La estrella, que acaba de dejar Galicia, tocó en el Ifevi en el 2008
13 abr 2025 . Actualizado a las 01:31 h.Aunque a Lenny Kravitz no hay quien le pare, como sigue demostrando mientras pasan los años por todo el mundo menos por él, la reciente visita del músico norteamericano a Galicia dentro de su gira actual, activa el recuerdo de su paso por Vigo. El jueves en el Coliseo de A Coruña dejó atónito a un público al que no dio tregua, y lo dejó claro hasta en gallego. «Somos enerxía», dijo.
Hace 17 años la tenía a tope y lo demostró también estrenando el Ifevi como escenario de conciertos. Aquella visita del neoyorquino fue algo especial. Además de cobrar por su trabajo, como es lógico, se llevó un regalo de parte de todos los vigueses, aunque la decisión fue tomada unilateralmente por el Concello, entonces en manos del bipartito y con el nacionalista Santiago Domínguez como teniente de alcalde y concejal de Cultura.
El acto de agasallo tuvo lugar minutos antes de que el músico arrancara en Vigo su gira europea «It is time for a love revolution» y el norteamericano, que toca todo tipo de instrumentos, se quedó de piedra con el detalle, mostrándose muy agradecido y sorprendido por el regalo.
Lenny se marchó de Galicia con una gaita fabricada por el artesano Alfonso, de O Rosal, uno de los más reputados maestros constructores de este instrumento. El acto fue privado y desde el Concello contaron que «Kravitz sinalou que lle parecía unha peza fermosísima e interesouse polas súas características. O tenente de alcalde, tras explicarlle que se trata dun elemento sobranceiro da música tradicional galega, invitou ao artista a que nun futuro poida incluso chegar a formar parte do seu espectáculo». Por su parte, Lenny le preguntó a Domínguez si sabía tocar la gaita y si podía enseñarle, pero el político le reconoció que no tenía ni idea. El que sí sabía tocarla era el concejal de Cultura, Xesús López Carreira, pero a él no le ofrecieron ser su coach. El artista comentó que tendría que buscarse un profesor. No hay constancia de que eso ocurriera ni de que la gaita haya formado parte de alguna canción suya a posteriori. Aquel día, Carlos Núñez debía de estar despistado o de gira, porque perdió una oportunidad de oro de darle una masterclass.
Sobre el instrumento, del que no trascendió su precio, era una gaita granadillo con juntas de plata afinada en do y con un fuelle de color negro y verde musgo. El instrumento le fue entregado en un estuche de cuero. Este regalo tuvo un doble objetivo: además del agradecimiento al músico por haber elegido Vigo para iniciar su gira, también fue la felicitación por su aniversario, en concreto el 26 de mayo, día en el que cumplió 44 años. Hoy tiene 60 y luce unos abdominales tipo tableta de chocolate que son la envidia de millones de hombres de su edad.