Vigo inaugura su primera biblioteca seria

Jorge Lamas Dono
jorge lamas VIGO / LA VOZ

VIGO CIUDAD

M.MORALEJO

El 11 de marzo de 1995 abrió la Juan Compañel en un edificio del siglo XIX que fue casino y Almacenes Ferro; treinta años después, la ciudad suspira por una estatal como las que tienen otras cinco urbes gallegas

11 mar 2025 . Actualizado a las 05:00 h.

Vigo, la ciudad más poblada de Galicia, continúa esperando por la creación de una biblioteca estatal que sí disfrutan Santiago y las cuatro capitales de provincia de la comunidad. Esta gran carencia cultural y educativa era todavía mayor hasta hace treinta años. Entonces, además de las bibliotecas privadas de Caixavigo, la Fundación Penzol y las universitarias, los vigueses tan solo disponían de una pequeña dotación municipal instalada en un bajo de la calle Romil. Era la heredera de la abierta en la plaza de Compostela en 1942 bajo el impulso del Ministerio de Educación.

La precaria situación comenzó a cambiar el 11 de marzo de 1995, día en el que fue inaugurada en la calle de Joaquín Yáñez la Biblioteca Central. La aspiración municipal de contar con un espacio dedicado al libro venía de muy atrás, pero no fue hasta finales de los años ochenta del pasado siglo cuando se tomaron las primeras decisiones destinadas a corregir la situación. El primer paso dado por el Concello de Vigo se realizó a través de la adquisición del edificio que había albergado Almacenes Ferro, obra del arquitecto Jenaro de la Fuente Domínguez.

La compra se realizó por 26 millones de pesetas. Con la rehabilitación, amueblamiento y compra del mobiliario, ascendió finalmente a 445 millones. El arquitecto encargado de la reforma, Luis Arranz, decía en 1995 en La Voz de Galicia que fue muy difícil compaginar la nobleza del edificio con las necesidades de la biblioteca, ya que tanto en el exterior como en el interior contenía acabados decorativos.

Las obras fueron adjudicadas en 1990, al mismo tiempo en que se abrió un período de búsqueda de financiación para la futura infraestructural cultural. En 1991, el concejal de Cultura Francisco Santomé se fue a Madrid para conseguir fondos, después de que el Gobierno negara una subvención de cien millones de pesetas para adquirir fondos. Como pasó muchas veces, el Ministerio de Cultura denegó la concesión argumentando que Vigo no era capital de provincia.

Las obras de rehabilitación permitieron hallar importantes restos arqueológicos de época romana y medieval en la que fue la primera campaña arqueológica programada en el centro de Vigo. El edificio, proyectado en 1889, había acogido en su bajo los referidos almacenes, mientras que en la primera planta se situó durante muchos años el Casino de Vigo. Tras la guerra civil, el espacio superior acogió el salón del productor, que era como se llamaba a los asalariados durante el franquismo.

Concluida su rehabilitación y antes de ser inaugurado, el edificio acogió los fondos de la Fundación Penzol de forma provisional hasta que se reubicaron en la Casa Galega da Cultura.

Ya a comienzos del mes de marzo de 1995, la corporación municipal aprobó una moción en el pleno instando a la Xunta a declarar el centro biblioteca nodal. Lo que pretendía el gobierno local era que el autónomo asumiera su gestión. Curiosamente, el PP votó en contra. El edil Francisco Santomé impulsó la petición. También pretendía firmar un convenio con la Consellería de Cultura para establecer las competencias de cada administración en el centro bibliotecario. Eso se consiguió al año siguiente de la apertura.

«Merece la pena ser concejal para vivir un momento como este en que se abre un servicio de esta categoría para la ciudad», afirmó emocionado Francisco Santomé el 11 de marzo de 1995, el día que era inaugurada la biblioteca. «Es para todos», dijo como conclusión, tal como publicaba La Voz de Galicia al día siguiente.

Durante el acto inaugural, la presidenta de la Asociación de Bibliotecas de Galicia, Olga Gallego, dirigió unas palabras a los asistentes en las que recordó las condiciones tan deficitarias en las que se desenvolvió el mundo de la lectura en Vigo. Sus palabras mantienen un alto grado de actualidad debido a que, salvo dos barrios, el resto de la ciudad carece de un infraestructura mínima para acceder a libros de una forma gratuita.

En la planta baja, el edificio contaba con una sala de exposiciones, información bibliográfica y servicio de préstamo. En el semi-sótano se abría una biblioteca infantil con 10.000 volúmenes y 116 puestos de lectura. En esa planta estaba la sala de conferencias con 50 asientos. En la primera planta estaba situada la hemeroteca y sala de lectura y la mayor parte de los libros. La planta segunda llevaría una videoteca y una sala de audiciones. En la planta tercera, las salas de trabajo y secretaría. Estaba atendida por 18 personas.

Editor de Rosalía de Castro

A partir de octubre del 2013, la biblioteca pasó a llevar en su denominación el nombre de Juan Compañel, editor e impresor compostelano que dirigió en la segunda mitad del siglo XIX los periódicos La Oliva y El Miño, y que fundó la imprenta donde se publicó Cantares gallegos, de Rosalía de Castro en 1863.

En la actualidad, la Biblioteca Pública Juan Compañel es la única central territorial de Galicia de titularidad municipal y gestión autonómica. El edificio acoge también el Centro de documentación y recursos feministas. La dotación sigue siendo pequeña para Vigo, que tiene en proyecto la biblioteca del Estado junto a los viejos juzgados.