Tu barrio antes de que estalle la guerra

Begoña Rodríguez Sotelino
begoña r. sotelino VIGO / LA VOZ

VIGO CIUDAD

M.MORALEJO

El escritor y traductor Álex Alonso, finalista del Xerais con «O teito é de pedra», refleja y universaliza en su obra el ambiente de los primeros días antes del conflicto bélico español situándolo en una parroquia de Vigo

07 may 2025 . Actualizado a las 05:00 h.

O teito é de pedra, la última novela de Álex Alonso, y finalista del Premio Xerais 2024, está ambientada en los últimos días de julio de 1936, antes de que estallase la Guerra Civil española. Lo que tiene de particular es lo cuenta desde el punto de vista de los vecinos de varias parroquias de Vigo. Y esa cercanía es la que hiela la sangre, porque pone el foco en la cotidianeidad local, un hecho que, cambiando nombres de personas y calles, sucedió en cientos de localidades en un país que no sabía lo que le esperaba ni lo que vendría después.

Alex Alonso (Vigo, 1968), nació en San Miguel de Oia, en el barrio vigués de Canido, donde tiene lugar buena parte de la historia. Aunque hace años que vive en la ciudad de Pontevedra, donde trabaja como traductor e intérprete de la Administración de Justicia en la Audiencia Provincial, sus padres todavía residen allí, como muchos de los ciudadanos que se acercan a él para decirle que recuerdan lugares, personajes e historias reales, fruto de una exhaustiva documentación, que están en su novela. El que más las tiene presentes es el etnógrafo Bernardo Vázquez Acuña. Al investigador debe Alonso su obra y así lo reconoce. «Realmente, eu non investiguei nada. Ao final, O teito é de pedra é o resultado dunha casualidade, a que se deu cando un día descubrín na casa dos meus pais o libro Memoria dunha parroquia republicana, de Vázquez Acuña, que é veciño da nosa zona. Nada máis folléalo e ver en que consistía aquela tremenda documentación e os testemuños que contiña, que xa nese momento dixen: ‘¡Uy! Eu de aquí fago unha novela'», recuerda.

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A Álex no, pero a Bernardo, reunir toda esa documentación le llevó mucho trabajo y mucho tiempo en archivos militares, hemerotecas y bibliotecas por toda Galicia. El escritor tenía sobre la mesa otra tarea, trasladar el espíritu del libro a su novela, contarlo dándoles vida y alma. «Os personaxes que saen na obra eran, algúns, xente que coñecía, e entrevistouse moito tamen con persoas que aínda viviron naquel tempo. Para mín os testemuños son unha fonte de riqueza absoluta e con eles construín personaxes baseados en veciños de San Miguel de Oia, e despois hai personas reais, habitantes da nosa parroquia», cuenta.

Con muchos de ellos se encontrará este sábado, 10 de mayo, en la presentación del libro que se celebrará en el Centro Sociocultural de Oia (20.00 horas), acompañado por el presidente de la asociación de vecinos, Ángel Goberna, y por el investigador Bernardo Vázquez sin el cual, este libro no existiría.

El autor de O teito é de pedra (título, por cierto, tomado de uno de los versos de Longa noite de pedra, de Celso Emilio Ferreiro), reconoce que le encanta escribir, «pero o tomo como un hobby», señala declarando que «desde pequeno sempre quixen ser xornalista, pero daquela había que ir a Madrid, que parecía como ir a América, eran outros tempos e tomeime o de estudar Filoloxía como unha especie de substituto do xornalismo», explica añadiendo que, visto desde ahora, no cree que haya errado, satisfecho con su trabajo como traductor tras haber pasado por etapas muy diferentes. Su hoja laboral empieza con una década como camarero en el mítico pub Dublín en Vigo y sigue como empleado en el Concello de A Cañiza, la oficina de empleo de Coia o ya como traductor por oposición en Ourense y Lugo antes de obtener su plaza en Pontevedra. Quizás el hecho de que su padre hubiese sido linotipista en El Pueblo Gallego tuviese algo que ver con la curiosidad que le despertaba verle ir a trabajar cada noche y regresar al alba. Su interés por la Guerra Civil y aquella documentación proverbial propiciaron una historia que tiene tanto de local como de universal. «Calquera pode sentise identificado, xa sexa de aquí ou de Albacete», afirma un autor marcado por Agosto do 36, de José Fernández Ferreiro, «e por A lingua das volveretas, de Manolo Rivas, un relato maravilloso ao que de feito lle dedico un capítulo no libro», revela sobre un texto que transita por calles de Vigo tomadas por falangistas y alcaldes asesinados.

En el currículo como autor de Álex Alonso se acumulan premios por varias obras, galardonadas en certámenes de relato breve. Con la novela Granito (Xerais, 2020) logró ex aequo el Torrente Ballester.

«Pero quizais o punto de inflexión foi cando gañei o Ánxel Fole con Tempos de bebidas isotónicas e fast-food, que me puxen máis en serio, cun pouco máis de constancia, e a partir dese momento foi cando, de feito, me animei a escribir a miña primeira novela», reconoce el vigués, que ha publicado todo lo que ha escrito gracias a los premios ahora solo lamenta no haber empezado con ese ímpetu quizás unos diez años antes.