¿De qué conoces a Mariana?

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MARCOS MÍGUEZ

Esta brasileña de sonrisa permanente está acostumbrada a levantarse cada día en una ciudad diferente. Hay una que le gusta especialmente, A Coruña, donde pasa unos días al mes prestando su imagen para la web de Zara.

13 jun 2015 . Actualizado a las 09:21 h.

Ante una cámara, destapa su lado sexy y camaleónico pero, de cerca, Mariana Coldebella es una joven sensible y terrenal que necesita su casa y a su familia para no perderse. Con Nueva York como base de operaciones, recorre el mundo allá donde estén sus clientes, como ella les llama. Uno de ellos, Inditex, está en A Coruña, donde reside diez días al mes, tiempo suficiente para que se haya convertido en su segundo hogar, el primero está en Brasil. Hablamos con ella, minutos antes de comenzar una clase de pilates.

¿Cómo empezaste en el mundo de la moda?

 Desde chiquita, mi primera portada de revista fue con un año. Luego empecé a estudiar, estudié en la escuela militar en Brasil, y cuando tenía 18 o así empecé a ir a São Paulo a hacer desfiles porque yo soy de Porto Alegre, y a los 21 a viajar por el mundo. Siempre con el apoyo de mi familia, mi madre era la que me llevaba a todos lados, aunque cuando empecé a viajar ya lo hacía sola, sin ellos no estaría aquí.

¿Cuándo dejaste Brasil?

Con 20 años, después me fui a Milán, donde estuve un tiempo recorriendo Europa, hasta que en el 2012 me fui a vivir a Nueva York.

¿Se puede llevar una vida normal en Nueva York?

Nooo... Mi trabajo ya no es normal, no sabes cuál es tu día de mañana, yo lo sé a las seis de la tarde del día anterior. Un martes me llega un email diciendo que al día siguiente me voy a San Francisco, mi vida es así.. Gracias a Dios yo la puedo llevar porque tengo una familia, tengo una base que me sostiene y me pone los pies en la tierra.

¿Pero puedes quedar tranquilamente para tomarte un café con una amiga?

Sí, eso sí. Si yo sé que en un día voy a tener dos o tres cástings obviamente puedo arreglar mi día para decir a las cuatro de la tarde ?me voy con mi amiga a tomar un café?. Es difícil, por suerte yo estoy trabajando y no es tan fácil, pero claro que hay tiempo para todo. Por ejemplo, los domingos yo tengo mi día de dedicarme a la Iglesia y hacer las cosas que a mí me llenan el espíritu. Cuando quieres algo, encuentras tiempo para todo.

?¿Cuál es el trabajo que más ilusión te ha hecho hasta ahora?

Son trabajos diferentes. Desfilar para Givenchy en exclusiva  es diferente a venir a hacer una editorial en un lugar hermoso. Yo hice campañas en Brasil que fueron maravillosas para mí, como persona, pero también un desfile es un momento único. No puedo decir uno, estoy muy enamorada de mi trabajo.

¿Y si no hubieras sido modelo?

Médica, pediatra, amo a los niños, o dermatóloga, me encantan los cuidados del cuerpo.

El saber que es una profesión muy efímera también ayuda ¿no? Son unos años muy intensos, pero no te ves dentro de 20 años con esta vida...

Yo dentro de 20 años me veo con mi familia, casada con mi novio, con mis hijos. Por supuesto trabajando, porque no puedo estar sin trabajar.

¿Ligada a la moda?

En parte sí y en parte no. Sí con todo lo que aprendí, tengo un equipaje muy grande, de idioma, de cuidados, de moda... Así que no sé si ligada a la moda, pero sí al cuerpo, al bienestar, a la mente, igual soy médica, ¿quién sabe? Lo que la vida me aguarde...

Vienes frecuentemente a A Coruña ¿te obliga en parte a verla como una segunda casa?

En realidad mi casa es una, donde está mi corazón que es en Brasil, que es donde están mis padres, mi hermano, mi gato y mi perro. Y mi novio cuando voy. Él vive en Argentina, pero cuando voy a Brasil, él viene. Allí es mi casa, porque dicen que tu casa es donde estás feliz y tranquila. Yo me adapto, en Nueva York tengo mi casa, hago mis cosas pero cuando vengo aquí también lo siento como casa, tengo mis amigos, el gimnasio, las clases de pilates, los restaurantes que me gustan...

