
La Ley de Eficiencia repartirá 54.500 causas al año entre 400 funcionarios y 38 jueces
13 ene 2025 . Actualizado a las 05:00 h.La torre de la Cidade da Xustiza de Vigo ya está preparada para adaptarse al nuevo modelo judicial de la Ley de Eficiencia del Servicio Público de Justicia, aprobada la semana pasada en el BOE. En Vigo, está previsto que la futura oficina común entre en funcionamiento dentro de 11 meses, el 31 de diciembre, fecha en la que deberá desaparecer el juzgado tradicional para ser reemplazado por un órgano colegiado.
La nueva ley cambiará la forma de trabajar de 400 funcionarios en Vigo, que a partir de esa fecha tramitarán los asuntos que les asignen por turno los 38 jueces de la ciudad con el fin de optimizar los tiempos y desatascar la Justicia. Vigo tramitó 54.511 asuntos nuevos en el 2024 y tiene atascados cerca de 20.000 pendientes sin resolver.
Con el nuevo plan, los juzgados de Vigo se convertirán en tribunales de instancia con ocho secciones: civil, instrucción, familia, infancia y capacidad, mercantil, violencia sobre la mujer, penal, contencioso-administrativo y social.
El nuevo tribunal de instancia se implementará en los meses previos en los juzgados de partidos judiciales pequeños como Redondela, O Porriño, Ponteareas, Cangas o Tui.
El juez decano de Vigo, Germán Serrano, cree que habrá que efectuar muy pocos cambios o ninguno en las oficinas judiciales de la torre de 18 plantas de Pizarro porque la digitalización, el papel cero o el teletrabajo permiten que los funcionarios realicen su labor desde cualquier punto.
Por eso, en Vigo ya no tiene sentido habilitar grandes pabellones para concentrar a cientos de funcionarios realizando tareas en común porque, ahora, cada oficinista recibe los expedientes digitalizados en su ordenador y los reenvía telemáticamente al juez que le asignen, allí donde se encuentre cada uno, aunque estén trabajando en distintas plantas. Eso mismo ya lo hace el magistrado que sustituye a un compañero de vacaciones, cuyo despacho está situado en otro piso. El funcionario del segundo juzgado ya no baja personalmente desde la novena planta para entregarle un papel al sustituto, en la quinta, por ejemplo, sino que se lo envía desde su ordenador. Una solución tan simple no habría sido factible si los tribunales de Vigo no se hubiesen digitalizado. Antes, los auxiliares arrastraban por los pasillos carritos repletos de papeles con escritos. Una imagen que quedó obsoleta.
Oficinas diáfanas
Actualmente, cada juzgado es un mundo, unos van lentos y otros rápidos, unos tienen poca carga de trabajo y otros mucha. Con la nueva fórmula, los 55.000 expedientes anuales de Vigo serán repartidos equitativamente entre todos los funcionarios, según su jurisdicción, para agilizar la gestión y eliminar atascos y tapones.
Hace una década, los juristas de Vigo imaginaron que la futura oficina común, en la que todos los funcionarios tramitarían expedientes indistintamente para todos los jueces, necesitaría grandes espacios que albergasen cientos de mesas y ordenadores en largas filas. En este nuevo modelo judicial, los funcionarios tramitarían bajo el mismo techo todos los expedientes en cadena para «optimizar» el trabajo.
La idea que se barajó inicialmente para acomodar a todos los funcionarios en Vigo fue un gran pabellón. Así se propuso cuando se diseñó el tercer edificio judicial de la calle Lalín, que nunca se llegó a construir porque el proyecto fue abandonado cuando todos los tribunales se mudaron a la torre del Hospital Xeral.
Paradójicamente, la mudanza a la Cidade da Xustiza no planteó la necesidad de habilitar grandes espacios para concentrar a todos los oficinistas sino que los redistribuyó en 18 plantas de la torre del Xeral. El arquitecto, en previsión del futuro plan, evitó trocear las oficinas en compartimentos estancos y apostó por crear zonas diáfanas. De esta manera, una treintena de funcionarios de tres juzgados de lo social, por ejemplo, comparten el mismo espacio, solo separados por unos armarios divisorios y un cartel identificador de cada sala. Cuando se implante la oficina común, dicho espacio será ya una oficina única (basta con retirar los armarios) pero el papel cero ya ha dejado obsoleta esa idea.