones?

-Mucho, porque esto esconde una técnica. No la ves, pero está ahí. Pueden ser técnicas digitales, de manos o de psicología que requieren muchísimo trabajo.

-Insistes en que no engañas a nadie.

-Claro. El daño sería que dijese que yo tengo poderes. La magia blanca me encanta porque es un entretenimiento puro y duro, un juego que te desconecta de la realidad. La gente tiene que llegar a desconectar de que hay un truco detrás. Dejarse llevar por lo que siente.

-La ficción es buena siempre que conecta con la verdad que hay en nosotros, nos dijo la actriz María Pujalte.

-Totalmente. A través de la mentira se puede llegar a la verdad... mejor que con la verdad incluso.

-Tú que has «ilusionado» a Buenafuente, Antonio Banderas, Ferran Adrià o incluso Stephen Hawking, ¿qué es lo que te sorprende a ti?

-Lo inesperado; las casualidades me fascinan. Es increíble estar hablando con un amigo de una canción y que de pronto empiece a sonar.

-Y ahí no hay truco.

-No, no, no lo hay. Tampoco en lo mío hay truco. O a mí no me gusta llamarlo así. Lo que hacemos nosotros es «provocar un imposible».

-¿Crees en el destino?

-Hay casualidades que son tan increíbles que se tiñen de destino. Cuando todo es casual y mágico es romántico llamarlo destino.

-¡Has puesto a prueba, con éxito, la teoría de los 6 grados!

-«Es absolutamente cierta», como diría Punset. De hecho, lo de los 6 grados ya es menos... con las redes sociales pueden ser 3. Tú y yo estamos conectados con cualquier persona del mundo.

-¿Cuál es el secreto para tener una vida con magia?

-A mí me da felicidad pararme de vez en cuando y pensar: «Estamos aquí». Es importante, porque no sabemos qué va a pasar. Se nos olvida a menudo qué es el mundo, el universo.

-Tendremos que hablar con Stephen Hawking...

-¡Totalmente!; pasas un día con Hawking y se te quitan las tonterías.

-¿Qué hay de psicólogo en un mago?

-Muchísimo. En cada espectáculo el juego es distinto, tú tienes un juego, pero cada persona que viene te exige disfrazar tus técnicas de una manera. El secreto es hacer mucha-mucha magia a mucha-mucha gente distinta.

-Siempre al acecho el espectador que quiere pillar el truco...

-Me divierte ver esos ojos diciendo «Te voy a cazar». Me encanta desactivar la desconfianza, lograr que hasta el más descreído acabe por dejarse llevar.

-¿Qué te parecen las ilusiones ópticas virales del tipo «ves el vestido azul y negro, o blanco y dorado»?

-Demuestran que nuestra percepción nos confunde. Por mucho que sepamos, nos va seguir sorprendiendo eso, un color que dos personas ven distinto.