La robótica social se abre paso con terapias para niños con autismo y en rehabilitación

M. A. P. VIGO / LA VOZ

VIGO CIUDAD

Beatriz Gómez junto al pequeño humanoide Nao en la facultad de Ingeniería Industrial
Beatriz Gómez junto al pequeño humanoide Nao en la facultad de Ingeniería Industrial JAVIER TENIENTE

Alisys muestra a Nao en las JAI, un humanoide que habla y baila

12 feb 2025 . Actualizado a las 12:37 h.

Hace ya más de cinco años que la asturiana Alisys decidió dar un salto en su trayectoria empresarial e innovar con inteligencia artificial. Uno de los resultados de la apuesta que llevaron a cabo desde Gijón es la robótica social, un ámbito todavía poco explorado y que propone emplear esta tecnología para interactuar con seres humanos. Robots como Nao, que estos días se pasea por la Escuela de Ingeniería Industrial de Vigo con motivo de la celebración de las Jornadas de Automatización Industrial (JAI), «tienen elementos físicos y virtuales propios de los seres humanos y se comunican de manera verbal y no verbal, con gestos», expone Beatriz Gómez, del equipo de desarrollo de negocio de la firma asturiana.

Nao sorprende. Es un pequeño humanoide sofisticado. Mantiene una conversación con aquel que se le acerque, pregunta cómo se encuentra o por su nombre. Hace taichí, baila y camina. Tiene cuerda para rato. Alisys importa robots como este: «Desarrollamos aplicaciones, porque no vienen con una incorporada. Los entrenamos y los programamos para que actúen de una manera determinada», indica Beatriz Gómez. O sea, que los dotan de inteligencia. Desde hace algún tiempo, la firma asturiana ha visto una oportunidad en dedicar estas máquinas a la robótica social, pero siguen «en la búsqueda de casos concretos en los que darles uso», según explica la responsable.

Hasta ahora, los han probado, con buenos resultados, en la asistencia de niños con autismo, para que interactúen con ellos, y en rehabilitaciones. «Al tener Nao tantos grados de libertad y estar preparado para tantos movimientos, se le puede indicar que ayude a un niño que puede levantar, por ejemplo, treinta grados el brazo y tendría que hacerlo 35». Con una cámara trasera, el equipo médico va siguiendo si el paciente realiza adecuadamente los ejercicios.

Beatriz Gómez avanza otro uso del robot de Alisys, acompañando a niños con escoliosis idiopática, una enfermedad que afecta al encorvamiento lateral de la columna vertebral. «Es un proceso un poco desagradable, porque los tumban en una camilla y les ponen una especie de molde que luego les quitan». Así que en algunas clínicas españolas han probado que Nao acompañara al pequeño durante todo este proceso, «explicándoles qué iba a pasar, intentaba relajarlos y, a mayores, les hacía preguntas para conocer cómo se encontraban», lo que ayudaba al equipo médico y de la gijonesa a conocer mejor su situación. «También ayuda a que los niños no se sientan juzgados durante su estancia en el hospital», añade la responsable de desarrollo de negocio.

JAVIER TENIENTE

Un bólido con etanol

El equipo UVigo Motorsport quiere seguir cosechando éxitos con su monoplaza, de ahí que el equipo que componen ochenta estudiantes esté realizando pruebas para lograr una propulsión más sostenible. Acaban de lograr que el motor del formula student gallego se encienda con etanol y mantenerlo en funcionamiento. Su propósito es que durante las próximas competiciones del Fórmula 1 universitario, que se celebrarán en verano, puedan participar con su vehículo propulsado en un 85 % con etanol. En enero superaron las pruebas teóricas. El chasis del coche es de fibra de carbono y su estructura se compone de acero.