Músicos que venden instrumentos que saben tocar

Begoña Rodríguez Sotelino
begoña r. sotelino VIGO / LA VOZ

VIGO CIUDAD

M.MORALEJO

Musical Vigo, que acaba de mudarse de local en la ciudad, es la filial del establecimiento que nació en Pontevedra en 1998 y la llevan profesionales de las secciones de viento, cuerda y teclados

14 mar 2025 . Actualizado a las 05:00 h.

Un pasillo lleno de pianos y teclados recibe a la clientela en el nuevo emplazamiento de Musical Vigo. El establecimiento que llevaba 22 años en la esquina entre la avenida de las Camelias y la calle Romil acaba de hacer la mudanza este mes al entorno de la plaza Elíptica.

Pero la historia de esta tienda de instrumentos empezó antes en Pontevedra. Fue en la ciudad del Lérez donde la abrió el saxofonista Manolo García en 1998. Y allí sigue el experto en la sección de viento junto a tres empleados más, complementando, como siempre, un servicio atendido por profesionales de la música. No solo expertos en instrumentos, sino músicos en activo (o en pasivo, en algunos casos). Por ejemplo, Alberto Gaspar, que es el responsable de la sección de cuerda, que se autodenomina «el guitarrero loco», tocaba en los grupos Liversion y Mera Coincidencia, pero lo dejó para centrarse en su misión como vendedor, que no le deja mucho tiempo libre. Junto a él está en Vigo Antonio Sánchez, que se encarga de la sección de pianos y es, además, profesor particular de este instrumento.

Gaspar ya venía del gremio comercial. Trabajaba antes en otra tienda de instrumentos, Mozart, en la calle Progreso, un referente del sector que cerró, según recuerda, en el 2006. «Manolo buscaba gente para la tienda de Vigo, me llamó y me fichó», cuenta delante de una enorme pared con guitarras de todos los colores colocadas en filas del suelo al techo.

El experto señala que a pesar del daño que les hace la venta online de instrumentos, «Vigo es una ciudad llena de músicos, aquí hay más grupos que en ninguna ciudad gallega, y cientos de particulares que tocan algún instrumento», afirma.

Alberto Gaspar cuenta que hay casos de gente que los compra por internet, los prueban, los usan en un concierto y después los devuelven. «O vienen aquí, agarran una guitarra o lo que sea, le hacen foto y después lo piden online por ahorrarse dos euros, porque los precios prácticamente los tenemos iguales o mejores que lo que puedes encontrar en internet», asegura.

Pero muchos clientes quieren probar y tocar antes la mercancía y en su opinión, ese fue el problema de algunas de las tiendas que tuvieron que cerrar, «porque dejaron de tener stock en tienda y pedían un 20 % por adelantado para hacer un pedido. Hay gente que viene a por una guitarra, un bajo, un piano... y no saben si les va a gustar el tacto, la sensación que les produce». Luego está el caso contrario, el de clientes «que se pasan horas probando hasta que hay que decirles que no pueden estar cuatro horas seguidas tarde tras tarde. A uno especialmente insistente le tuve que decir que por 10 euros podía estar todo el tiempo que quisiera, porque en cuanto llegara el pedido que nos iba a hacer, le devolvíamos ese dinero. Y no le interesó», explica con ironía.

Tienen proveedores internacionales y también artesanos, sobre todo para instrumentos del folk. Los pianos y las guitarras son los instrumentos que más despachan. En su caso, tanto eléctrica, como española, como acústica. Tienes decenas de modelos, algunos, especialmente icónicos, como la Ibanez Pía de Steve Vai, la Joe Satriani...», enumera. «El rock and roll quizás es lo que más se ve, pero después hay mucha peña que toca, alumnos del conservatorio, —que ahora tenemos más cerca el superior—, o la academia Compass, que estudian violín, fagot, clarinete, oboe... que no sabes que son músicos hasta que aparecen por aquí y te lo dicen o tal. A los rockeros se nos ven las pintas. Los del clásico pasan desapercibidos», opina con humor. El especialista explica que se han trasladado a un local mucho más amplio y con menos problemas de aparcamiento de los que les estaba dando su ubicación anterior. Gaspar asegura que su caso es el de tantos comerciantes de Camelias que están cerrando para irse a otras vías más operativas: «No podíamos más desde que el Concello de Vigo ha humanizado un vial con mucho tránsito dejando un solo carril en una dirección y otro para autobuses y bicicletas en el contrario. Nos dejó temblando. No se puede ni aparcar ni parar ni siquiera hacer una descarga de mercancía sin bloquear el tráfico. Y eso que nosotros no lo notamos tanto porque al ser una tienda especializada, la gente va sí o sí, pero clientes de otros sectores no se complican la vida», argumenta.

Desde 2003 en Vigo. Desde 1997 en Pontevedra

Dónde está: Calle Fernando Conde, 17 (Vigo) y Pintor Laxeiro, 30 (Pontevedra).