El narcolavadero de Vigo que genera conflictos desde los años 80

alejandro martínez VIGO / LA VOZ

VIGO CIUDAD

Dos vecinos de Teis muestran restos de botellas y de latas de bebidas energéticas que denuncian que a los adolescentes «les ponen como locos»
Dos vecinos de Teis muestran restos de botellas y de latas de bebidas energéticas que denuncian que a los adolescentes «les ponen como locos» JAVIER TENIENTE

Vecinos denuncian que jóvenes conflictivos lo ocupan y piden su cierre

12 ene 2025 . Actualizado a las 00:25 h.

Un lavadero de Teis que nadie usa para lo que fue construido y que, sin embargo, es motivo de tensión vecinal. Por eso, los residentes de la zona reclaman al Ayuntamiento de Vigo que lo quite para ver si de esta forma, el barrio recupera la paz. El lavadero en cuestión es conocido como el de Bichita, en la calle Irmáns Misioneiros. Residentes de la zona siempre lo han llamado «el narcolavadero» porque se ha usado mucho para consumir y traficar con droga. En los 80 fue punto de venta de heroína. Andrés, vecino de la zona, recuerda que se formaban colas de drogodependientes que acudían para buscar su dosis. Esta situación provocaba robos y peleas. «Tenía un limonero y venían a robarme limones para desinfectar la jeringuilla. Tuve muchos problemas». Después llegó la cocaína, con la que también se traficaba en este lugar y se hacían fiestas de madrugada.

Desde hace unos meses se ha convertido en un lugar de encuentro de menores de edad, que han mostrado una actitud hostil hacia los vecinos cuando les han llamado la atención. «Son menores que vienen en grupo durante su tiempo libre. Tienen entre los 10 y los 15 años y han llegado a ser entre 25 y 30 chavales. Vienen aquí, consumen bebidas energéticas y se ponen como locos», se queja Andrés. Afirma que, cuando les llamó la atención, se pusieron violentos y que le lanzaron piedras y botes hacia su vivienda. 

Llamadas a la policía

Vecinos de la zona llamaron media docena de veces a la policía y están valorando presentarse en la comisaría para presentar una denuncia formalmente porque creen que el problema «es muy serio». Quieren que haya un mayor control policial en la zona para que la gente de las viviendas colindantes pueda estar más tranquila. «Rompen cañas, tiran palos, se crecen y se meten con la gente que pasa», afirma otro vecino. Cuentan que una persona jubilada pasaba por allí y tuvo que darse la vuelta al sentirse intimidado. Estudiantes del instituto cercano también se sienten intimidados porque es un sitio de paso para ellos. Desde el centro también se ha dado parte, según indican los vecinos.

Agentes de la policía han acudido ante la llamada de los vecinos, pero no los han podido identificar porque han abandonado el lugar. Les han dicho que, al no poder se imputables por su condición de menores de edad, resulta complicado hacer nada sin saber quiénes son sus padres. Aporrean las puertas y un día tiraron una bolsa de preservativos en una casa. Los vecinos quieren que se tapie o se derribe el lavadero para que deje de ser un punto de reunión bajo techo con agua gratis para chavales que han mostrado hacia ellos una actitud agresiva. «Nos sentimos indefensos ante esos menores», afirma Javier, otro residente de la zona. Hay personas mayores viviendo en el entorno que pasean por sus fincas y temen que les puedan arrojar algún objeto y resultar heridos.

Opinan que el lavadero ya no tiene ninguna razón de ser, puesto que los vecinos utilizan las lavadoras en sus domicilios o acuden a lavanderías. «No está señalizado, no aparece en la guías ni recibe visitas, no tiene ningún interés cultural», señala este vecino.