Las bodas civiles saturan las agendas de los alcaldes

Monica Torres
mónica torres BAIONA / LA VOZ

VIGO CIUDAD

cedida

Más de la mitad de los regidores del área de Vigo ha multiplicado los enlaces que ofician al asumir los de los juzgados de paz

30 abr 2025 . Actualizado a las 01:33 h.

Enamorarse sigue siendo gratis también en el área de Vigo, pero casarse ya depende del concello. Desde el 3 de abril, los juzgados de paz han dejado de celebrar bodas civiles. La nueva Ley de Eficiencia Organizativa de la Justicia ha trasladado esa competencia a los ayuntamientos —o, en su defecto, a los notarios—, y las consecuencias se han dejado notar en las agendas de los alcaldes.

En Gondomar, Francisco Ferreira (PSOE) alcanzará este lunes su boda número 200. «Xa teño axendadas para xullo do 2026», comenta. «Din que as fago ben, que son divertidas, distintas. Moitos convidados acaban volvendo para casar comigo», explica. Todo ello sin cobrar: «Non cobramos por casar. É unha maneira de axudar e fomentar que escollan Gondomar. Moitas veces desprázome a outros concellos ou mesmo a Portugal, pero sempre consta como celebrada aquí». Sus ceremonias son conocidas por su originalidad: perros llevando anillos, novios a caballo, drones acercando alianzas o mascotas en primera fila. «As cerimonias poden ser moi simbólicas, mesmo vodas de prata ou de ouro. Encántame facelas», añade.

En O Porriño, Alejandro Lorenzo (PP) mantiene una media de 90 bodas al año, y suma ya cerca de 300 desde que asumió el bastón de mando. «Quero que a xente se case no meu pobo, onde o amor celébrase entre pedras con historia, o mellor pan, callos revoltos, prazas cheas de vida e obras que gardan segredos de séculos, todo envolto nun ambiente de festa que fai máxica cada voda», destaca. En el 2023 batió su récord personal: seis bodas en apenas ocho horas. De cara al futuro, Lorenzo avanza nuevos escenarios: «Intentarase habilitar a posibilidade de celebrar casamentos no Templete de San Luis e no paseo do Louro cando rematen as obras».

La situación se repite en buena parte de los 27 municipios del área metropolitana. Muchos han reorganizado sus agendas y turnos para dar abasto. Algunos, como Tui o Redondela, amortiguan el impacto gracias a la presencia de juez decano, que sigue teniendo competencia. En Redondela, además, casarse sigue siendo gratuito si se elige viernes. En otros municipios, la presión es evidente. Baiona, por ejemplo, suma este año 23 bodas frente a las 17 del 2023. En Mondariz también se percibe incremento. Nigrán y Baiona, gracias a sus pazos y playas, se consolidan como destinos preferidos para bodas foráneas.

En Nigrán, donde casarse es gratuito, se celebran entre 60 y 70 bodas al año. Aunque el número de ceremonias no ha crecido demasiado, sí ha aumentado la carga administrativa: «O que si aumentou para o Concello é a burocracia, porque antes o expediente facíao o xulgado e agora recae no Concello».

El coste de un enlace civil varía: en 14 de los 27 municipios del área no se cobra. Es el caso de Gondomar, Nigrán, Covelo, O Porriño, Oia, Redondela, Salvaterra, Moaña, A Guarda, Crecente, Salceda de Caselas, Tomiño, O Rosal y As Neves. En los trece restantes, el precio oscila entre los 18 y los 200 euros. En Ponteareas, por ejemplo, casarse en la casa consistorial cuesta 200 euros, pero baja a 120 en espacios privados.

En O Morrazo también se nota el fenómeno. En Moaña, donde tampoco se cobra, la alcaldesa Leticia Santos (BNG) confirma el aumento de solicitudes: «Tras a reforma nótase, ademais que xurden novas datas, tamén pola semana». Veterana en estas lides pese a su juventud, la regidora intenta siempre incluir alguna palabra en el idioma de los contrayentes: «Xa me tocou en francés, inglés, alemán, portugués e mesmo éuscaro».

En Covelo, el alcalde Pablo Castillo (PP) señala ya se comienza a notar, «pero a maioría será no verán». En A Guarda, donde también es gratis, el alcalde Roberto Carrero estudia implantar una tasa: «Nos primeiros días desta semana xa oficiei dúas vodas, veñen moitos máis noivos».

En Salceda de Caselas, la alcaldesa Dolores Castiñeira prevé que, aunque de momento no haya un incremento visible, las bodas que antes celebraba el juzgado acabarán recayendo en el ayuntamiento: «O Concello fai unha media de 25 ao ano, o xulgado outras tantas, e a igrexa dúas ou tres como moito. Esas entre 25 e 30 do xulgado acabarán en nós».

En Salvaterra de Miño, Marta Valcárcel (PP) confirma la tendencia: más de 20 bodas anuales y creciendo. «Agora hai celebracións mesmo luns e martes, que antes ía todo ao xulgado», explica con satisfacción la regidora. Porque donde el amor llama, ni la burocracia puede cerrarle la puerta.