Postres de Vigo que son de otro mundo

Begoña Rodríguez Sotelino
begoña r. sotelino VIGO / LA VOZ

VIGO CIUDAD

M.MORALEJO

La barbacoa japonesa Rokuseki abre Chaya, su proyecto de dulces para cátering y bajo pedido

07 jun 2025 . Actualizado a las 00:53 h.

Rokuseki (Canceleiro, 24), el restaurante nipón de Vigo especializado en barbacoa japonesa (yakiniku) no solo destaca por sus carnes. El local, que acaba de ser distinguido por la Guía Repsol como restaurante recomendado del 2025 y es uno de los cinco de España que sirven kobe beef certificado, despunta por sus postres.

Desde que iniciaron su proyecto que trasladaron desde Barcelona, la parte de la carta que se deja para el final han adquirido una creciente fama irresistible. Su clientela no perdona perderse el remate dulce y ese éxito ha llevado a Felipe y Natsumi Tomita a convertirlo en protagonista creando un obrador laboratorio independiente llamado Chaya (Canceleiro, 1), donde elaboran obras de arte para el paladar.

En principio, el proyecto era abrir un segundo espacio donde la gente pudiese acceder a sus postres en un local separado del restaurante, pero por el camino han pasado cosas. Sus bocados dulces también han llamado la atención de otros chefs de prestigio y el resultado de esta etapa inicial es una alianza con el cocinero con estrella Michelin Pepe Solla, que en sus cáterings para bodas tendrá los postres del vigués y la japonesa. Pero ¿hay que casarse para poder probarlos? No es necesario. Hay más opciones: la que ya existía, que era acudir a Rokuseki y quedarse hasta el postre, o la que empieza a funcionar ahora, ya que se pueden encargar por correo en info@rokuseki.es, y mediante este método hasta que no habiliten pedidos a través de su web.

En el proceso hay novedades en la carta de sus delicados trampantojos y además un período de formación extra que les ha hecho dar pasos de gigante. «El estudio gastronómico I+Desserts de Barcelona nos ayudó, colaboramos con ellos. Es importante decirlo porque su dueño, David Gil, fue durante 10 años el pastelero de Albert Adriá en el restaurante Tickets y ahora ayuda a pastelerías y restaurantes en el desarrollo de postres», cuenta.

El hermano de Ferrán Adriá también forma parte de esta etapa: «Lo conocíamos de Barcelona y nos invitó a estar cinco días con él viendo cómo hace procesos de elaboración y dando ideas», añade aún sin poder creérselo», explica añadiendo que aprendieron «técnicas nuevas que no sabía ni que existían, es supercreativo, nos voló la cabeza y nos cambió la manera de pensar», asegura.

A la carta de postres que ya tenían, donde destacan delicias como el falso huevo llamado Tamago, que lleva fruta de la pasión y pasta kataifi, el haba de cacao (cremoso de choco y núcleo de avellana), grano de affogato (cremoso de café y cobertura de chocolate al 54 %), la falsa pera Yo-nashi (vainilla de Madagascar y toffe de pera) o el falso limón con cremoso de yuzu y cobertura de chocolate blanco. Entre las últimas incorporaciones, mousse de maíz, praliné de kikos y trufa de chocolate; albaricoque (tarta de queso cabra, baño de albaricoque y helado de limón glass; piña (Pan de piña, sopa de pasión y yogur con helado de coco) y avellana (ganache de avellana y praliné con tierra de café).

Pastelería saludable

Felipe comenzó en la profesión aprendiendo de forma autodidacta, pero a lo largo de su carrera ha perfeccionado sus competencias al lado de reputados profesionales como Jordi Bordas, «es un pastelero buenísimo que está muy especializado en pastelería saludable, algo que también nos interesa mucho y que incorporaremos a nuestros procesos, dulce sin tantos azúcares. Vamos a hacer postres sin huevo, también sin lactosa, que se puede, y sobre todo, menos azúcar. Con las fibras que provienen de plantas se consigue lo mismo, ya tiene su propio dulzón añadido sin necesidad de meterle azúcar», asegura. 

De cara al futuro también incorporarán helados: «De momento no lo vemos por falta de tiempo e infraestructura, es un plan para el siguiente año», destaca el hostelero, que cuenta que mientras, seguirán teniendo en Rokuseki los helados que hace el alicantino Rubén Álvarez, de Esneu.