











La 28ª fiesta para conmemorar la expulsión de las tropas francesas deja pequeño el Casco Vello
01 abr 2025 . Actualizado a las 16:39 h.La fiesta de la Reconquista siempre hace historia. La de 1809. Pero este año la ha hecho por duplicado. La edición del 2025, la número 28 (comenzó en 1997 y no se celebró la del 2020 por la pandemia), ha sido la más multitudinaria que se recuerda desde que la Asociación Veciñal e Cultural Casco Vello la puso en marcha. La propia entidad reconoció hoy que se han desbordado todas las previsiones: «A afluencia destes días foi impresionante». Imposible cuantificar la avalancha. Las rúas y esquinas del barrio antiguo se convirtieron en un hervidero humano durante todo el fin de semana, con dificultades para abrirse camino y colas interminables para comprar un simple choripán. Y la representación teatral de estedomingo por la tarde, el momento álgido del evento que revive la expulsión de las tropas francesas, no fue la excepción.
A 22 grados, la ciudad de Vigo recreó los sucesos acontecidos hace 217 años que le valieron el título de ciudad «fiel, leal y valerosa». Da igual que todos se conozcan ya el final de la historia. A las seis y cuatro minutos de la tarde no cabía un alfiler para disfrutar del inicio de la escenificación en la Porta do Sol. Allí se pudo ver todos estos día en una pantalla gigante un vídeo ensalzando el orgullo de ser la primera plaza de España que echó a los soldados de Napoleón y allí estaban, fieles a su cita, personajes como el comandante Chalot, el héroe Cachamuíña y el marinero Carolo.
El guion no cambia, pero la participación sí. Quizás ha perdido la frescura de años atrás y resulta más acartonada, pero cada año son más los vecinos que se suman al elenco de la representación, ya sea para meterse en el papel de paisanos o en el de franceses. De hecho, muchos de los colaboradores de la asociación del Casco Vello prefieren asumir el rol de gabachos y ser objeto de las chanzas y abucheos del público. «¡Fóra, fóra!», se desgañitaban los vigueses. Menos mal que las bayonetas y los sachos eran contados.
El actual alcalde, no aquel Vázquez Varela de comienzos del siglo XIX que tan mal lo pasó, no podía faltar en el momento de mayor fervor local. «¡Viva Vigo!», gritó Abel Caballero, vestido de época, ante la multitud enardecida.
Carlos Veleiro soltó otro viva por la asociación del Casco Vello. «Éramos treinta y pico vecinos a los que se nos llamaba locos y se nos escupía por la ventana, y mira en qué se ha convertido la fiesta de la Reconquista», dijo recordando los inicios del evento. Felix Barrosa Cazorla recibió el título de miliciano de honor y agradeció la distinción jurando respeto al título.
La salida por mar de los franceses, junto al Náutico, fue el punto final a una edición de récord. Por la afluencia masiva, por la programación y por el espacio abarcado. Miles y miles de personas han pasado por el barrio histórico de Vigo durante dos fines de semanas para disfrutar de la recreación de los hechos ocurridos en 1809, de decenas de actuaciones musicales y de viandas no solo en escenarios habituales como O Berbés, A Pedra y la plaza de la Constitución, sino también Elduayen, el paseo de Alfonso, Chao....