
El Concello de Vigo deniega a la empresa Freiremar la licencia para rehabilitar un edificio de la calle Jacinto Benavente que ha sido pasto de incendios y okupas
05 feb 2025 . Actualizado a las 04:46 h.Sin solución para una de las viejas naves industriales abandonadas en la calle Jacinto Benavente. La empresa propietaria, Freiremar, ha solicitado una licencia para la rehabilitación del inmueble, pero el Concello de Vigo se la ha denegado, haciendo valer una orden de derribo previa. Es la primera vez que la Administración local ordena la demolición de una nave abandonada de la zona de Beiramar sin un fin predeterminado.
El Ayuntamiento ya decretó que la edificación se encuentra en una situación de ruina técnica y ordenó el derribo en el 2022, pero es ahora cuando parece sustanciarse. Insiste a la propiedad a que proceda al derribo y advierte de las consecuencias del incumplimiento, una vez que ha transcurrido ampliamente el plazo. «Esta administración está en disposición de recorrer á vía da execución forzosa, mediante a imposición dunha primera multa coercitiva», avisa la concejalía de Urbanismo en una resolución del pasado 12 de enero.
Que Freiremar debe demoler el inmueble ubicado en el número 35 de Jacinto Benavente se acaba de confirmar con la denegación de la licencia para la rehabilitación que la empresa había solicitado. «É importante poñer de manifesto que o motivo principal de tal denegación ven constituido pola incompatibilidade das obras proxectadas na licenza coa orde de derruba derivada do expediente de declaración de ruína e que a parcela sobre a que se asenta a nave non reúne a condición de soar», se justifica en la resolució municipal.
Inicialmente, la empresa había pedido permiso para rehabilitar el inmueble, pero, ante el alcance de estos trabajos, el arquitecto municipal, envió el expediente a la oficina de Conservación para que valorara si la edificación se encuentra en estado de ruina.
La concejala de Urbanismo declaró en mayo de 2022 que la edificación «se atopa en situación de ruína técnica».
En consecuencia se ordenaba a la propiedad al derribo inmediato. A pesar de la orden de derribo y el posterior requerimiento para ejecutar la demolición, los propietarios continuaron buscando alternativas. La empresa presentó un proyecto de rehabilitación en el que aseguraba que la nave aún podría ser restaurada para dar cumplimiento a la normativa urbanística vigente. Sin embargo, la Gerencia de Urbanismo respondió con informes técnicos que calificaban la rehabilitación como inviable debido a la incompatibilidad entre los trabajos de restauración propuestos y la necesidad de demolición de la estructura deteriorada.
No edificable
La posibilidad de que la propiedad derribe la nave y construya una nueva no es factible para los técnicos municipales. El motivo es que la parcela no reúne la condición de solar, pese a que tenga frente a la calle Jacinto Benavente, vial perfectamente urbanizado y con todas las redes des servicio público, aceras y alumbrado. Sin embargo, por el este da a una calle que no se encuentra urbanizada ni existe ninguna iniciativa municipal para abrirla. El propietario debería ser quien redactase el proyecto de apertura del vial, costear la obras y obtener la cesión de los terrenos afectados de otros propietarios para que el tramo de vial ejecutado pueda quedar conectado con el resto de la malla urbana.
La empresa ha adoptado medidas de seguridad ante la peligrosa situación del inmueble, que ha sufrido incendios y okupaciones en numerosas ocasiones. Han colocado unos anclajes que sujetan una repisa para evitar que los desprendimientos caigan sobre la vía público. El inmueble está entre un edificio de Correos y la empresa Cablero, frente a la nave de Emenasa. La valla está clausurada por un candado pero una rotura en la verja deja espacio para que al interior pueda acceder cualquier persona.
De Cordelerías Mar a Pescados Molagón: la lenta regeneración para usos residenciales
La regeneración de Jacinto Benavente avanza con lentitud. Durante décadas, esta franja ha estado dominada por naves industriales en desuso y edificaciones degradadas, sin que se materialicen las promesas de transformación en un entorno más habitable y moderno. Hasta ahora, el único desarrollo residencial destacado ha sido el proyecto de Inveravante, que demolió la antigua Cordelerías Mar para construir 155 viviendas.
Su éxito ha demostrado el potencial del área, atrayendo incluso a Mercadona para los bajos. Sin embargo, ninguna otra iniciativa de este tipo ha logrado concretarse. Aliseda ha puesto en el mercado varias parcelas en la zona, incluyendo los terrenos de la histórica Pescados Molagón. Allí se plantea la posibilidad de construir 89 viviendas en una superficie de 9.045 metros cuadrados, con una edificabilidad de 12.211 metros cuadrados. Además, en los terrenos de la antigua conservera Alfageme, la compañía ofrece la oportunidad de levantar una gran torre residencial y otros dos bloques, sumando 82 viviendas. Estos proyectos podrían ayudar a impulsar la regeneración de Beiramar, pero todavía dependen de inversores dispuestos a apostar por la zona.
Un elemento clave para la transformación del área es la ampliación del túnel de Beiramar, presentada en el 2009 pero nunca ejecutada. El proyecto prevé soterrar el tráfico entre O Berbés y Barreras, liberando la superficie para una gran zona peatonal y un parque de 35.000 metros cuadrados. La falta de avances en esta infraestructura ha lastrado la capacidad para nuevos desarrollos residenciales y comerciales.