Juzgan a la exnovia de un octogenario al que cuidaba por la noche por sacar 7.180 euros del cajero con su tarjeta sin permiso en Vigo
VIGO CIUDAD
La acusada, una jubilada, dice que hace 20 años tuvieron una relación sentimental y que ahora eran amigos y lo cuidaba por amistad porque él tenía miedo a dormir solo en casa: «Me daba lástima como amiga».
05 nov 2025 . Actualizado a las 00:49 h.Hace 20 años fueron novios en Vigo, rompieron y en el 2024 retomaron la amistad como amigos, cuando él ya era octogenario. Él estaba solo en casa y le pidió a su exnovia que lo acompañase por las noches porque tenía miedo a dormir sin nadie más en la casa. La mujer aceptó ir en calidad de amiga y a cambio de cobrar 300 euros por acompañamiento nocturno en habitaciones separadas. Él, debido a su gran confianza, le facilitó el pin de su tarjeta bancaria para hacer compras en el súper y le entregó las llaves. Unos meses después, esta se topó con que habían cambiado la cerradura de la casa y su viejo amigo la había denunciado por estafa. La acusó de sacar 7.180 euros del cajero automático a lo largo de varios meses con su tarjeta bancaria y a sus espaldas. La policía de Vigo comprobó por la cámaras de seguridad del banco que ella había ido un mismo día al cajero automático a retirar 600, 100 y 300 euros, progresivamente.
El juicio por estafa se ha celebrado este martes en la quinta sección de la Audiencia de Pontevedra, con sede en Vigo. La acusada afronta cinco años de cárcel y el denunciante ya está fallecido pero reclaman su hija, una de las herederas. La Fiscalía concluye que la jubilada «se aprovechó de su especial relación de confianza del perjudicado, el hombre recurrió a su amiga y le abrió las puertas, le pagaba ropa y la invitaba a comer y cenar y a dormir en su casa».
La exnovia, una jubilada de más de 70 años y que sufrió un ictus, se declaró inocente. «Yo lo visitaba porque estaba solo, su hija vivía en Madrid, me daba lástima como amiga. Me dio su tarjeta para hacer encargos porque tenía plena confianza en mí», añade.
La implicada explicó al tribunal que ella sacaba dinero por encargo del octogenario, para cobrar su nómina de 300 euros y que se marchó de la casa porque el hombre al que cuidaba pretendía algo más que amistad. Sugiere que en la vivienda había más gente con acceso al pin de la tarjeta y señaló a una cocinera y otra conocida.
La hija del octogenario, que vive fuera, declaró por videoconferencia y aseguró que su padre siempre pagaba con tarjeta y nunca con efectivo y que si necesitaba mucho dinero en metálico entraba personalmente en las oficinas a retirarlo. Al comprobar rutinariamente el ingreso de su pensión en la banca «on line», la familia descubrió movimientos en el cajero de más de 3.000 euros al mes que no se correspondían con el patrón habitual del afectado. Ni encajaban sus horarios, pues él no era tan madrugador, ni las grandes cantidades de efectivo retiradas, ya que pagaba el taxi o las compras del supermercado con tarjeta. Excluyeron a la cocinera porque siempre pedía permiso y porque llevaba 12 años al servicio del jubilado.