¿Le debes mucho a la genética?

Mi madre es hermosa, mi padre también. ¡Tengo una familia hermosa! Mi padre mide dos metros, y mi madre 1,82. Mi madre es una pintura... Es italiana y mi padre portugués, yo soy una mezcla de ellos.

¿Cuántos idiomas hablas?

Inglés, castellano, italiano y portugués. Pero me los enseñó la vida, no fueron ellos.

Pero además, ¿te cuidas?

No, no hago dieta. Me cuido por tener una vida más sana. Por ejemplo, no tomo nada de lactosa, cuido lo frito, pero claro lo que más me gusta es la carne con patatas fritas, ¿qué hago? La pasta, la lasaña... Yo como, trato de hacerlo el fin de semana porque es más saludable, pero sí me gusta comer y como de todo.

Te dedicas a algo muy exigente, siempre delante de las cámaras, siempre con tu mejor sonrisa, y cuándo tienes un día de bajón...

Mariana es una aquí contigo, y otra cuando está delante la cámara. Yo me visto un personaje, no puedo dejar traspasar mis cosas, porque el fotógrafo, la estilista... no tienen culpa... Yo tengo un mal día, todos los tenemos, pero tengo que vender una imagen. Es como cuando me dicen ponte triste, yo soy una chica feliz, alegre, pero en ese momento me visto de la Mariana triste, pienso en cosas que me embajonen.. O si me quieren contenta y yo tengo un día que estoy mal digo, delante de esa cámara no está Mariana Coldebella persona, está la que quieren, la que va a vender la ropa.

Dices que has hecho un grupo de amigos, ¿te ha dado tiempo a conocer algo de Galicia?

Sí. Fui a Santiago de Compostela, y me encantó, a la isla de A Toxa, y ahora cuando vuelva tengo que ir a las islas Cíes. Quiero ir de cámping.

Estar en Nueva York es lo más, pero, ¿qué tiene Galicia que cuando estás allí echas de menos?

Me gusta la tranquilidad de las personas. En Nueva York estás todo el día con el teléfono pensando en tu trabajo, aquí sales del trabajo y desconectas. Hay vida, la gente va, toma, se ríe, va por la calle. En Europa la comida, y en Galicia todavía más. La disfruto. Está riquísimo todo, el vino...

¿Qué es a lo que más te cuesta renunciar?

Mi familia. Es algo a lo que te adaptas pero nunca te llegas a acostumbrar.

Menos mal que están las redes sociales...

Yo por ejemplo si hay algo que hago todos los días es Skype. Lo uso todos los días. Y ahora con el teléfono que haces la llamadita con vídeo también. Le compré uno a mi papá para que me llame. Esa conexión con mi familia y con mi novio es... lloro cuando me voy. Porque es muy difícil.

¿Vas mucho a Brasil?

No. Mi base es Nueva York, tengo a mis clientes allí y todo. Como dijiste, es una carrera que tiene un tiempo y yo necesito hacerla valer la pena, todo el esfuerzo de estar lejos de las personas que más quiero. Me cuesta, es difícil, todos los días me voy a dormir y me levanto pensando en mi familia y en mi novio, pero...

Una chica como tú, ligada a las tendencias, que vive en Nueva York, ¿qué opina de cómo viste la gente aquí?

La gente viste muy bien, y tienen un buen gusto, entienden de moda. En Nueva York no es así, hay mucha gente loca, porque para mí la moda no es seguir una tendencia, es que te quede bien. Si te gusta el rosa, pero no está de moda, pero te gusta y te hace sentir bien, póntelo. Yo no veo desfiles, no me importa. Voy a una tienda, pueden tener ropa de los años 50 y de ahora, que si me gusta más la de los 50, me la llevo. Creo más en lo que me gusta que en que venga a alguien a decirme lo que me tengo que poner, y la autoestima es eso.

Hay gente que abre más la aplicación de Zara, que ve a gente de su familia. ¿Te han llegado a reconocer por la calle?

A veces me ponen fotos y me dicen: «Mari, ¿sos vos?». Una vez estaba en un desfile, y me dice una señora: «Vos sos la chica de Zara».  «Mariana, mucho gusto».