¿Te ha tocado una suegra tóxica? ¡Desactívala!

Lúa Castro

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FASD

¿FUE LA SUEGRA LA CAUSA DE LA RUPTURA DE IRINA Y CRISTIANO? Los expertos apuntan que los problemas surgen cuando en el clan hay celosos, con tendencia a amargar a los demás o padres que sienten que cuando se casa un hijo lo pierden

07 feb 2015 . Actualizado a las 05:00 h.

En francés suegra se dice belle-mère, que viene a significar madre amada y es una forma que para expertos como el psicoanalista Manuel Fernández Blanco designa el ideal de la familia política. ?Por supuesto que en Francia  habrá suegros insufribles, pero ellos tienen una palabra amable para esta relación?, cuenta el psicólogo clínico del Chuac que no ve tipología específica de conflictos en la relación con la familia del otro. No hay clases, pero, por supuesto, que nos pueden tocar personas celosas que compliquen las reuniones, vivencias e incluso contaminen los lazos creados con la pareja.
La clave, según este experto, pasa por el amor. Si hay voluntad de acoger al yerno o a la nuera como si fuese un miembro más de la familia, ya está todo el camino andado. Si, por el contrario, los padres ven en la unión de su hijo una forma de pérdida o sienten celos, las relaciones se pueden complicar y el camino para reconducirlas no es sencillo. «Un buen padre o una madre es aquel que acepta perder a sus vástagos para que tengan una buena vida, trata de orientarlos, pero sin determinar con sus consejos su destino y, desde luego, nunca fomenta sentimientos como que la pareja es poco para ellos», desgrana Fernández Blanco, que añade que ideas como que el hijo «no ha hecho un buen matrimonio»; se «ha conformado con un determinada persona» o, simplemente, se «merecía algo mejor» no siempre se verbalizan. A veces solo con la manera de actuar ya se influye tanto en el hijo o la hija, como en su pareja. Lo ideal, según los expertos, es que los suegros se percaten de que están dañando a los suyos con sus críticas (explícitas o no) y traten de integrar a todo el mundo en el clan con el objetivo de sumar. Sin embargo, los celos o la naturaleza de las personas no siempre suponen que este camino sea transitable.
¿Qué hacer, entonces, cuando nos percatamos o sentimos que la familia política no nos traga? Fernández Blanco lo tiene claro: «Si realmente no es reconducible la relación, hay que mantener cierta distancia saludable, nunca una ruptura radical, porque eso puede repercutir y crear tensiones en la relación de pareja. En cualquier caso, es necesario estar preparado para los episodios desagradables que nos puedan deparar los encuentros familiares».
 
INTELIGENCIA Y NO SALTAR
Cuenta Pax Dettoni en su obra La inteligencia del corazón que la libertad y la felicidad están en muchas ocasiones en esas milésimas de segundo entre el momento en el que recibimos un estímulo que nos enfada y el que reaccionamos. Esta autora no recomienda reprimir nuestras reacciones, sino aprender a gestionarlas con reglas de educación emocional. Añade que sin este tipo de sabiduría cada vez que sentimos una pulsión ofensiva actuamos según una energía primitiva (y casi siempre negativa) y nos dejamos llevar por la ira. Esta dramaturga catalana apunta que «quien no es dueño de sí mismo nunca será libre» y propugna que cuando se sienta un ataque por parte de la suegra (y en otras situaciones) se «respire profundamente, se sienta en el cuerpo la emoción y se espere a que se pase el enfado para decidir cuál es la mejor reacción». Algo que en muchos casos pasa por esbozar una sonrisa y no hacer nada más.